Karol Sevilla está en un hotel del centro porteño con gafas oscuras y campera rockera. Atiende a un grupo de fans que le piden una foto y se distrae con el celular. Se ríe mucho; se muestra alegre y divertida, y más tarde cuenta que a veces no se termina de creer el hecho de que su personaje haya alcanzado tanto éxito. Nacida en Ciudad de México en 1999, sólo tardó seis años en empezar a actuar. Ahora, con 18 y ya en la tercera temporada de Soy Luna, Karol afirma que su deseo es llegar a ser una gran intérprete.
Tras el boom de Violetta, Soy Luna tomó la posta en la factoría Disney y rápidamente dio sus frutos. La serie teen favorita en América Latina empezó en 2016 y se emite en 150 países . Acaba de estrenar su tercera temporada, con un elenco digno de las naciones unidas, con actores argentinos, chilenos, españoles, italianos, brasileños y mexicanos.
En paralelo a la serie, los actores se preparan para el tour Soy Luna en Concierto, que se promociona como el último del ciclo, cuando aun no hay noticias concretas de si el programa continuará o no con una cuarta temporada. Se trata de un gran despliegue musical con las canciones de la novela y con una puesta en escena impactante que recorrerá el continente. El estreno, en el Luna Park, se producirá el 15 de junio y, hasta aquí seránm 15 las funciones que realizará allí el elenco. Luego emprenderá viaje a La Rioja, Tucumán, Salta, Mar del Plata, Santa Fe, Mendoza y Córdoba.
En tanto, los nuevos capítulos de la ficción cuentan cómo Luna Valente se reencuentra con su abuelo y con su historia, convertida en Sol Benson y en la nueva heredera de la fortuna en la mansión. La protagonista busca información sobre sus padres y el pasado regresa para ella a través de sus sueños, con un nuevo misterio ligado al pasado de la familia. Además, a la tira se suman nuevos personajes: la malvada Emilia (Giovanna Reynaud); la frívola y verborrágica Maggie (Vicky Suárez Battan); el brillante y manipulador Benicio (Pasquale di Nuzzo); el excampeón de surf y empresario inescrupuloso Gary López (Joaquín Berthold); el tímido Eric (Jandino ), y el nuevo huésped de la casa, Michel (Esteban Velázquez).
"Estoy ansiosa, contenta y emocionada con esta nueva etapa", cuenta Karol Sevilla.
–¿Cómo te preparás para todos los shows que se vienen?
–Tenemos un mes de ensayos, con talleres de canto, baile, actuación y patín. Es cansador, la verdad, porque estamos todo el tiempo preparando coreografías, y Sergio, el coreógrafo, es muy perfeccionista. Pero amamos lo que hacemos y estamos muy contentos.
–¿Qué tiene de novedoso este espectáculo con respecto a los anteriores?
–Es diferente, con canciones nuevas y con los personajes malos de la serie que se agregan: Emilia y Benicio, que van a estar medio en el grupito de Ámbar y todos esos… ¡Y no sabemos qué va a pasar! ¡Con tres malos el show va a explotar! Es una cosa tremenda (ríe).
–¿Y qué nos trae esta tercera temporada de Soy Luna?
–Tiene un poco de todo: drama, romance. Todas las temporadas han tenido eso, pero ésta está llena de conflictos y de secretos. Mi personaje está muy confundido. Le pasan un montón de cosas a Luna, pero ella es una chica que siempre va adelante y ahora está en busca de sus padres biológicos, de saber quién es, por qué había tantos secretos y por qué Sharon esconde tantas cosas. Creo que lo difícil ahora ha de ser el no poder entrar al cuarto de sus padres, el no tener la fuerza para hacerlo, porque es una chica que es tan chiquita que no sabe cómo manejar sus sentimientos. En el amor está para atrás, está muy confundida: no se sabe si quiere a Simón o si quiere a Mateo. Es un momento en el que se dice: "basta, por favor, Luna concéntrate y mira qué quieres en tu vida". Pero también está lindo porque un montón de chicas pasan por eso; yo misma también pasé por eso.
–Trabajar durante tanto tiempo este mismo personaje, ¿en qué sentido te ha servido para crecer en lo actoral?
–He aprendido un montón de cosas y he crecido mucho tanto en lo personal como actoralmente, he aprendido de otras culturas y de mis compañeros. Es un elenco multicultural y eso es lindo. Aprendí a crecer con el tiempo, paso a paso. Las cosas pasan por algo y hay que aprender de lo que nos pasa. Además, todo lo que le sucede a Luna me ha pasado a mí. Pareciera que hubieran grabado mi historia. Aprendí a tener que vivir en otro país y eso fue lo más loco, porque era lo que le estaba pasando a mi personaje. Me acuerdo hasta que en un momento Luna pierde su pasaporte y yo pierdo el mío.
–¿Qué mensajes transmite la serie para los chicos de tu generación?
–Creo que lo más lindo que tiene es la música, porque a través de ella nos podemos comunicar, y es una serie que tiene muchos valores: la amistad, el apoyo a la familia, el seguir adelante con la frente en alto a pesar de los problemas, el nunca darnos por vencidos. Hay que ser guerreros en la vida. Además, hay un montón de chicos, de los que nos siguen, que crecen con nuestro personaje, entonces todavía lo ven un poco más real. Por ejemplo, los chicos se pueden imaginar que a Luna se la pueden encontrar en la calle y eso es lo que hace real y divertida a la serie.
–¿Cómo vivís siendo tan joven todo el fenómeno que ha despertado la serie y tu personaje?
–Es como un sueño para mí. En la primera temporada, no sabíamos si la serie iba a ser un éxito o no, así que empezamos con una ilusión muy grande, y, de la nada, a la gente le gustó demasiado y empezó a seguir la serie. Cuando salió el hashtag #SoyLuna fue una locura, no nos lo creíamos. Y para mí es un sueño, todavía me sigue impresionando que me pidan fotos por la calle.
–¿Qué desafíos internos supuso para vos este salto a la fama?
–Hay una realidad: cuando tú te empiezas a hacer muy famosa y cuando la gente te empieza a conocer o te empieza a seguir en las redes sociales, se acaba tu vida privada. Tu vida privada pasa a pertenecerle a los fans. También queda en uno hacer lo propio en su casa, pero sí que cambia eso. La gente te sigue; está en todos lados y de repente llegas a un lugar y están ahí y piensas: ¿cómo se enteraron? Llegas a un aeropuerto y están ahí esperándote. Yo soy realmente muy chismosa (ríe) y cuando llego a los aeropuertos y están, les pregunto: ¿cómo se enteraron que a esta hora yo llegaba aquí? Y me dicen: nos enteramos porque tú habías dicho que un día de estos ibas a venir... y entonces es ahí cuando yo digo que los fans son como el FBI, pero heavy total, y yo realmente los admiro demasiado. Y me pongo en sus zapatos y, por ejemplo, si sé que Robert Downey Junior está en un hotel, yo te juro que me quedaría afuera esperándolo hasta que salga.
–¿Qué fue de lo más alocado que te ocurrió con los fans?
-Recuerdo algo que realmente me impresionó muchísimo y que me dejó en shock durante tres días. Al salir de un show, nos subimos a la camioneta y había mucha gente y yo subo y de repente veo a una niña sentada y no sabía si venía con nosotros, y le dije: "hola", y me dice: "hola, Karol", y me agarra una bufanda que yo tenía puesta y sigue: "por favor, dámela y me bajo de la camioneta". Y entonces yo me morí de risa y le dije: "¿de verdad quieres mi bufanda?". Pensé que era un chiste, pero no, entonces me la quité y se la di. Me dio un abrazo y un beso y se bajó. ¡Lo único que quería era mi bufanda! Y fue impresionante, porque algo que uno tiene les hace feliz.
–¿Cómo es tu relación con tus seguidores en las redes sociales? ¿Usás mucho las redes sociales?
–Puf, estoy adentro de las redes sociales. Estoy todo el día en las redes sociales, porque son muy importantes para los actores para poder comunicarse con los fans; para poder platicar con ellos; poder retuitear una cosa, publicar algo. Las redes sociales se están apoderando del mundo, ya no hay tanta televisión ni tanta radio, y yo estoy ahí todo el tiempo, las 24 horas del día. Trato siempre de platicar con los fans, de que encuentren una amiga en mí, pero también puede ser peligroso tanta red social; hay que tomarlo con precaución, porque hay un poco de todo en las redes.
–Antes hablabas de los sueños, ¿te queda alguno por cumplir?
–Mi cabeza está llena de sueños. Mi ratoncito va girando y tiene como papeles en toda su casita con todos los sueños que quiero. Me gustaría llegar a ser una gran actriz pero también ser conocida por lo mucho que he luchado para llegar hasta ahí; que la gente sepa que no la he tenido fácil, que he tenido que luchar y tirar para adelante, que muchas veces me he caído pero que me he sabido levantar con la frente en alto.
–¿Qué momentos no han sido fáciles?
–Me di cuenta de que el mundo del artista es muy difícil cuando recibí el primer "no" que tuve en un proyecto. Eso me abrió mucho los ojos, porque para ese proyecto me había preparado tres años con baile, con tela, con muchas cosas. Cuando salí de ese casting le dije a mi mamá que no quería ser actriz. Tenía ocho años. Estuve una semana (no mucho –ríe–) y ahí fue cuando me dí cuenta de que iba a tener muchos "no" en esta vida y de que tenía que ser fuerte, porque la vida te tiene preparados otros proyectos más grandes. El mundo del artista es muy difícil.
–¿Qué es lo que más extrañás de tu país?
–Los tacos, el picante, a mi familia. Ahora que regresé a México, me di cuenta de que extraño demasiado, de que me hace falta mi cultura. De repente llego y me dicen: "tienes un tonito raro" y digo: ¡no es cierto! Ahora cuando volví a ver a mi familia me entraron unas ganas de llorar tremendas. Vi a mis primas y dije: "Madre mía, crecieron demasiado, están más altas que yo"; es increíble lo mucho que te pierdes por estar en otro país, pero también es gratificante porque estoy cumpliendo un sueño y no es una oportunidad que me llegase fácilmente. Realmente luché muchísimo para llegar hasta aquí.
–¿Qué diferencias culturales has notado entre la vida en México y la Argentina?
–El modo en que cocinan es totalmente diferente: en México hay muchas cosas para cocinar y aquí hay muy poquitas, y siempre lo mismo. Amo Argentina, pero siempre es asado, empanadas (ríe), pizza y mate.También la gente es muy diferente. Argentina me gusta realmente y de los argentinos me gusta que son muy buena onda y cómo gritan por la calle. Me encanta cuando hablan y te enteras de todos los chismes y de lo que le está pasando a otra persona.
–¿Tenés referentes?
–De la actuación, me gusta muchísimo Robert Downey Junior, es mi referente para actuar. De canto, Selena Gómez. De vida, sobre cómo ver la vida: mi hermano. Él es una persona muy tranquila, que le ve el lado positivo a las cosas. En cambio yo no. Si veo el lado malo, ya me creo la película completa.
–¿Te han inspirado otros artistas que siguieron caminos similares al tuyo, como podría ser Tini Stoessel?
–Tini es súper talentosa, muy perseverante y guerrera, súper centrada en lo que quiere. También me gusta mucho Lali Espósito; me gusta cómo canta y cómo crea sus canciones. Hay realmente un montón de talentos que sí admiro y es bueno agarrar un poco de todos esos actores, ver qué hacen, cómo se mueven en el escenario, cómo actúan, para aprender de ellos.
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