
Lugares comunes en una sangrienta batalla
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"Doom: la puerta del infierno" ("Doom", EE.UU./2005). Dirección: Andrzej Bartkowiak. Con Dwayne "The Rock" Johnson, Karl Urban, Rosamund Pike, Raz Adoti y otros. Guión: David Callaham y Wesley Strick, basado en el juego de video Id Software. Fotografía: Tony Pierce-Roberts. Hablada en inglés. Presentada por United International Pictures. Duración: 103 minutos. Calificación: para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: regular
Otra vez la cinematografía norteamericana toma para llevar a la pantalla grande un juego de video que entusiasmó a miles de seguidores de todo el mundo. Este festín técnico de acción y de terror se convierte así en un guión en el que se conjugan la ciencia ficción y la acción a través del escenario de una estación ubicada en un remoto centro científico en Marte, donde algo terrible ha ocurrido. Todos los experimentos ya han finalizado y la comunicación se interrumpió y en ese lugar han quedado atrapados hombres y mujeres a merced de monstruosas criaturas que hacen de ellos su comida favorita.
Pero pronto llegarán a ese espacio los integrantes de un pelotón -duros marinos armados hasta los dientes- para investigar los extraños episodios que obligaron a cesar las investigaciones de los científicos, y comenzará así una sangrienta lucha para neutralizar a cualquier enemigo. Lo que éstos ignoran es que una legión de espeluznantes criaturas de origen desconocido acecha constantemente, y así comenzará una lucha en la que la sangre y los cadáveres mutilados serán de aquí en más el plato fuerte de la historia.
Desde el principio la trama está signada por armas mortíferas, temores a cada paso e interminables balazos. Todo se vuelve entonces infernal en un juego en el que el elenco va quedando cada vez más reducido frente a una batalla de hombres contra monstruos. Poco o nada de original posee esta historia violenta que, más de una vez, dio paso a temáticas de parecido argumento. El valor del film se sostiene sobre la base de espectaculares efectos visuales y, por momentos, deja como saldo cierto suspenso, pero estos elementos, sumados a ese continuo restallar de balas y sangre, deja de lado la originalidad y cae en los remanidos elementos de esa lucha entre el bien y el mal, algo que ya, y con más convicción, aportaron otras producciones de similar temática.
El director Andrzej Bartkowiak se mostró muy ágil en construir una escenografía grandilocuente y en darle rapidez a la trama, pero el resultado final es apenas apetecible para ese público que desea transitar una hora y media de enredadas situaciones que se reiteran a cada paso. El elenco presta sus rostros para el miedo y su voz para los gritos más desaforados, en tanto que los rubros técnicos no escatiman calidad. Si la ciencia ficción repetida hasta el cansancio interesa a ciertos espectadores, éstos no saldrán defraudados. Si, en cambio, se pide originalidad, el film puede pasar inadvertido sin mayores problemas.




