El argentino que nació en Puerto Rico
De paso por Buenos Aires, el actor anticipa la primera parte, a punto de estrenarse, del film en el que personifica al Che Guevara
1 minuto de lectura'

"¿Que cómo estoy? Pues ando como un trompo, chico", dice Benicio del Toro, convertido en un auténtico trotamundos gracias al papel ?más difícil, más comprometido y más atrevido? de toda su carrera. A cara lavada, el actor portorriqueño habla a solas con LA NACION apenas instalado en Buenos Aires, en una visita fugaz que precede por unos pocos días el estreno local de Che, el argentino , primera de las dos partes de una nueva biografía cinematográfica de Ernesto Guevara, trabajo que en forma completa se extiende por casi cuatro horas y media, dirigido por Steven Soderbergh (con quien Del Toro ya había colaborado en la laureada Traffic ) y que ya le dio a su protagonista nada menos que el premio al mejor actor en el último Festival de Cannes. La parte final, Guerrilla , llegará a las salas locales a comienzos de 2009.
Sonriente y de muy buen humor más allá de un cansancio que trata de esconder detrás de los anteojos oscuros, Del Toro no muestra en esta fugaz visita la imagen tan fisonómicamente cercana al Che (barba desaliñadamente crecida, boina, habano entre los dedos) que había traído dos años y medio atrás, cuando llegó por primera vez a la Argentina para encargarse personalmente de la investigación y la búsqueda de datos sobre el personaje.
Ahora que está hecha, Del Toro dice que se trata de ?la película más corta jamás hecha sobre el Che?, porque nadie es capaz, a su juicio, ?de entrar completamente en su pensamiento?. Dice que para ser consecuente con las reglas del cine resulta ?dificilísimo? hacer una película sobre Guevara. ?Es un personaje histórico y como tal debe ser respetado. Cuando a Steven se le ocurrió todo esto creo que vio el miedo que se dibujaba en mi cara. Y me acuerdo de que lo que me dijo es que era imposible hacer una película sobre este tipo. «Pero vamos a tratar», agregó. Y lo que se ve en la pantalla es un esfuerzo de cuatro horas y media del que estamos muy orgullosos?, apunta Del Toro, que además es uno de los productores del film.
Che, el argentino transcurre desde el primer encuentro entre Guevara y Fidel Castro, en México, hasta la victoria de los revolucionarios cubanos en Santa Clara, instancia previa a la entrada de los rebeldes en La Habana, ya caída la dictadura de Fulgencio Batista. La campaña guerrillera se intercala con imágenes en blanco y negro, a modo de flashbacks , que muestran a Guevara durante su discurso en las Naciones Unidas, en 1964. Guerrilla , en tanto, se ocupará de la campaña que el Che lleva adelante en Bolivia y culmina con su muerte.
Mundos diferentes
Para Del Toro, Guevara es una mezcla entre dos estilos: el del hombre que piensa y el hombre que actúa. ?El Che es Gregory Peck y es Steve McQueen, con el agregado de que tiene el problema del asma, lo que le da un componente dramático. En definitiva, es un underdog. ? Esta palabra, que en inglés hace referencia a una persona desamparada o desvalida, será la única que no empleará en español, su idioma natal, que comenzó a recuperar gracias al cine, primero con Traffic ?que le dio un Oscar como mejor actor de reparto? y ahora con este díptico.
Del Toro trabajó el acento argentino que se escucha en el film con la ayuda de Pablo Guevara, un sobrino del Che. ?Y también con la ayuda de varias grabaciones de la época, aunque hay muy pocas de sus primeros años en Cuba. Pero lo que primero percibes es que el Che quería ante todo hacerse entender, especialmente con los campesinos. Había que trabajar con un español que se entendiera, y en cuanto al acento, había que dejarlo salir, pero no podíamos estar todo el tiempo agarrándonos a él.?
Decidido en todo momento a no abordar cuestiones ideológicas (ver recuadro), Del Toro subraya sin embargo que, desde su mirada, el film quiere ?que no nos olvidemos de los marginados, de los que necesitan ayuda, aunque también nos dice que tomar el fusil no es la única manera de hacerlo?. Según el actor, aunque vivimos en un mundo muy diferente del de los tiempos de Guevara, ?muchas de las cosas por las que el Che dio su vida siguen pasando mientras tenemos esta charla: el hombre sigue explotando al hombre?.
Las cuatro horas y media se completaron en tres meses. ?Nos tomó la mitad del tiempo de lo que habitualmente se emplea para una producción de Hollywood. Lo que usualmente se hace allí en dos o tres días lo hacíamos en una jornada. Fue muy duro. ¡Que se monte el que quiera en esa bicicleta! ¡Caballero, lo quiero ver!?, ilustra entre risas a propósito del esfuerzo de un rodaje en el que no había tiempo de descanso.
Pensada en un comienzo para ser hablada en inglés, Soderbergh decidió sobre la marcha hacer las dos partes en español, aun corriendo el riesgo ?como agrega la productora Laura Bickford, que acompaña al actor en este paso por Buenos Aires? de no llamar la atención del público en Estados Unidos, siempre refractario a la lectura de subtítulos.
Del Toro destaca ese valioso matiz, que emparienta a este film con Diarios de motocicleta , que se asoma a la vida de Guevara desde su primer viaje por América latina. A la vez, se entusiasma al destacar el aporte y la colaboración de Gastón Pauls, el único actor argentino con un papel relevante, que sólo se verá cuando se estrene Guerrilla .
A partir de esta producción con la que se comprometió tanto Del Toro dice que se siente cómodo equilibrando de aquí en más su carrera entre proyectos personales (de hecho, sueña con dirigir alguna película más temprano que tarde) y producciones de Hollywood como El hombre lobo , que se estrenará en 2009. ?Es como Manu Ginóbili ?concluye?, que juega en la NBA y también representa a la Argentina en los Juegos Olímpicos.?

