
De padres e hijos en medio de la crisis
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"Como mariposas en la luz" (Argentina-España/2005). Dirección y guión: Diego Yaker. Con Lucas Ferraro, Cristina Brondo, Pepe Novoa, Lidia Catalano, Luis Ziembroski y otros. Fotografía: Lucas Schiaffi. Hablada en español. Duración: 106 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: Buena
Una familia de obreros de una fábrica procesadora de pescado de Mar del Plata se enfrenta con sus problemas cotidianos, sus sueños y sus ilusiones algo marchitas. Diego, el hijo menor, vive obsesionado con reunir dinero para emigrar a Barcelona. Enrique, el padre, no está de acuerdo con la visión de su hijo y sólo desea reflotar su vieja lancha pesquera encallada en el puerto para volver a ser su capitán. Y mientras tanto espera ansiosamente que los rumores de quiebra de la fábrica donde ahora trabaja como simple changarín no se hagan realidad.
El cierre de la empresa precipitará los acontecimientos. Diego está más resuelto que nunca a emigrar, a alejarse de esta situación de ahogo permanente donde hasta tener sueños parece una locura.
Enrique entenderá que él no puede ser la causa de que su hijo se rinda y decide cumplirle su anhelado viaje y demostrarle que aunque todo parezca perdido siempre hay una salida.
Pero Diego descubrirá en Barcelona que la vida del inmigrante no es tan sencilla como él creía. Subsiste repartiendo volantes o limpiando los parabrisas de los coches hasta que conoce a Laia, una bella catalana que entretiene a los transeúntes con sus pruebas de prestidigitación.
Mientas tanto, en Mar del Plata la situación gremial continúa empeorando. Diego decide ayudar a su padre como sea, pero sus medios económicos son cada vez más escasos. Finalmente, padre e hijo se darán cuenta, más allá de las crisis y de la pobreza, de que todavía es posible soñar. Sólo depende de lo que uno esté dispuesto a dar o a perder para alcanzar sus ilusiones.
El director Diego Yaker apuesta en éste, su primer largometraje, a mostrar con calidez y ternura los motivos por los que la gente emigra y se detiene en las ansias que llevan a los hombres a desplazarse de su lugar de origen y buscar nuevos horizontes.
El guión recorre con emocionada simpleza los caminos de ese padre y de ese hijo que luchan, cada cual a su manera, para torcer los destinos que deben enfrentar en sus duras existencias.
Sin pretensiones altisonantes, el novel realizador logra una obra sencilla en la que sus protagonistas y ese mundo de perdedores que los rodea se conviertan en prototipos de hombres y mujeres angustiados que tratan de no rendirse frente a las amarguras cotidianas.
Un elenco que responde con calidad a un guión tan amargo como teñido de esperanzas apoya la historia. Lucas Ferraro y Pepe Novoa aportan sinceridad a sus papeles, en tanto que Cristina Brondo y Luis Ziembroski apoyan con soltura esta trama que, más allá de algunas reiteraciones, se sostiene con calidad en torno de la necesidad de cambiar de vida y de elegir otros caminos para seguir transitando con alegría e ilusiones, aunque no siempre las circunstancias permitan alcanzar la felicidad completa.




