Lovero, un actor oficial

Después de quince meses de promulgada la ley que determina la creación de Pro-Teatro (instituto porteño de teatro), Onofre Lovero fue designado director de la entidad.

Después de marchas y contramarchas en la deliberación de esta ley, lograron aunarse los reclamos de actores, actrices, autores, directores y empresarios que reclamaron el apoyo oficial para el normal desenvolvimiento de la actividad teatral en la Capital Federal.

Una vez promulgada la ley, inexplicablemente la reglamentación y la creación de Pro-Teatro se vieron demoradas por más de un año y sólo ahora está esperando la firma de Enrique Olivera, jefe del gobierno de la ciudad.

Un historia incomprensible

En febrero del año anterior fue gestionada por la Secretaría de Cultura del gobierno porteño la ley para la Protección y Fomento de la Actividad Teatral no Oficial de la Ciudad de Buenos Aires (Proteatro) que, a días de su firma por las autoridades competentes, está ya regida por un directorio en cuyo frente está Onofre Lovero.

Actor y director de larga trayectoria escénica, fundador del mítico teatro Los Independientes (hoy Payró), buceador talentoso en cientos de personajes de obras del repertorio nacional y extranjero y columna vertebral de muchos emprendimientos que deslumbraron a los más exigentes espectadores y críticos, Lovero está ya, con su inclaudicable temple y su indiscutida idoneidad, dando los primeros pasos "para -explica durante un diálogo con La Nación - poner en movimiento esta ley tan necesaria para que el teatro no oficial no esté desvalido en cada uno de sus intentos".

-¿De qué forma será financiado este emprendimiento?

-Pro-Teatro recibirá un millón de pesos anual para distribuir entre los elencos no oficiales que deseen, entre otros fines, realizar puestas, abrir o reabrir salas y fomentar el teatro en los barrios. El dinero provendrá del área de la municipalidad, que le otorgará una total autarquía a esta entidad.

-¿Quiénes integrarán el directorio?

-Será integrado por actores, actrices, autores, escenógrafos o vestuaristas y representantes de salas comerciales e independientes y de los empresarios teatrales. El total del directorio tendrá nueve personas que serán renovadas cada dos años.

El valor del apoyo

Esta ley, que espera la inminente firma de Enrique Olivera, permitirá "oxigenar nuestra alicaída escena porteña -explica Lovero- y aportar otras ideas para aquellos que deben luchar con precarios medios económicos para lograr sus objetivos. En nuestros planes está, también, la posibilidad de organizar giras por el interior a cargo de elencos porteños y poner en marcha muchos escenarios barriales para ofrecer, así, una mayor comodidad a los espectadores".

El entusiasmo es, sin duda, el motor principal que aporta Onofre Lovero para esta cruzada. Pero en él no está exento el orgullo de haber sido elegido para estar al frente de esta nueva entidad teatral.

"Toda mi vida -rememora- la dediqué a la escena. Mi niñez transcurrió entre bambalinas, en mi juventud prevaleció la necesidad de crear nuevos espacios escénicos, y ahora continúo con el mismo entusiasmo de ayer. Estar, con mis pares, en esta misión de reavivar el teatro porteño es, pues, un honor que yo debo pagar con mi moneda de siempre: la modestia y la honestidad."