Festivales y un comienzo a toda voz
Concierto del Coral Femenino de San Justo. Director: Roberto Saccente. Solistas: Arianna Ruiz Cheylat (arpa), Magdalena Quirno y Mariel Marturet (sopranos) y Laura Saccente (contralto). Obras de Aguiar, Busto, Orban, Balzanelli, Nystedt, Twardowski, Holst, Macchi, Sofianopulo y Britten. Inauguración del ciclo de Festivales Musicales de Buenos Aires. Auditorio de Belgrano.
Nuestra opinión: excelente
Festivales Musicales de Buenos Aires, que preside David Ian Martin con la dirección artística de Mario Videla, se caracteriza por ofrecer ciclos con el acento puesto en la jerarquía musical sin descuidar la participación de artistas relevantes, tanto nacionales como extranjeros.
Le cupo al prestigioso Coral Femenino de San Justo, que desde 1956 dirige Roberto Saccente, ofrecer un programa dedicado a composiciones de carácter religioso de autores del siglo XX.
Ya fue valiosa la selección de autores de diversos orígenes y estilos, la mayoría de ellos muy poco escuchados en las salas de conciertos y particularmente atractivo el sonido angelical del coro, homogéneo en toda la extensión del registro, caracterizado básicamente por una frescura y amplitud de gamas y matices, sólo posible a partir de una formación de voces sanas y bien emitidas.
Fue un deleite escuchar el Salmo 150, del compositor brasileño Ernani Aguiar, muy vinculado con la vida musical de Italia, entonado de modo impecable y llamativa justeza en la articulación. Luego un Salve Regina de autor vasco, Javier Bustos, y una creación sobre textos litúrgicos, "Lauda Sion", del húngaro Gyorgy Orban, que deja escuchar un estilo inclinado al lenguaje romántico con inclusión de pasajes rítmicos sugerentes y donde el tratamiento de las voces resulta sumamente original.
"Cruz fidelis", del compositor y director coral argentino Alberto Balzanelli, actual director del Coro Estable del Teatro Colon, aportó un clima de espiritualidad y fe religiosa admirable, en tanto que Sok Herren, una composición del noruego Knut Nystedt, dejo escuchar procedimientos de escritura de llamativa originalidad con un final de encantador efecto logrado por palmas de las coreutas, con sus manos en alto y en estética simetría.
Un "Aleluya", del lituano Romuald Twardowski, ejemplo de autor contemporáneo que comenzó entusiasmado con la escritura atonal y que ahora sigue procedimientos que no descuidan la melodía como elemento básico de una música grata, recibió un cálido aplauso del publico, en tanto que un "Ave María", para doble coro del prolífico autor Gustav Holst, acaso la figura más trascendente de la primera parte del Siglo XX en Inglaterra, permitió apreciar la espléndida y rica escritura del autor en el mundo de la música coral, muchas de ellas portadoras de una atmósfera arcaica con matrices orientales.
Por fin, en las dos ultimas entregas de la primera parte, el Coral Femenino de San Justo ofreció "O vos omnes", de 1980, del italiano Egisto Macchi y "Proverbi", una audaz página del compositor de origen griego, nacido en Trieste, Marco Sofianopulo, que con no poca audacia logra en su obra, efectos inusuales como los que provienen de una aparente y libre intervención de todas las integrantes en una especie de conversación desordenada alternada con momentos de helenístico equilibrio.
Benjamin Britten
El punto de mayor atracción del programa llegó en la segunda parte con una versión impecable desde todo punto de vista del gran creador inglés Benjamin Britten: "A Ceremony of Carols", Op. 28, escrita en 1942, para arpa, voces solistas y coro de sopranos o de niños, que es un ejemplo de la predilección del autor por la forma del himno procesional y, como explicó Pola Suárez Urtubey con su habitual claridad en los comentarios en el programa de mano, en especial por el carol, villancico, cántico de Navidad, canción tradicional de carácter alegre inglesa pero de origen medieval y con el objetivo de poner énfasis en el tema del nacimiento de Jesús.
Fue la cumbre artística de la velada, una versión impecable. Desde el primer himno de entrada, Ocón, las coreutas avanzando por la platea en forma pausada, pasando por la excelente intervención de la arpista Arianna Ruiz Cheylat, de bello y envolvente sonido y poseedora de un dominio total de todos los recursos del instrumento y por la muy buena participación de las solistas del coro Magdalena Quirno y Mariel Marturet, ambas de voces cristalinas, y Laura Saccente, de buen volumen y timbre de auténtica y poco frecuente voz de contralto.
Toda la belleza de la obra -conformada por once números entre los que se destaca un solo a cargo del arpa-, hermosa pastoral que sugiere un paisaje de invernal colorido, surgió con naturalidad, exquisita y jerarquizada musicalidad por parte del coro, virtud que es el resultado contundente de la idoneidad y sabiduría profesional de Roberto Saccente. La cálida y prolongada ovación fue la rúbrica a una brillante iniciación de temporada para la entidad organizadora.
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