La música latina ahora tiene premios propios
Se entregaron en Punta Cana los galardones creados por la señal HTV y votados por el público
PUNTA CANA.- "Ahora sí tenemos los premios que elige América latina." Exultante, el periodista de CNN Ismael Cala cerró con estas palabras la primera ceremonia de los Heat Latin Music Awards, los premios a la música latina ideados por la señal HTV y votados, en la mayoría de las categorías, por el público del canal. Cala y la modelo y actriz colombiana Karen Martínez, fueron los conductores de una ceremonia que duró dos horas, se emitió por las señales HTV y TBS y fue muy celebrada por los músicos y por un público que bailó con cada uno de los exponentes que subieron a escena.
El colombiano Juanes abrió y concluyó la premiación. De espaldas al escenario montado en la playa Juanillo de Cap Cana, una zona exclusiva de Punta Cana y alejada de sus balnearios más visitados; de espaldas a ese mar verde esmeralda y en una tarde de calor apacible, con una leve brisa que movía las palmeras. "HTV es playa" nos había dicho antes de la ceremonia Felipe de Stefani, gerente General de Turner Internacional Argentina. Y como tal, la fiesta tenía que llevarse a cabo en su locación ideal.
Un año atrás HTV tomó la decisión de entregar sus propios premios y, así, salir a competir con la franquicia latina del Grammy y con los premios MTV. Para ello diseñó un número medido de categorías, once, y puso en manos del público la responsabilidad de votar a la mayoría de los ganadores. Así las cosas, el colombiano J. Balvin fue el máximo ganador en lo numérico, se alzó con tres premios Heat; sin embargo, su compatriota Juanes obtuvo la distinción de Artista de Oro, categoría especial que no obtuvo el voto del público. Para el autor de "A Dios le pido", la noche -la tarde, a decir verdad- fue redonda: Karen Martínez, la conductora, es su esposa y la madre de sus hijos y estaba allí para darle un beso al momento del reconocimiento.
Tras media hora de desfile por la alfombra roja, la ceremonia empezó puntualmente a las seis de la tarde. Juanes y su banda inauguraron los premios Heat con el sello que hoy en día suelen tener este tipo de acontecimientos: pocas palabras y mucha música en directo. Es más, para que los shows tuvieran el sabor de algo único, se produjeron varios cruces en escena entre los músicos. La mayoría de lo que se vio y premió tuvo gusto a reggaetón. Algunos de sus exponentes, como Nicky Jam, un pionero del estilo desarrollado en Puerto Rico, se encargaron de inflar el pecho y sentirse orgullosos de su música, y priorizar este término por encima del ahora más utilizado "urbano". Sin embargo fue el colombiano J. Balvin el que marcó el ritmo de la ceremonia. El sí se alista en el llamado género úrbano, representa la renovación y una corriente que llega del país cafetero, principalmente de la región de Antioquia.
"Mala gente", "La camisa negra" y "Juntos" integraron el popurrí que eligió Juanes para iniciar la ceremonia. Tras él se sucedieron por igual premios y shows. Y Colombia, que junto con Venezuela se alzaría con la mayoría de los premios, tendría la primera sonrisa: Alkilados ganaría por Mejor grupo o banda. Balvin, en tanto, se impondría en tres de las cuatro categorías en las que estaba nominado: Mejor artista masculino, Mejor artista urbano y Mejor video, tal vez la más importante, dado de que se trató de los premios de una señal de televisión.
El músico dominicano Juan Luis Guerra, un prócer en su tierra y en toda América central, fue distinguido con una mención especial, el premio Compromiso, por la labor caritativa de su fundación, 440, nombre con el que se conoce a su histórica banda. Minoría, la música sudamericana estuvo representada por Axel, quien ganó en la categoría Mejor artista región sur. Los uruguayos de No Te Va Gustar estuvieron nominados para Mejor artista rock pop, pero el premio se lo llevó el venezolano Lasso.
La música en directo fue un espejo de lo que se nominó y premió en las dos horas de ceremonia. El portorriqueño Wisin, J. Balvin, el dúo Chino y Nacho y también Juan Luis Guerra. Lo que siguió a los primeros Heat Latin Music Awards fue una fiesta en la playa, con los músicos, sus managers e invitados especiales. Allí también se bailó y se gritó fuerte por esta variedad de géneros que va de la música caribeña tradicional al reggaetón y al pop, y que ahora encuentra en un buen número de cultores la posibilidad de generar una identidad cultural para sentarse a la mesa de la industria musical norteamericana y participar de ella con un rol trascendental y no como un mero actor secundario. Las palabras finales de Ismael Cala, que condujo con sobriedad la ceremonia junto a Karen Martínez, tuvieron esa impronta. Los mares de ron que correrían más tarde no harían más que mostrar con más vivacidad ese espíritu.
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