
Canciones del "Diván..."
La semana es una fiesta. Porque si hay algo que quedará de esta temporada musical, más allá de otros acontecimientos, será la actual presencia en Buenos Aires, gracias al Mozarteum argentino, del "Diván occidental-oriental", nombre de la orquesta concebida por Daniel Barenboim y el palestino Edward Said, como parte de un taller de estudio y comprensión entre culturas en conflicto.
Es un dato bien conocido que el proyecto y puesta en obra del conjunto, con su nombre en inglés "West-Eastern Divan", se produjo en 1998, el año en que Weimar, la ciudad donde murió Goethe, era designada capital cultural de Europa. Y Goethe era el referente absoluto a través de su conjunto de poesías titulado "West-östlicher Divan", publicado en 1819 y aumentado con 40 nuevas composiciones en la edición definitiva de 1827.
Recordemos que el sentido literario de diván (del turco "diwán") es el de una recopilación de poemas de autores orientales, por lo general, árabes o persas.
Con toda razón, Barenboim y Said, ya fallecido, destacaron el hecho de que Goethe fue uno de los primeros alemanes interesados en otras culturas, lo que lo llevó a aprender árabe a los 60 años.
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Lo cierto es que entre 1812 y 1813, el orientalista Joseph Hammer había publicado una traducción del "Diwán" del más grande de los poetas líricos persas, Hafiz, y la lectura de esa obra fue para Goethe el primer estímulo, más allá de que el mundo oriental siempre le había atraído. Así se fue gestando en la tranquila Weimar, extraña en un mundo que se perturbaba tras el desmembramiento del imperio napoleónico, esta obra inmortal que partió del Oriente de Hafiz y arribó a una nueva experiencia cultural de excepcional riqueza y novedad: "De Dios es el oriente/de Dios, el occidente:/todas las tierras en el Norte y en el Sur/reposan en la paz de sus manos".
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Pero también el Divan de Goethe, que incluye más de 250 poemas, ha quedado desde hace más de 180 años ligado a nuestro más precioso repertorio del Lied. Es cierto que Schubert, que puso música a tantas poesías del autor de "Fausto", extrajo escasos títulos de la colección, entre ellos dos del libro de Suleika, escritos bajo la inspiración de la amante del poeta, Mariana von Willemer. Fue en cambio Hugo Wolf quien se entregó con pasión a contener en sus melodías y atrevidas armonías los manantiales de "West-östlicher Divan". Y es ahí donde el músico, muerto en Viena en 1903, encontró los versos que le permitieron cantar a esa universal armonía, en la que, por el amor, se une todo aquello que en el acto de la creación se había separado y dividido.
Monumento de incomparables resonancias universales, la obra de Goethe cobija hoy, simbólicamente, a uno de los más bellos proyectos de la humanidad: los músicos liderados por Barenboim han aprendido que en el seno de una orquesta, como de un coro, cada uno es único, pero cada uno depende del otro. Una democracia en la que sin perder su identidad se anulan los prejuicios más brutales y arraigados.



