Como maestro, Julio Bocca volvió al Bolshoi de Moscú, trampolín de su carrera hace 34 años
Feliz y nervioso. Así está Julio Bocca en Moscú, del otro lado de la pantalla, cuando escribe en un mail: "34 años después de mi concurso, volví como maestro", y adjunta varias fotos en las que se lo ve con una sonrisa grande, junto a la fachada del Teatro Bolshoi donde ganó la mítica medalla de oro que catapultó su carrera internacional. "Es una ciudad nueva, tanto que no puedo imaginarla como la conocí en 1985".
Por supuesto, no es la primera vez que la estrella argentina regresa a Rusia, ni siquiera al templo de la danza, en cuyo escenario estuvo como bailarín y también como jurado del Benois de la Danse (una suerte de "Oscar" para este arte). De hecho, un año después del famoso certamen, hizo su primera gira por Moscú, Siberia y San Pertersburgo. Lo que ocurre ahora es que, a los 52 años, completa el círculo, poniéndose al frente de una de las compañías más emblemáticas de la historia del ballet, que actualmente tiene figuras como Svetlana Zakharova Alexander Volchkov (por citar dos principales que estarán este año en nuestro país). "Vengo a dar clases por dos semanas", sigue, en comunicación con LA NACION. "Y, sí, volver es increíble. Estoy muy nervioso, porque no es que no tengan buenos maestros acá, así que hay que hacer cosas diferentes", se entusiasma con el desafío.
De hecho, hace apenas unas horas Bocca se presentó por primera vez en la sala mayor del Bolshoi para debutar al frente de uno de los elencos profesionales con más reputación en el mundo. "Dan clases a las 10 y a las 11, en 4 estudios diferentes, ya que son unos 170 bailarines, así que cada día tendré un grupo diferente". Para él, hoy la sorpresa fue doble: "Después de la clase, me quedé a un ensayo con una solista y ¿quién estaba al frente? Nada menos que Nadezhda Pavlova", exclama luego de su encuentro con una figura del ballet del siglo XX. "Fue genial, estaba nervioso, pero muy feliz".
Desde que dejó la dirección artística del Ballet Nacional del Sodre (BNS), la compañía oficial de Uruguay que revolucionó durante su gestión entre 2010 y 2017, Julio Bocca se dedicó a reponer obras en elencos internacionales –el año pasado, sin ir más lejos, remontó El corsario en el Teatro Colón – y, aún con más énfasis, a dictar master classes y seminarios a bailarines profesionales de los cinco continentes.
Este año ya estuvo –además de con el BNS– en Zurich, el Prix de Lausanne, Finlandia, Berlín, Portugal, Alicante, Monterrey y Ciudad de México; hacia adelante, su agenda marca como destinos Orlando, Beijing, Corea, un mes en el Australian Ballet y su regreso al ABT de Nueva York, su segunda casa, donde fue gran figura. "Es posible que esté en la Ópera de París, en octubre, y si no será el año que viene", anticipa.
Tras un anecdótico regreso a los escanrios para bailar un chamamé en el G20, en la Argentina, que visita periódicamente desde que se radicó del otro lado del Río de la Plata tras su retiro de los escenarios, en 2007, este año dio clases en Chaco y tiene compromisos para los próximos meses en San Juan y Salta.
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