Críticas
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"Cándido López, los campos de batalla" (Argentina/Paraguay, 2004), de José Luis García. Competencia oficial internacional. Hoy, a las 22, en el Hoyts Abasto 9. 100 minutos.
Por suerte, las convenciones a propósito de cómo se cuenta la historia han cambiado, gracias a la diversidad de miradas y, fundamentalmente, a que ya nada es blanco o negro, como en los viejos tiempos. Por suerte para figuras condenadas a un segundo plano, como la del pintor Cándido López, autor de una colección de pinturas que recrean diferentes momentos de la lucha entre los ejércitos aliados de la Argentina, Uruguay y Brasil contra el Paraguay, en la conocida como Guerra de la Triple Alianza, clave en la conformación de un orden político que, a más de un siglo de Yatay, sigue vigente. García, con su cámara digital y su escalera en trípode, repite el camino recorrido por el Ejército Argentino, rumbo a su bautismo de fuego para ubicarse en el lugar imaginario desde el que López fotografió la guerra con sus pinturas. Sin caer en lugares comunes, García consigue lo que se proponía: rescatar a López, pero también la historia de lo ocurrido en la más sangrienta guerra interna sufrida por América latina, y sus consecuencias a futuro. Un trabajo sólido -en su investigación, en lo narrativo, en lo técnico- que abre los ojos a la reflexión.
“Como pasan las horas” (Argentina, 2004), de Inés de Oliveira Cézar, con Susana Campos y Roxana Berco. Competencia argentina. Hoy, a las 16.45, en el Hoyts Abasto 6. 85 minutos.
Pasaron varios años de la fugaz presencia en los cines de “La entrega”, la película con la que debutó Inés de Oliveira Cézar, ahora responsable de esta mirada sensible a un grupo humano pequeño, un matrimonio y su pequeño hijo, pero en especial a una esposa a la que le cuesta disfrutar lo que tiene, que no es poco. Sin embargo, la vida pone todo en su lugar, y ahora debe enfrentar la inminente muerte de su propia madre. El encuentro de estas dos mujeres habla de un cambio que está por producirse. Sin embargo, ésa no será la única despedida, porque nadie tiene comprada la vida. El título de la propuesta de la realizadora es elocuente: pasan las horas y hay que saber cómo vivirlas. Contada con singular pureza visual, con silencios que valen más que mil palabras, con el sonido de la naturaleza por sobre cualquier música, “Como pasan...” habla de la madurez de su autora que, seguramente, seguirá sorprendiendo en el futuro.
“Domicilio privado” (Italia/2004), de Saverio Costanzo. Con Lior Miller. Competencia Oficial Internacional. Hoy, a las 23.15, en el Hoyts 10; y mañana, a las 11.30, en el Hoyts 12; y a las 17.45, en el Hoyts 9. Duración: 90 minutos.
Esta opera prima del romano Saverio Costanzo se basa libremente en hechos reales: la usurpación del piso superior de la casa de una familia palestina en la Franja de Gaza por parte de soldados del ejército israelí, que montaron allí un centro de observación.
La creciente tensión, la sensación de invasión a la privacidad y la degradación física y moral que sufre este matrimonio con cinco hijos sirve como alegoría política, pero principalmente como disparador para analizar los diferentes puntos de vista dentro del seno familiar: por un lado, las convicciones pacifistas del padre, un escritor pragmático y racional; por el otro, la reacción más visceral e instintiva de la madre y de los chicos, que los conduce a espiar y enfrentar a los ocupantes.
Rodada con mucha cámara en mano para dotarla de una impronta documentalista propia del cinéma-verité, esta película multipremiada en los festivales de Locarno y Valladolid resulta por momentos muy impactante, aunque no siempre efectiva.
“The Forest for the Trees” (Alemania /2003), de Maren Ade. Se presenta en la competencia oficial hoy, a las 15, en el Abasto, y mañana, a las 13, en el América. 81 minutos.
A partir de la sencilla historia de una joven maestra de provincias que hace el duro aprendizaje de la vida en una ciudad y gracias a un libro elaborado con precisión y a una actriz admirable (Eva Löbau), Maren Ade convierte el retrato de esa figura frágil y profundamente humana en un descarnado estudio sobre la soledad. Más allá de la fina descripción del personaje, la desdichada muchacha que busca la aceptación y el cariño entre alumnos, colegas y vecinos pero choca con la hostilidad o la indiferencia y con la propia incapacidad para resolver sus urgencias afectivas, el film rezuma una verdad que compromete la emoción del espectador y entrega un sutil registro de la realidad urbana, un medio civilizadamente impersonal en el que parece haberse diluido toda posibilidad de un contacto humano.
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