Diane Keaton y Alec Baldwin, los defensores más acérrimos

Desde 1992, Woody Allen ha sido acusado en repetidas ocasiones de haber abusado sexualmente a su hija adoptiva Dylan Farrow cuando la niña tenía 7 años. Aunque un fiscal de Connecticut decidió en su momento no presentar cargos contra Allen, las denuncias suelen volver a aparecer cuando el director presenta una película, para luego volver a caer rápidamente en el olvido.

Ahora, sin embargo, y a la luz del movimiento #MeToo, las acusaciones están siendo revisadas por muchas personas del mundo de Hollywood.

A diferencia de muchos hombres poderosos que cayeron con el movimiento #MeToo, como Harvey Weinstein y Kevin Spacey, Woody Allen todavía cuenta con el apoyo de algunos defensores famosos. De ellos, los más importantes son las estrellas de cine Diane Keaton y Alec Baldwin .

El lunes, Keaton hizo una defensa acérrima de Allen. La actriz, protagonista de varias películas de Allen, incluyendo Annie Hall y Manhattan, tuiteó un video clip de una entrevista a Allen en 1992 para el programa 60 minutos junto con las palabras: "Woody Allen es mi amigo y voy a seguir creyéndole. Sería bueno que miren esta entrevista en 60 minutos de 1992 y vean qué les parece".

En la entrevista, Allen negó las acusaciones en su contra, y dijo que lo que pasó fue "totalmente irrelevante".

Baldwin fue más directo. En una serie de tuits desde una cuenta que ya ha sido suprimida, el actor -quien también apareció en varias de las películas de Allen, incluyendo Blue Jasmine-, comparó a Dylan Farrow con Mayella Ewell, el personaje de Matar a un ruiseñor que miente haber sido violada.

"[Una] de las cosas más efectivas que Dylan Farrow tiene en su arsenal es la 'persistencia de la emoción'", tuiteó Baldwin el domingo, según la revista Hollywood Reporter. "Como Mayella en [Matar a un ruiseñor], sus lágrimas/exhortaciones están destinadas a generar compasión para que creamos en su historia. Pero yo necesito más que eso antes de destruir a alguien, cualquiera sea su fama. Necesito mucho más."

Baldwin había defendido anteriormente a Allen cuando tuiteó: "¿Es posible apoyar a los sobrevivientes de la pedofilia y de los abusos sexuales y también creer que Woody Allen es inocente? Yo creo que sí".

Los dos actores hablaron después de que Dylan Farrow apareciera en una emotiva entrevista en CBS This Morning el 18 de enero y diera detalles de sus acusaciones contra Allen. "Mi padre me llevó al altillo de la casa de campo de mi madre en Connecticut. Me dijo que me acostara con el vientre contra el suelo y jugara con el tren de mi hermano que estaba preparado", le confesó Dylan a Gayle King. "Y se puso detrás de mí, cerca de la puerta, y mientras jugaba con el tren, me acosó sexualmente? Como una nena de 7 años, diría que me tocó mis partes privadas".

"Hace 20 años que repito las mismas acusaciones, y me han ignorado o desacreditado sistemáticamente -agregó-. Si no se reconocen las acusaciones de un sobreviviente, ¿quién va a defendernos?"

Allen negó nuevamente las acusaciones en una declaración remitida a CBS, en la que afirmó que "aunque la familia Farrow utiliza cínicamente la oportunidad que le da el movimiento Time's Up para repetir esta denuncia sin fundamento, eso no lo hace más cierto hoy de lo que lo fue en el pasado. Nunca acosé sexualmente a mi hija, tal como concluyeron todas las investigaciones hace un cuarto de siglo".

Mientras que Keaton y Baldwin defendieron a Allen, muchos otros actores hablaron abiertamente en contra del famoso director.

Greta Gerwig, la directora de Lady Bird, quien actuó en la película de Allen De Roma con amor, declaró recientemente en el diario The New York Times: "Si hubiera sabido lo que ahora sé, no habría actuado en esa película. No trabajé para él nuevamente y no volveré a hacerlo".

Colin Firth y Rachel Brosnahan, quienes trabajaron con Allen, hicieron declaraciones similares. El actor de Llámame por tu nombre Timothée Chalamet dijo que donaría todos sus ingresos por su trabajo en A Rainy Day in New York al movimiento Time's Up, al Centro Comunitario LGBT de Nueva York y a la organización contra las agresiones sexuales Rainn.

Por Travis M. Andrews The Washington Post - Traducción de Jaime Arrambide