Noches de misterio con Alfred Hitchcock
El Malba presenta un ciclo de medianoche con las mejores películas del director británico
La oscuridad invita a entrar en el mundo de intrigas y asesinatos de Alfred Hitchcock . Teniendo esto en cuenta, el Malba programó un ciclo de ocho películas del director británico con funciones a la medianoche, los viernes y sábados de este mes.
Los films elegidos son algunos clásicos insoslayables, como Psicosis y La ventana indiscreta, y otros títulos menos conocidos, como Asesinato y Corresponsal extranjero. El ciclo completo es una buena muestra de las distintas etapas de Hitchcock y cómo fue evolucionando su estilo. Aunque también permiten notar los temas recurrentes y las obsesiones estilísticas del director, como el personaje que es acusado por un crimen que no cometió y los planos detalle que subrayan un elemento central en la trama.
Ver todas las películas del ciclo sería ideal, pero si el tiempo no alcanza, acá elegimos cuatro que son verdaderamente imperdibles.
Psicosis. No sólo es la película más famosa del director británico, sino que es un clásico de toda la historia del cine. Lo más conocido de Psicosis es la escena de la ducha, copiada y parodiada mil veces, a tal punto que muchos la vieron aunque no hayan visto la película completa. Pero Psicosis es mucho más que esa gran escena. Con un presupuesto chico y trabajando con el equipo de su programa de televisión, Alfred Hitchcock presenta, el director se animó a experimentar con la narración, matando a la protagonista a los 30 minutos de empezada la película. Una de las características del cine de Hitchcock es la manipulación total del espectador y en este film eso es aún más extremo. Es fácil imaginar la sonrisa del director al planear ese momento en el que después de haber hecho que el público se involucrara en los problemas de Marion Crane (Janet Leigh), la elimina y sigue la historia por otro lado. El suspenso continúa luego y la revelación final sobre Norman Bates, el tímido dueño de un motel, es horrorosa. Psicosis es una de esas películas que hay que ver más de una vez.
La ventana indiscreta. En esta obra maestra Hitchcock relaciona al cine con el placer morboso de espiar las vidas ajenas. Por eso La ventana indiscreta funciona como manifiesto, en el que el director dice qué es el cine para él. La trama se centra en un fotógrafo, encarnado por James Stewart, que sufrió un accidente y tiene que quedarse en su departamento, en una silla de ruedas con su pierna enyesada, durante una ola de calor. Como está aburrido, utiliza una de sus lentes de mayor alcance para espiar a los vecinos del edificio de enfrente. En uno de los departamentos ve algo extraño y se convence de que un hombre asesinó a su mujer. Su novia, una glamorosa modelo interpretada por Grace Kelly, lo ayuda en la investigación a distancia del supuesto crimen. La originalidad del relato se funde con la de la puesta en escena, pura tensión creada a partir de partes de imagen y de información que deben ser juntadas para resolver el rompecabezas.
Cuéntame tu vida. El interés por los temas psicológicos está presente en todo el cine de Hitchcock pero en esta película está en primer plano. En la trama aparece una constante de la obra del director: el falso culpable. Sólo que en este caso la historia es bastante complicada porque el supuesto culpable (Gregory Peck) sufre problemas mentales por creer que ha cometido un asesinato y recibe tratamiento de una psiquiatra (Ingrid Bergman), que lo ayuda en la búsqueda de las pistas para resolver su caso...en su inconsciente. Además del misterio hay una historia de amor entre los protagonistas. Pero lo más llamativo de Cuéntame tu vida son las secuencias oníricas diseñadas por Salvador Dalí, a quien Hitchcock convocó, según él mismo le dijo a François Truffaut, porque quería “romper totalmente con la tradición de los sueños en el cine”.
La soga. Esta película es un experimento estético y técnico de Hitchcock, ya que se ve como un gran plano secuencia, es decir, como si la película no tuviese cortes. Por supuesto que para el director forma y contenido siempre deben estar relacionados, así que la experimentación de La soga no es gratuita sino que tiene que ver con la historia que cuenta y su desarrollo en tiempo real y en un solo escenario. Dos hombres jóvenes asesinan a un amigo en su lujoso departamento de Nueva York, ponen el cuerpo dentro de un baúl y reciben como si nada a un grupo de invitados, que incluye a los padres y la novia de la víctima. La reunión se convierte en un juego perverso de los muchachos, que cometieron el crimen como un desafío para ver si su admirado profesor de la universidad (James Stewart) los descubre. El truco del plano secuencia (en realidad, los cortes necesarios para el cambio de rollo de película están escondidos en los momentos en los que la cámara se ubica detrás de una persona u objeto) alimenta la tensión que va creciendo entre los asesinos y sus invitados.
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