En una serie de discos que empezó en los 90, el grupo creó un sonido elegante y severo que fijó un estándar para la siguiente generación
“En ese momento, éramos un ejército de verdad”, recordó el fallecido Vinnie Paul ante Rolling Stone en 2012, mientras hablaba del lanzamiento del enormemente influyente disco de Pantera de 1992, Vulgar Display of Power, que llegó al puesto número 10 en la lista de los Mejores Discos de Metal de la Historia de RS. “Sacamos lo mejor de cada uno, y con cada disco que hacíamos, la montaña a escalar se volvía cada vez más alta. Después de Vulgar, tuvimos que hacer Far Beyond Driven; era otro nivel, y eso [se reflejaba] en el título.”
Mientras que las bandas de metal típicamente alardean acerca de ponerse cada vez más duros y pesados con cada lanzamiento, Pantera realmente hacía lo que decía. Con cada uno de sus discos de los 90 -Cowboys From Hell, de 1990, Vulgar Display of Power, Far Beyond Driven, de 1994 (que llegó al Número Uno en el Billboard 200 y también entró en la lista de los Mejores Discos de Metal de RS) y The Great Southern Trendkill, de 1996-, el ajustado cuarteto no sólo se esforzaba por alcanzar cada vez mayores alturas de brutalidad y agresión, sino que también, en el proceso, subió el nivel del metal en su totalidad.
“Cambiaron todo”, le dijo Zakk Wylde a Billboard en 2014. “No sólo en cuanto a la dirección musical, sino que también cambiaron la manera en la que sonaban los discos. En cuanto a la producción, podés usar esos discos de Pantera como un Ford Model-T del metal extremo; es como: ‘Así es como deben hacerse los discos de este estilo de música’. Las baterías tienen que grabarse así y mezclarse así, si no, ¡no van a atravesar ese muro de guitarra y bajo!’.”
De hecho, como puede confirmar cualquiera que haya sacudido la cabeza con temas como “Becoming”, “Walk”, “Mouth for War” o “Primal Concrete Sledge”, la poderosa batería de Paul era una parte tan integral del poder de ataque de Pantera como las pirotecnia de guitarras de otro nivel de su hermano menor Dimebag Darrell, o los aullidos con la vena a punto de reventar del vocalista Phil Anselmo. Su inigualable habilidad para no perder el ritmo mientras tronaba estampidas de un solo hombre ayudó a darle forma al ataque de “groove metal” de la banda, y su incansable compromiso con la excelencia sonora les permitieron a él y Terry Date -quien produjo sus discos desde Cowboys from Hell, de 1990, hasta The Great Southern Trendkill- crear sonidos de batería tan atemorizantes y envolventes como sus bases.
“Nos acusaban todo el tiempo de samplear las baterías”, le dijo Date a Revolver en 2005, “y nunca lo hicimos; esos eran todos sonidos elegidos meticulosamente que trabajábamos mucho para lograr. Y después, obviamente, tocábamos hasta que saliera todo bien.”
Si bien las canciones de Pantera salían sobre todo de los riffs de la guitarra de Darrell, las bases de Paul eran a veces tan salvajes que inspiraban a Darrell a componer canciones a partir de ellas: “Becoming” empezó como un patrón de dos golpes en el bombo con el que jugaba Paul durante las sesiones de grabación de Far Beyond Driven. “Yo estaba jugando con una cosa en la batería, una idea para un solo de batería”, le dijo Paul a Rolling Stone en 2014. “Dime me escuchó tocando un patrón, y entró corriendo y dijo: ‘Esperame, dejame agarrar la guitarra’, y así hicimos una nueva canción.”
Habiéndose esencialmente criado juntos en un estudio de grabación -su padre, Jerry Abbott, era un cantautor de country y productor discográfico exitoso-, Paul y Darrell compartían una conexión musical tan fuerte como su vínculo fraternal. Paul, quien trabajó de cerca con Date en la ingeniería y la producción de los discos que hicieron juntos (y quien oficialmente co-produjo el último disco de Pantera, Reinventing the Steel, de 2000), estaba siempre disponible en las sesiones de grabación para ayudar a su hermano a darle forma a sus solos de guitarra.
“Vinnie hacía correr la cinta [mientras grababa Darrell]”, recordó Date ante Revolver, “porque cuando Dime quería volver y arreglar alguna parte, él me lo tenía que explicar; mientras que, con Vinnie, se miraban, o Vinnie decía: ‘Poné otra vez esa parte onda Randy Rhoads’, o ‘Hacé esa cosa onda Van Halen’. Porque se habían criado escuchando lo mismo, y eran como la misma persona, ni siquiera necesitaban hablar; si algo no estaba bien, se miraban y ya lo sabían. ¿Y sabés algo más? Nunca los escuché discutir. Ni una vez en todo el tiempo que estuve con ellos, ni siquiera una pequeña pelea de hermanos. Esos dos se llevaban mejor que cualquier otro par de hermanos que yo haya visto en mi vida. Eran tan cercanos que daba miedo. Siempre eran ellos dos contra el mundo.”
Cuando Pantera se disolvió amargamente en 2003, tras dos años de inacción, los hermanos formaron Damageplan, un grupo con el ex guitarrista de Halford Patrick Lachman en las voces, y Robert “Bob Zilla” Kakaha en el bajo. Damageplan editó un disco, New Found Power, de 2004, que produjeron Paul y Darrell junto a Lachman y el co-productor de Reinventing the Steel, Sterling Winfield, y que seguía en la línea del groove metal de su anterior grupo. Aunque con Damageplan tocaban en lugares significativamente más pequeños que en el pico de la fama de Pantera, los hermanos Abbott encaraban cada interpretación con la misma intensidad que habían desplegado en sus épocas de estadios. Trágicamente, su vínculo fraternal fue cortado para siempre el 8 de diciembre de 2004, cuando un fan perturbado mató de un tiro a Darrell sobre el escenario durante el show de la banda en el Alrosa Villa en Columbus, Ohio. (El asesino de Darrell, un ex marino llamado Nathan Gale, mató a otras tres personas en ese ataque antes de que la policía lo matara).
Aunque debe haber sido increíblemente difícil volver a sentarse a la batería después de ver a su hermano morir frente a él, Paul regresó a la música en 2006 como parte de Hellyeah, un supergrupo de heavy metal que también contaba con miembros de Mudvayne y Nothingface. Aunque Paul siguió fuertemente involucrado en la curaduría del legado de Pantera, jamás mostró interés en una posible reunión de Pantera, prefiriendo enfocarse en grabar y tocar en vivo con Hellyeah.
“Ya tenemos cinco discos, y creo que empezamos a desarrollar nuestro propio legado”, le dijo a Rolling Stone en 2016, tras el lanzamiento de Unden!able, de Hellyeah. “Vi la transformación en nuestro fans, cómo al principio estaban a la defensiva y ahora se aferraron al grupo. Cantan todas las letras cuando tocamos. Y en los encuentros con ellos, son pura positividad. Y ya no me hacen las viejas preguntas de siempre: ‘¿Cuándo vas a hacer Pantera otra vez?’. Eso duró tanto y es genial que ya no exista más. La gente entiendo que ahora estoy enfocado en esto.”
En octubre de 2017, Hellyeah anunció que estaban listos para empezar a grabar su sexto disco. Si bien no está claro qué pasará con el disco, tras la muerte del baterista este viernes, no hay dudas de que Vinnie Paul dejó una marca (o una herida) duradera en la música heavy mientras estuvo aquí. Que siga el groove, Big Vin.
Dan Epstein
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