Chano, sin filtro: “Renuncié a todo para ser el más grande de los solistas”

“Llega un momento en que el día termina y me tengo que ir a dormir. Es una de las renuncias más grandes que hice (la de salir de noche), pero me ayuda a sostener esta estructura que armé para ser solista. Hay veces que no puedo sostenerlo y salgo, pero la mayoría del tiempo lo logro. Y esa es la clave para estar bien y para que esta estructura funcione”. Chano habla pausado, remarca algunos conceptos para que quede bien claro en qué etapa de su vida está. Después de la confusa internación de fin de año, a la que le resta importancia (“fue un error de mi médica”), prepara a diario los detalles para salir a tocar, para debutar como solista sobre un escenario: el 23 de enero, en el marco del ciclo provincial AcercArte, brindará un show gratuito al que se espera que vayan 50 mil personas.

En el estudio de Cachorro López, productor general y guardián del sonido de las nuevas canciones de Chano, el ex cantante de Tan Biónica se siente a gusto, contenido por su nuevo equipo de trabajo. Los músicos son nuevos, el manager es nuevo pero la discográfica no, es la de “siempre”. De hecho, ni bien Tan Biónica dejó de tocar, se acercó a su compañía, Universal, y firmó un nuevo contrato, el primero como solista. “Les prometí ocho canciones sin saber si iba a poder cumplir y les dije que les iba a entregar ocho hits. Las cuatro que ya salieron lo lograron”.

En una tarde en la que todo porteño cambiaría el cemento por mar, en el barrio de Saavedra hay un oasis, un portón de esos que anuncian que detrás de él no hay una casa de familia, sino un estudio de grabación. Pero en su interior no hay salas de esparcimiento ni un jardín con pileta. Hay una enorme y moderna consola de un lado del vidrio, cables e instrumentos del otro, y Premios Grammy y Gardel a ambos lados. De un lado, el dueño de casa, Cachorro López, trabajando con el material de Chano; del otro, el cantante, entregándose al fotógrafo. Toma una guitarra, ensaya una versión de "Blackbird", de The Beatles y se muestra feliz. Ahí, entre flashes y pedidos de poses surge Chano al desnudo, al natural: “Ojalá todo salga bien”. Asustado pero decidido, en buena forma física y en lucha permanente contra sus demonios, dispara: “Llegué a un lugar con la banda (Tan Biónica) y como solista quiero partir de ahí. No puedo ir a La Trastienda con este equipo, tendría que desarmarlo a la mitad”.

Cuando habla de “este equipo” Chano se refiera a las 20 personas que hoy lo acompañan. Su nuevo mánager, Matías Schneer –quien también trabaja con Fito Páez, Daniela Herrero y Alejandro Lerner–; el dueño de casa, Cachorro López; el Bersuit Pepe Céspedes, y una banda que ensaya contra reloj para el debut solista que se producirá el 20 del actual en Paraguay, pero que tendrá su bautismo de fuego tres días más tarde, en el Parque Camet marplatense. Ellos son Martín Pomares (guitarra y dirección musical), Mariano Campoliete (guitarra y teclados), Pablo Ielasi (bajo), Juan Bruno (Guitarra), Manu Pineda (teclados) y Cristian Borneo (batería). “Tocar con ellos es como tocar con AC/DC”, se entusiasma Chano. Y también su mánager, que al pasar deja una frase: “Es un equipo muy sólido y todos tienen la camiseta puesta. No existen los problemas que no se pueden resolver”.

–¿Estás preparado para salir a tocar?

–¡Sí! Ya tengo muchos shows agendados y no puedo estar más sin tocar. Va a haber como una première en Paraguay, pero mi gran regreso será gratuito, en el Parque Camet de Mar del Plata. La provincia me ayudó para volver de esta manera. El Conejo (Gómez), el ministro de Cultura, es alguien a quien conozco desde hace mucho. Acudí a él porque no tenía un lugar donde ir a tocar y él se arriesgó por mí. Tengo un montón de miedo de tocar ahí, ya me pasó con Tan Biónica y también tuve la misma sensación aquella vez.

–Ibas a tocar en diciembre en Alcorta y Pampa. ¿Por qué no lo hiciste?

–No me animé. Era muy fuerte, ahí toqué con Tan Biónica (en diciembre de 2012, ante más de 100 mil personas) y fue el show que nos consagró definitivamente.

Matías, su mánager, regresa y vuelve a meter un bocadillo: “El gran desafío es la parte internacional de su carrera”. Apuesta fuerte Chano. Lo primero que dio a conocer es la fecha de su show en el Luna Park: el 3 de mayo (ya se venden las entradas). Luego, la cita gratuita y multitudinaria en Mar del Plata. Y ahora el horizonte no muy lejano está puesto en América Latina, en regresar a los destinos que pisó con Tan Biónica y en expandir aún más su nombre y, sobre todo, su música. Los números lo acompañan: “Carnavalintro”, el primer tema que dio a conocer allá por la primavera de 2016, posee más de 41 millones de streams en audio y video, lo que equivale a doble platino. Las canciones que mostró luego, “Naistumichu”, “Claramente” y “Para vos”, siguen el mismo camino, y el próximo 19, días antes de su bautismo marplatense, estrenará una más: “La noche”. “Es una burla a todas las tentaciones de la noche. Le tengo mucha fe a la canción. Es medio como «Carnavalintro». Tiene el espíritu de Bersuit cruzado con ese pop mío”.

–Se te nota motivado y movilizado. ¿Qué te gustaría lograr como solista?

–Yo quiero ser el más grande. Me preparé para ser el más grande de los solistas. No tengo ninguna familia, vine a quemar las naves absolutamente. Me limpié para eso, me meto un tubo de oxígeno todos los días para eso.

–¿Qué te pasó a fin de año, cuando te internaron en el Hospital Austral?

–Fue un incidente y yo me propuse cada vez que trasciende algo falso no salir a explicar ni a quejarme. Yo generé muchas cosas como para que se enciendan las alarmas cada vez que me pasa algo. Pero fue un episodio en el que no sucedió lo que trascendió. Mi doctora se equivocó, llamó a la ambulancia, pero ya está, ya pasó. No puedo salir a aclarar que no tuve un infarto, que no tuve un brote psicótico. ¡Estoy haciendo un videoclip! Estoy ensayando con la banda. No puedo salir todos los días a aclarar algo. Yo choqué en su momento, hice un pinball gigante y me hago cargo de eso.

–¿Volviste a manejar?

–No. En LN+ vi una nota un sábado a la mañana. La entrevistada era una de las madres del dolor (no recuerda su nombre). Esa señora pidió que yo no manejara más. Y ese día juré que no iba a manejar más. A esta señora se le murió un hijo y lo que yo puedo hacer es contribuir desde mi lugar. Tengo el registro para manejar, pero antes de volver a hacerlo me gustaría hablar con esa señora.

–¿Qué es lo que más te cuesta?

–No ir a ciertos lugares, guardarme, no salir de noche, no engancharme con la pelotudez. Mirá, me fui unos días a Uruguay, a entrenar con un amigo que jugaba en la selección de fútbol, Alejandro Lembo. Salía a correr con él, me metía en el mar... Pero esa vida me cuesta. Me pasa que por momentos me aburro, los sábados, por ejemplo. Me digo, por qué me tengo que ir a dormir a esta hora. ¡Porque ya hice ochenta mil cosas! Llega un momento en que el día termina y hay que ir a dormir. Es una de las renuncias más grandes que me ayudaron a sostener lo otro, mi vida como músico..., las veces que puedo sostenerlo. La mayoría del tiempo puedo hacerlo y es la clave para estar bien. En realidad esas renuncias son un acto de libertad. Es renunciar a un deseo inmediato para sostener mi deseo más grande, que es llevarle la música a la gente y hacer un proyecto que tenga más volumen que el anterior. Por más que se enojen los que se tengan que enojar, yo quiero ser más grande que Tan Biónica.

–Y renunciase a formar una familia. ¿Por qué?

–La persona que quiere ocupar el lugar que yo deseo ocupar no puede tener una mujer y un hijo. No puede hacer bien ambas cosas.

–Para esta nueva etapa elegiste la modalidad de sacar canciones sueltas, singles, en lugar de un disco completo. ¿Por qué?

–Es que ya nadie escucha un disco completo. Mi hermano, por ejemplo, eligió sacar un disco. Yo no me puse a escucharlo entero, pero me gustaron sus singles.

–¿Cómo estás con Bambi?

–Bien, pasamos las Fiestas juntos. Lo invité a tocar al show de Mar del Plata. Después discutimos un poco, pero me enteré de que nuestros mánager están arreglando entre ellos. Con Bambi vamos y volvemos, pero nos amamos.