Hombre mirando al "Sudeste"
Se trata de la novela escrita hace cuarenta años por Haroldo Conti
1 minuto de lectura'
El río como protagonista, el hombre como excusa. Este lineamiento básico guió a Sergio Bellotti para adaptar y dirigir el film "Sudeste", sobre la novela de Haroldo Conti que por estos días cumple cuarenta años de su lanzamiento en el mercado. Una experiencia filosófica -según puntualiza el realizador- que se terminó de filmar el 21 de diciembre de 2001 (con una Argentina en llamas), después de seis semanas de rodaje en el Delta del Tigre, con excluyente mayoría de actores no profesionales. Que recorrió el periplo de los festivales internacionales a partir de un avance en Toulouse, al que le siguieron San Sebastián, Huelva, Amiens (donde ganó el Premio Especial del Jurado y de actuación masculina para Luis Ziembrowsky) y La Habana, además de que será presentada en Rotterdam y Chicago, entre otros certámenes. Que fue considerada como "una metáfora neorrealista de la Argentina", según algunas críticas francesas. Y que está definiendo su estreno nacional en un futuro cercano.
Bellotti había dirigido "Tesoro mío" en 1999, pero el proyecto de insertarse en el mundo de Conti lo obsesiona desde mucho tiempo antes. "Había leído "Sudeste" a los 18 años. La releí a los 35 y dije: "Esto hay que filmarlo". Hice una primera versión solo, después otra con Pablo De Santis, varias más con Daniel Guebel, y volví a mí; ahí transfiguré todas las cosas, por el deseo de hacer la película. Con Guebel, enviamos el proyecto a un concurso de operas primas del Incaa. El guión era muy bueno, pero no salimos "ni a los premios". Después averiguamos que en esa época oscura del instituto, habían interpretado mal la presentación y nadie leyó el guión. Entonces nos planteamos presentar otro proyecto en un concurso de telefilms. Entre los dos, en una noche sacamos la historia de (Mario) Fendrich, y en quince días tuvimos el guión. Fue como un acto desesperado. Y cuando llevaba "Tesoro mío" a los festivales, yo hablaba de "Sudeste" como un proyecto pendiente. En 2000 lo presenté en un concurso de créditos, sin demasiada esperanza. Y resultó seleccionado junto a otros proyectos. Ahí me puse a filmar."
-¿La película es fiel a la novela?
-Soy respetuoso de la exactitud de Conti en la observación. El escribe a partir de la experiencia que vive. Esa búsqueda fue mi punto de partida. En la novela, el enfoque narrativo no está muy bien definido. Pero está el río como protagonista y el hombre como excusa: es su condición sine qua non. Y la película es fatalista desde el primer fotograma.
-¿En el sentido de que el destino de su personaje está marcado de entrada?
-Sí, está jugado. Como todos estos tipos en ese sitio, porque son hombres muy solitarios. No me propuse presentar la película como un proyecto de oposición al orden establecido, sino como una realidad ignorada. La vida de esta gente, su microcosmos tan cercano y tan de espaldas a la gran ciudad de Buenos Aires. No es la vida de villeros lúmpenes e inescrupulosos, sino de un mundo que observa a través de los ojos del pez moribundo. Es decir, son hombres viejos, lejanos y solitarios.
-Excepto Luis Ziembrowsky, el resto no son actores profesionales. ¿Por qué?
-Prácticamente todos los intérpretes son isleros. El Boga (Javier Locatelli), que es el protagonista, surgió del casting que hacíamos en las islas. Su ocupación es cortar el césped. Sabía que sería muy difícil encontrar un actor con las destrezas que tiene este chico porque vive allí. Es el caso de esos niños que trabajan desde pequeños y que a los 19 años, hacen de todo realmente. Eso se ve en las imágenes: en medio del gran Paraná, con un oleaje increíble, él va con un botecito de motor pequeño, y acomoda un cajón con un tipo adentro. Hasta en la forma de abrir una navaja te das cuenta de que el pibe es parte de ese ambiente.
-¿Qué cuenta la película?
-El viaje iniciático de un joven, al que se le muere el padre. Decide no enterrarlo en ese lugar, porque una actitud de la madre lo convence de que su padre no tiene que quedarse allí. Entonces emprende un viaje con ese cadáver, lo deposita aguas arriba. Ahí es como el gran despertar de este joven, empieza el vagabundeo, un devenir en que se lo ve feliz y en el que se encuentra con el Aleluya, un barco que decide reflotar, donde se encontrará con otros personajes. En realidad ese lugar es una trampa, donde será arrastrado a un desenlace trágico.
-Es una historia sobre el fin de la inocencia.
-Sí, es como decir que "Sudeste" es una película sobre la inocencia inacabada. No es la historia de un marginal, sino de tipos que viven ahí. Son personajes absolutamente integrados a la naturaleza. Están mimetizados. Y esto lo comprobé viviendo allí cuatro meses. Es otro mundo, y por momentos, es bravo. Pero la película no es una postal turística, tiene olor a gasoil.
-¿La experiencia de estar en ese lugar modificó tu mirada sobre la historia?
-Exactamente. Y me largué a improvisar ciertas cosas. Que no lo hago más (sonríe), porque en un momento te sentís medio perdido. Y de verdad, cuando terminó el rodaje, me quedé a descansar un par de días y tenía ganas de seguir filmando. No fue un rodaje sencillo, pero resultó una experiencia impresionante.
"La vida por Perón"
El proyecto inmediato del Sergio Bellotti surge a partir de una frase-slogan de múltiples interpretaciones: "La vida por Perón". Por ahora, es solamente un guión, recientemente terminado, en colaboración con Daniel Guebel y Luis Dziembrowsky. Tiene tono de comedia negra. Y espera filmarlo a mediados de 2003.
"El proyecto -una ficción delirante- es éste: el 1° de julio de 1974 muere el general Perón -cuenta el cineasta-. Ese día, un grupo de izquierda armada revolucionaria peronista se entera, a través de filtraciones, que el Ejército pretende secuestrar el cuerpo, para establecer el estado de anarquía y poder dar un golpe. Entonces ellos deciden sustituir el cadáver del ex presidente por el de otro tipo. Todo se precipita en la misma noche en que se llevan a cabo ambos velatorios. Y en el medio de esa situación, hay un perejil (un incauto) que se ve involucrado en los hechos."



