
Una mirada sobre los hijos de la crisis
El film de Diego Yaker, que se estrenará mañana, cuenta la historia de los que emigran en busca de un futuro
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Diego es un hijo de la crisis. A sus 20 años no sabe bien qué quiere pero lo quiere ya. Ve, con desilusión, que la realidad lo condenó a trabajos temporarios y por monedas. Para colmo, la idea de que el esfuerzo trae el progreso, que le inculcaron desde chico, se hizo añicos cuando a su padre y a su hermana los despidieron de un frigorífico de pescados en Mar del Plata. Sólo le queda una esperanza, que se parece más a un manotazo de ahogado, que a una acción planificada. "Una oportunidad para mí es hacer siete horas de cola en la puerta del consulado", le explica a su familia el porqué de la decisión de emigrar a España.
La frase condensa el espíritu del film argentino-español, Como mariposas en la luz , que se estrenará mañana y que dirigió Diego Yaker. Y son las mismas palabras que sirven para contar la historia de los jóvenes de hasta 35 años que emigran y que buscan hacerse la América, en Europa, como lo hicieron, pero a la inversa, sus ancestros.
La película comienza en Mar del Plata y no por una razón arbitraria. "Después de la crisis de 2001, el 40 por ciento de los emigrantes marplatenses eran jóvenes de hasta 35 años y era la segunda ciudad con más de socupación en el país", cuenta Yaker, que también escribió el guión de Como mariposas El vivió esa situación de cerca cuando sus amigos de Mar del Plata se empezaron a ir a España a buscar lo que acá no tenían: trabajo. Y esas vivencias las usó para filmar su ópera prima.
Por la madre patria
"¿Por qué te alistaste en el ejército español? Para eso lo hubieras hecho acá", le pregunta, en una escena de la película, Diego (Lucas Ferraro) a su amigo, que también espera con ansias huir a la tierra de las oportunidades. "Porque allá pagan más", le contesta. En el film está latente la sensación de que a España se llega como se puede y como el protagonista no logra terminar sus trámites para sacar el pasaporte europeo, se va de manera ilegal. Y en la Argentina deja a su padre (Pepe Novoa), a su hermana (Josefina Viton) y a los ex compañeros de trabajo (Atilio Pozzobon, Lidia Catalano y Luis Ziembrowski), que están movilizados contra la compañía que los despidió sin indemnización porque quebró.
"Diego busca la forma de escapar", explica Ferraro sobre el comportamiento de su personaje. "El tiene el mandato de su abuelo fallecido que le había hablado de España", completa el actor que fue elegido entre 1000 jóvenes para encarnar a Diego, su primer protagónico en cine.
Yaker, que investigó durante tres meses y medio la situación de los emigrados de Mar del Plata, explica: "Una vez que están en España pasan del pensamiento mágico que los llevó hasta allí al real. Es decir, se dan cuenta de que no los están esperando con los brazos abiertos y que se tienen que esforzar como lo tendrían que hacer acá pero con la limitación de que son extranjeros". Algo de eso vive, en el film, Diego, que al llegar a Barcelona encuentra que el trabajo que le prometieron no es tal y que las cosas son más complicadas de lo que las pensó. De a poco, el sueño se desmorona.
"Cuando escribí el guión tenía la imagen de las mariposas que van a luz y que algunas terminan quemándose. El emigrado es una especie de mariposa que va hacia una luz de abundancia y si no sabe muy bien hacia dónde va, puede morir quemado. Eso le pasa al protagonista", explica Yaker el por- qué del título del film.
En Barcelona, Diego trabaja de lo que salga, incluso de las mismas actividades laborales que le hicieron comprender que en la Argentina no había futuro. Es paseador de perros, estatua viviente y empleado de una textil clandestina. Hasta llega a lo impensado: a delinquir por un motivo que considera justo. Pero también, en las calles de la ciudad se enamora de una malabarista catalana (Cristina Brondo).
"En Barcelona, también estará perdido", dice Ferraro sobre su personaje, que al final entiende que la luz es tan pero tan fuerte que lo termina encegueciendo.




