
Luthiers y Camerata, música más humor
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“El grosso concerto”, espectáculo de Les Luthiers y la Camerata Bariloche. Luna Park, 13 de diciembre. Ultima función: hoy, a las 19 (entradas agotadas).
Nuestra opinión: muy bueno
Les Luthiers y la Camerata Bariloche son dos leyendas culturales argentinas. Todavía faltan algún tiempo y otras condiciones apropiadas e indispensables para alcanzar la entidad mítica a la cual algún día llegarán. No obstante, siempre conviene recordar que, a lo largo de más de treinta años, ambos organismos han establecido su prestigio y asentado esa categoría legendaria a partir de trabajos artísticos de excelencia. La reunión de ambos, obviamente, no podía sino atraer a una verdadera multitud como la que abarrotó el Luna Park.
A mediados de 2000, la Camerata y Les Luthiers confluyeron por primera vez en un concierto solidario en el Teatro Colón. En aquel “Do-Re-Mi-Já!“, los dos ensambles colaboraron en idénticas proporciones, individual y conjuntamente, para construir un concierto inolvidable. Este segundo capítulo puede acceder al mismo calificativo pero, a partir de otros protagonismos y otras proporciones, es un espectáculo de Les Luthiers con la Camerata Bariloche, es decir, más teatral-humorístico que estrictamente musical.
La primera parte de “El grosso concerto”, casi una introducción, estuvo a cargo de los barilochenses. Con Fernando Hasaj y Oscar Carnero como solistas, tocaron el “Gran Dúo Concertante para violín y contrabajo”, de Botessini, y, después, dos tangos de Piazzolla. No hay observaciones al reconocido oficio ni a la musicalidad de la agrupación, pero una amplificación poco apropiada hizo que hubiera que imaginar fraseos, planos, intenciones y matices donde todo era oído con demasiadas similitudes. Después llegaron los verdaderos dueños de casa. Como obras clásicas que son rescatadas para nuevas interpretaciones, Les Luthiers presentó, impecablemente, “Perdónala”, “A la playa con Mariana”, “La hora de la nostalgia”, “Añoralgias” y “Los jóvenes de hoy en día”, un rap donde Maronna y López Puccio, los más recatados del conjunto, se sueltan de manera llamativa.
Sincronía general
Por último, Les Luthiers, ahora con la Camerata Bariloche, ampliada con otros músicos y dirigida por Hasaj, presentó “La hija de Escipión”, “Concierto de Mpkstroff” y “Las majas del bergantín”. Excelentes las presentaciones, la sincronía general, los contenidos textuales y las actuaciones. Sólo hubo que lamentar, nuevamente, que las limitadas condiciones acústicas impidieran plasmar de la mejor manera los aspectos musicales, por cierto, un elemento esencial y rigurosamente concebido dentro de la propuesta artística de Les Luthiers. La orquesta era percibida como un todo empastado en “La hija de Escipión”, una muy clásica escena operística, y fue una pena no poder oír con mejor sonido el piano de Núñez Cortés en un concierto de autor impronunciable con intenso aroma a Rachmaninov.
Fuera de programa, todos juntos ofrecieron el “Concerto grosso alla rustica”, la conocida unión de concierto vivaldiano y huayno. “El grosso concerto”, muy generoso en su extensión, se cerró con una ovación atronadora, merecida y estimulante. Gracias al talento infinito de unos y otros, del Luna salió una multitud de rostros sonrientes y de almas distendidas, un verdadero milagro dentro del panorama argentino.


