Santiago Feliú está de gira por el país
Solo con su guitarra, anticipa algunos temas de su próximo álbum, "Sin Julieta"
Santiago Feliú se define como "heredero y despegado de la tradición de cantautores de Cuba; generalmente -acota- hay más indespegables ". El filo de su ironía es similar a la profundidad de sus canciones, que lo ubicaron como un trovador salvaje, alumbrado por la mística de "la buena canción" antes que por la de la revolución cubana. Se reconoce en las canciones de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, Bob Dylan, Javier Ruibal, Charly García, León Gieco y Fito Páez. "Lo que pasó después no tiene esa altura. Hay alguna que otra propuesta interesante, pero nada que provoque una ruptura, como lo hicieron estos colegas amigos", responde a LA NACION por correo electrónico.
Dentro de su gira latinoamericana el músico llega solo con su guitarra para adelantar los temas de su próximo disco, "Sin Julieta", y se quedará hasta los primeros días de noviembre para presentarse en distintas ciudades de la Argentina y Uruguay. Mañana, a las 23, actuará en La Trastienda. Luego seguirá por Montevideo, Chascomús, San Juan, Mendoza, Chile, Bariloche, Neuquén, Trelew, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia.
-¿Cuál es el espíritu que guía tu nuevo trabajo?
-"Sin Julieta" son once canciones de amor desamorado. Una especie de tesis sobre el amor de nuestros tiempos. Amor de pareja, amor en todo sentido; cierta intención a veces más lograda de canción de arte.
El disco, que también bucea en la temática social y en un clima intimista, se propone como un trabajo de la voz y la guitarra "afinada en re", con la canción casi desnuda, mostrando el espíritu despojado y visceral con el que fue concebida la nueva producción. Las letras navegan entre los amores contrariados y lo testimonial con un acento irónico que domina algunas de sus afirmaciones. Como cuando dice: "Obsesiones literarias siempre tuve, armónicas también. Es la primera vez que hago un disco temático, pero, como siempre, tratando de parecerme más a mí y tratando de ser novedoso".
Envuelto por la realidad de la isla, donde nació y reside, el trovador dice que "la realidad cubana es la misma que hace bastante. Descontento, resistencia, comprensión. Como decimos, luchándola". Eso se transmite en las nuevas composiciones, como también en los encuentros con otros artistas. "Por ejemplo "Alto el fuego" fue una música que le toqué a Joaquín Sabina, y le puso letra en dos minutos, luego de una charla sobre la pareja. Pero a la vez la hice un año antes de la guerra de Estados Unidos con Irak, como si la viera venir."
-¿Cuáles son los referentes de la nueva canción en la isla y cómo se desarrolla el movimiento de cantautores?
-No hay nada ingenioso o novedoso en ese sentido. Y lo social, lo contestatario, se proyecta más por el lado humorístico, no hay profundidad seria en el tema.
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