
Film de suspenso que cae en el lugar común
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"Sin rastro" ("Abandon", EE.UU./2002). Dirección y guión: Stephen Gaghan. Con Katie Holmes, Benjamin Bratt, Charlie Hunnam, Zooey Deschanel y otros. Fotografía: Matthew Libatique. Presentada por Buena Vista International. Duración: 99 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: mala
Este film posee los más remanidos elementos de todas las tramas de suspenso que brindan los productores norteamericano. Hay un colegio secundario con una estudiante muy conflictuada, un detective que se empeña en olvidar su pasado de alcohólico consuetudinario y un joven seductor que desapareció misteriosamente. Y, claro, están esas puertas y ventanas que parecen ocultar siniestras figuras, un lago en el que aparecerá un cadáver, sombras amenazadoras que se reflejan en las paredes y una galería de personajes puesta en la trama para que los espectadores adivinen hacia el final quién es el culpable de los sádicos estropicios que marca el guión.
Mencionado a grandes rasgos el argumento del relato, éste parece interesante y entretenido. Pero no es así. La narración ubica a Katie en una situación difícil. Es época de exámenes en su escuela y debe presentar su trabajosa tesis final. De pronto, aparece en el establecimiento Wade, un policía destinado a investigar la misteriosa desaparición, dos años antes, de Embry, el novio de Katie, un individuo pedante , afecto a la música y a buscarse enemigos entre sus compañeros de estudio.
Caminos elementales
De aquí en adelante, la trama recorre los más elementales caminos del thriller y todo comenzará a girar en torno de Katie, de sus sueños, de sus obsesiones, de sus miedos y de un profundo rencor que lleva escondido desde el momento de la ruptura de su romance. El detective, en cambio, vuelve a su afición al alcohol (no se sabe muy bien por qué) y se esmera en encontrar alguna explicación al problemático asunto. Seguramente, los espectadores también se preguntarán los motivos de la absurda trama que, entre rostros sospechosos y un clima que no inquieta ni sorprende, da una absurda y rebuscada vuelta de tuerca.
Claro que para llegar a este final hay que soportar muchos minutos de repetidas situaciones, escuchar diálogos falsos y, de vez en cuando, bostezar en espera de lo que les ocurrirá a la protagonista y a esa fauna humana que la rodea. Según textuales palabras de Stephen Gaghan, director y guionista de la película, su propósito fue adentrarse en el concepto de cómo los estudiantes brillantes se hallan bajo tanta presión, no sólo por la exigencia de obtener buenos resultados en la universidad, sino también para lograr carreras exitosas.
Tal pretensión quedó reducida a un lánguido entramado con demasiados flashbacks y nada de interés, pecado venial para un film de suspenso. El elenco no pudo, por mejor buena voluntad que pusiese de su parte, dar credibilidad de sus personajes. Y así, tanto Katie Holmes como Benjamin Bratt - ex pareja de Julia Roberts y recordado por la popular serie televisiva "La ley y el orden"-, Charlie Hunnam y el resto del rubro actoral recorren sin matices esta especie de rompecabezas que termina armándose con muy poca imaginación y menos rigor narrativo.



