Streaming: The Assistant recobra el caso Weinstein con mirada quirúrgica

The Assistant (Estados Unidos, 2019). Guion y dirección: Kitty Green. Fotografía: Michael Latham. Montaje: Kitty Green, Blair McClendon. Elenco: Julia Garner, Noah Robbins, Jon Orsini, Matthew Macfayden, Juliana Canfield, Kristine Froseth. Duración: 87 minutos. Disponible en: Amazon Prime Video. Nuestra opinión: muy buena.

El día comienza para Jane (Julia Garner), un día largo y sinuoso en las oficinas de Manhattan donde trabaja desde hace algunas semanas. Es la asistente de un importante productor de la industria cinematográfica; atiende llamadas telefónicas, cronometra su abultada agenda, recibe pedidos, organiza itinerarios. Lo hace de manera eficiente y silenciosa, en convivencia con otros dos asistentes, varones ambos, que ya conocen los vaivenes de la tarea y los secretos para sostener esa precaria armonía. Pero lo que subyace debajo de esa apariencia es lo que la directora Kitty Green revela a lo largo de esa larga jornada en la que acompañamos a Jane: el peso de un poder que no se ve, que se sostiene en lo silenciado, fuera de la vista, ominoso en los detalles que lo hacen tan evidente.

The Assistant es una película sobre las dinámicas del poder en un mundo regido por lo visible, como es el de la imagen. Más allá de la clara referencia a la empresa Miramax y a la forma de ejercicio del abuso por parte de su presidente, Harvey Weinstein, lo que Green consigue es un discreto retrato de aquello que se daba por sentado en la industria pero parecía escapar a toda representación. En Jane –y en la extraordinaria actuación de Garner– están conjugadas todas las transformaciones que produce una revelación, desde la ruptura de la aceptación hasta el camino de la denuncia. Y Green lo consigue escapando a toda declamación, afirmando su mínima historia en los detalles cotidianos, en los espacios imperceptibles, en los sonidos que adquieren sentido tiempo después de ser escuchados.

Cada uno de los objetos que recuerda a Jane su condición de engranaje en esa inmensa maquinaria es filmado por Green con feroz autonomía: las tazas alineadas en estante de la cocina, las planillas que se apilan en la bandeja de la impresora, las jeringas que esperan su lugar en la basura. La opresión visual que la cámara ejerce con ella sintetiza su devenir en los márgenes de ese mundo de negocios y componendas que la envuelve. El mayor logro de la película es conseguir esa elocuencia desde el registro de una jornada cualquiera, poblada de los mismos detalles naturalizados que el persistente seguimiento de nuestra mirada consigue tornar reveladores. Ese ambiente tóxico, su correosa corrupción que todos lo impregna, sus formas de abuso y maltrato que se camuflan en exigencias laborales, es el blanco exquisito de la quirúrgica mirada de Green, y también la confirmación de las mejores virtudes del cine.