Ivo Dimchev: un búlgaro en constante transformación creativa
Llegó para presentarse en el marco de la octava edición de Panorama Sur, con dos espectáculos performáticos
Ivo Dimchev esa una rara avis de la escena experimental. Anteayer fue su primera presentación en Buenos Aires en el marco de Panorama Sur. En su octava edición, esta plataforma internacional de artes escénicas tiene dos invitados extranjeros: Radouan Mriziga, coreógrafo y bailarín de Marruecos que el jueves y el viernes de la semana próxima se presentará en el CCK; y este performer, cantante, coreógrafo y compositor búlgaro que mañana presentará I-Cure, en el Cultural San Martín: y el sábado hará Live solo concert, en el CCK.
Alejandro Tantanian y Cynthia Edul son los directores de plataforma de neto corte experimental. ¿Por qué esta vez Tantanian reparó en esta figura de imagen tan trans como transgresora? Lo responde él: "Ivo es un artista que trabaja sobre una zona de corrimiento de lo representacional, un artista que comparte esas voluntades de experimentación a la manera de un Tim Etchells, un Bruno Beltrão o un Richar Maxwell; artistas que ya invitamos a Panorama. Su impronta artística es de una pregnancia única. Podrás odiarlo o amarlo, pero no olvidarlo."
Como si fuera parte de un guión armado, consideraciones similares se escucharon la primera noche que este inclasificable artista se presentó el año pasado en el reality X Factor, versión británica. El cantante Robbie Williams era uno los miembros del jurado. Después de verlo cantar y bailar con un particular atuendo, reconoció su admiración. Esa noche Ivo se subió a escena en cortos, la camisa desabotonada y unos tatuajes en sus pezones. Cantó y bailó. Otro jurado, Louis Tomlinson, uno de los integrantes de la desaparecida banda One Direction, dijo: "Definitivamente es lo más bizarro que he visto en este programa". Aquella vez los medios británicos se preguntaron si estaban frente a un freaky o frente a un artista. Cuando se presentó en Manhattan, The New York Times afirmó: "Animal, por momentos; delicado, por otros, [Ivo] combina la oscuridad y la claridad con destreza verbal y física".
Recién llegado a Buenos Aires y con cara de no entender mucho en dónde está, Ivo se presta a la charla con extrema predisposición. Escucha algunas de estas consideraciones y dibuja apenas una sonrisa. "Cambié mucho a lo largo de los años -se explica-. Yo me siento parado dentro del panorama del arte contemporáneo desde hace 20 años. Transité distintos períodos a lo largo de este tiempo. El inicio fue indagar los límites de lo performático. En otro momento me enfoqué en los aspectos visuales de mis obras concentrándome en lo que el público ve en mis propuestas. El foco no estaba puesto en el cuerpo sino en cómo ese cuerpo se conecta con otros cuerpos en un mismo espacio. Más tarde me enfoqué en la dramaturgia, en la escritura de textos hasta que me sentí demasiado cómodo y volví a lo performático, a algo más abstracto. En I-Cure pasa algo de eso. Si a ese obra le sacás el texto, solo ves a un travesti freaky. Y en otro momento de mi carrera me centré en la relación con la audiencia, en cómo el público colabora y contribuye a la creación del objeto artístico.
-¿Ese es el foco de A selfie concert, la obra que acabás de presentar en Chile?
-Diría que esa obra es más una deconstrucción de la idea del concierto. Tiene que ver con la forma en que estamos juntos. En esa obra la selfie como tal no tiene que ver con uno mismo sino con la razón por la que estamos juntos. Hay otra llamada Facebook Project en la que el público define la dramaturgia de la obra. Yo me encargo de lo visual y del contenido de la escena mientras el público le da un sentido dramatúrgico al todo. Pero en algún momento decidí darle un cierre a mi construcción como artista contemporáneo y performático y me dediqué exclusivamente a escribir canciones. Empecé a indagar sobre esa convención de la cual siempre estuve en contra. Creo que un cantante interpretando un tema detrás del otro es la forma más predecible y repetitiva del arte. De hecho, nunca logré mantenerme en un concierto hasta el final, me aburro. Pero las cosas cambian, las personas cambian y encontré un verdadero desafío en eso de meterme con ese vocabulario tan limitado. Y decidí, simplemente, componer canciones. Quizás haya algo medio masoquista en todo esto de limitarme tanto a mí mismo, pero me da mucha libertad encontrar los pequeños detalles de las cosas. Esa pretensión de convertirme en un artista contemporáneo ya no está, en algún momento me pareció un camino fácil. La última pretensión de un artista contemporáneo es ser contemporáneo, desafiar los bordes, los límites.
-En el mapa de esa transformación permanente tuya como artista, ¿cuándo se produjo este última mutación?
-Después de Facebook Teather, probablemente la obra más experimental que hice, tenía pequeñas canciones de mis diferentes shows, como la canción "I-Cure". En un momento quise poner todas esas canciones juntas en un sólo concierto y ver si podían sobrevivir fuera del contexto para el cual fueron creadas. En 2014, en Sofía (Bulgaria), abrí un espacio de arte y ahí fue la primera vez que presenté Live solo concert y me di cuenta que los temas convivían, que había un cambio de sentido. Si fueron creadas como una broma hacia la cultura popular que refrescaba lo pretencioso de la propuesta ahora había algo distinto. Y en ese tránsito me di cuenta que podía cantar.
-Ya entonces como cantante, ¿tu participación en el reality X Factor fue ponerte a prueba en el marco de un show a gran escala?
-En verdad fueron ellos lo que me invitaron. A mí nunca se me hubiera ocurrido estar en un show de karaoke en el que la gente canta algún hit. Nunca supe una canción entera de nadie, pero ante la invitación me pareció una buena manera de promover lo mío, ganar otras audiencias. Mi condición fue la de cantar canciones propias y ellos lo aceptaron. Fue bastante placentero y tuve mucho apoyo de Robin Williams y Simon Cowell (histórico jurado de este tipo de realities). Simon dijo, por ejemplo, que debía seguir en el show para mostrarle al público que había otras maneras de generar entretenimiento. Ser yo mismo en este tipo de contexto cantando mis propias canciones fue muy divertido.
En I-Cure Dimchev se propone resolver problemas físicos y psicológicos. Haciendo referencia a programas de televisión interactivos, con imágenes de islas de palmeras y chimeneas crepitantes vestido de drag. En Live solo concert Ivo agrupa una selección de canciones de sus performances creadas en los últimos 15 años. Será su primera vez en estas tierras. Quizás vuelva en uno años. Seguramente, en un artista en constante transformación, su foco estará puesto en otro lado.