Un domingo de diciembre a la tarde, el sol quiebra las calles de Almagro y adentro de El Emergente un rastafari ondea su bandera de Jamaica al ritmo de un dub estroboscópico. Detrás de él, cuatro sound systems, torres de sonido de casi tres metros de alto, se sostienen como Transformers de parlantes. Hasta las 2 de la mañana, ocho selectors (DJ, en la jerga jamaiquina) de distintos puntos del país se turnan en las bandejas ante cerca de 400 testigos del 3° Encuentro de Sound Systems de Argentina. "Esta es una experiencia completa de reggae", dice Ugo Tyburczy, cantante de Yataians y MC invitado de Stepping Stone, sound system clave de la escena local. "Cuando vas a ver una banda, la música que suena antes y después no siempre es buena. Acá todo está más pensado". En Jamaica, legendarios sistemas de sonido artesanales de los años 50, como los de Duke Reid y Coxsone Dodd, con su interminable competencia por erigir el equipo más grande y potente del barrio, precedieron al desarrollo de los artistas de reggae que se popularizaron a partir de mediados de los 60. A la inversa de esa historia, en Argentina, mucho después de que pasaran varias oleadas de bandas de reggae, empezó a moldearse una nueva escena de sound systems.
"Hace cinco años esto no existía", dice Jojo Pinacchio, de Stepping Stone. "No había un lugar donde sonara roots, que era lo que nos gustaba a nosotros, había mucho reggae pero no de ese tipo", completa su socio Juan Tuma. En diciembre de 2016, produjeron una fecha con el DJ inglés Alpha Steppa, primer gran paso para la cultura sound system porteña. De a poco, lugares como Niceto Club y el Cultural Matienzo les abrieron sus puertas.
De a poco, otros tótems sonoros similares empezaron a levantarse también en ciudades como Mendoza, Salta, Rosario y hasta Ushuaia. Y aunque todos coinciden en la escasez de lugares preparados para instalarlos, sus creaciones, lo más importante, como dicen Jojo y Juan, tiene que ver con "transmitir el mensaje" y que la iniciativa prenda en generaciones que incursionan en otros géneros, como el tecno y el psycho trance.
Mientras los graves hacen tronar El Emergente, dos chicos de menos de 15 años se paran frente a los parlantes sin temor por sus tímpanos. Después, sonrientes, se pierden entre el humo. Parecen haber absorbido las "buenas vibraciones" que Jojo está tan enfocado en transmitir.
Army of Dub
Dos DJ armados contra los estereotipos
"No somos puristas del reggae", advierte Lucas Luisao, que con CuchoDub armó hace dos años el sound system Army of Dub. "Nos alejamos de la liturgia, pasamos rocksteady y también cosas más modernas. Venimos del punk y la electrónica". Ese eclecticismo se nota en la propia pared de sonido que descansa en una imprenta de Villa Urquiza y ve la luz unas cinco veces al año: con las bocinas pintadas de rosa y las cajas stencileadas, se alejan del clásico color madera. "El rosa fue para diferenciarnos en la escena, que era un poco misógina", dice Cucho.
Para festejar la primera década del ciclo de dub que musicalizan desde 2005 se autorregalaron dos conos de 18 pulgadas y así el sueño empezó a tomar forma. Luego, se hicieron con la mitad de los equipos de Warrior of Dub, el primer sound system local cuyo dueño se mudaba a España, y lo completaron con planos bajados de Internet. "Las bocinas las compramos en Chascomús y la caja de graves nos la armó el protagonista del viral de ‘¿Ý Candela? ¿Y la moto?’. No sabés, trabaja re bien", se ríen.
Tribulations
Cuando el sound system es un asunto de familia
"La mitad de la casa de mi hermana está ocupada por el sound system", cuenta Leandro Delfino, el cerebro detrás de Tribulations, en el patio interno del PH de Lanús Oeste donde se apilan los parlantes. Pero nadie parece estar pensando en cobrar un alquiler por alojar el orgullo de la familia. El padre de Leandro fue el encargado de terminar la caja de agudos horas antes del debut en el 2° Encuentro de Sound Systems, en agosto de 2018. "Estuve dándole con un secador para que se fije el pegamento porque no llegábamos", cuenta. Un año y medio antes, Leandro conoció a Enzo Paredes en pleno baile en una fecha de los Stepping Stone y en seguida comenzaron a darle forma a la idea. Martín Calvo se sumó en la producción, Maximiliano Paredes en las visuales y Sonia Torres, madre de Leandro, se puso a estudiar fotografía para ayudar a registrar cada paso y cada fecha.
"Las cajas de 18 son las clásicas que tenemos todos", explica Leandro, que es técnico en sonido y ensambló el sound system con un carpintero amigo. "La de 15 nos da un golpe más kickoso, la ves mucho en Europa y Brasil, y la caja de arriba se la vi a un productor inglés que la trajo acá como prototipo para fiestas electrónicas".
Con siete fechas en 2019 y un empuje que los hace sincronizar agendas para estar todos a la hora del armado y desarmado, los integrantes de Tribulations tienen varios objetivos por delante. Desde editar su primera producción en vinilo, que mandaron a fabricar a Alemania, y continuar con el apoyo a la escena haciendo que los DJ del palo puedan tocar con sus equipos hasta sumar más parlantes a la pared ("esto nunca se termina", dice Leandro). Pero hay una meta que se impone como primordial y responde directamente a la tradición del sound system: "Poder llevarlo a una plaza".
Stepping Stone
El gigante que marcó la cultura local
Ocho cajas barnizadas en estilo vintage con parlantes de 18 pulgadas de base. El sound system de Stepping Stone es el equipo de música-mueble que cualquier melómano quisiera tener en su casa... de contar con un living infinito. "Empezamos con dos sub lows y desde ahí fuimos escalando", recuerda Juan Tuma, una de las dos mitades del proyecto. Seis meses después, el monstruo había alcanzado su forma definitiva, aunque, tal como acotan él y Jojo, "es algo que no se termina nunca". Un preamplificador personalizado construido en Suiza, parlantes italianos traídos desde Perú y bocinas que "aparecieron en el mercado" completan parte de esa pared de sonido que hace parecer insignificante al tren Mitre que pasa por detrás mientras se realiza la sesión de fotos que ilustra esta nota.
"Se trata de estudiar todo el tiempo, armar planos, mirar lo que hacen afuera y salir a buscar gente que pueda ayudarte a hacer lo mismo, acá". En esa búsqueda, también encontraron a sus dos MC: Ugo Tyburczy, de Yataians, y Floris, quien ya grabó tres discos, todos disponibles en Bandcamp, junto a Steppig Stone.
Reconocidos como los precursores de la movida de sound system de Argentina, los Stepping Stone llevan cinco años y más de 50 fechas encima haciendo sonar roots en distintos lugares de Buenos Aires. Primero fue en la casa de un amigo, hacia fines de 2014. "Armamos todo un sábado y volvimos el domingo porque la gente se copó", cuenta Jojo.
"Nos gusta todo lo analógico y nos interesa que se mantenga eso, porque si no, no entendés de dónde viene todo lo demás". Cada vez que surge un show, saben que les ocupará la jornada entera. "Terminamos a las 6 de la mañana. Somos la parte artística y los plomos al mismo tiempo", se ríe Juan. Sus caras mientras miran su criatura no da indicios de que eso vaya a detenerlos, más bien todo lo contrario.
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