Una tempestad dejó ocho muertos en Europa
LONDRES (AFP).- El noroeste de Europa fue ayer escenario de lluvias torrenciales y fuertes ráfagas de viento que ocasionaron en total ocho muertos en Francia, Gran Bretaña e Irlanda, perturbaron enormemente el transporte y causaron severas inundaciones.
Según un balance provisional, al menos cuatro personas murieron en dos días por causa, directa e indirectamente, de la tempestad en el sur de Gran Bretaña; otras tres fallecieron en el norte de Francia y una en Irlanda.
En el canal de la Mancha, los fuertes vientos afectaron el tráfico marítimo entre Francia y Gran Bretaña, y numerosos ferries, con miles de pasajeros a bordo, tuvieron que permanecer varias horas en el mar, tras el cierre del puerto de Dover.
En el norte de la isla de Batz (Bretaña, noroeste de Francia), un buque cisterna italiano que transportaba productos químicos, algunos altamente tóxicos, permaneció a la deriva durante varias horas debido a la tormenta y a la cantidad de agua que entró en el barco.
Los 14 miembros de la tripulación -12 italianos y 2 españoles- del Ievoli Sun, cuyo destino era Bar (Yugoslavia), fueron evacuados sanos y salvos. Una tercera parte del buque se encuentra sumergida, según la delegación del gobierno francés en Brest.
La tempestad "más grave"
Lluvias y vientos paralizaron el sur de Inglaterra. Además del cierre del puerto de Dover, la mitad de la red ferroviaria resultó afectada.
"Es una de las más graves tempestades desde 1987, si no la más grave", consideró Ray Kemp, responsable de la Agencia de Medio Ambiente británica.
El 16 de octubre de 1987, un huracán causó 19 muertos en el sur de Inglaterra. En cuanto a los daños económicos, la factura de estas tempestades para las aseguradoras ascenderá a unos 2500 millones de dólares, según los expertos.
El tráfico de trenes de alta velocidad Eurostar fue suspendido en ambos sentidos entre Londres y París, aunque finalmente pudo reanudarse a última hora de ayer desde la capital británica. En Francia, fuertes ráfagas de viento arrancaron líneas eléctricas, privando de corriente a miles de hogares.
En Bélgica, el tráfico aéreo y ferroviario pasó por dificultades similares. Y en Dinamarca, el tráfico marítimo y aéreo sufrió las consecuencias de los vientos violentos. En varios puertos del Norte se decretó el alerta, pues se espera una subida de las aguas de hasta tres metros por encima de los niveles normales.