
Un fogón de canciones acústicas
Esta noche comienza un ciclo con cuatro mosqueteros de la generación unplugged
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"Una aventura de producción y autogestión." Así define Pablo Grinjot la tarea que encara con Alvy Singer, Tomi Lebrero y Pablo Dacal, cuatro cantautores con sus respectivas orquestas reunidos por una búsqueda y por un festival que los tendrá como protagonistas, hoy y el próximo martes, en el teatro IFT.
En la afinidad estética reside buena parte del secreto de esta cumbre. Los cuatro escriben lo que cantan, se acompañan de una orquesta, privilegian el sonido acústico y se desdoblan para cumplir con otros compromisos musicales que, indirectamente, recaen en su obra. "Cuando los vi por primera vez dije: «Guau, qué bueno, están en lo mismo que yo», y creo que a cada uno de ellos les pasó lo mismo", cuenta Tomi Lebrero. Al frente del Puchero Misterioso, editó un disco en 2005 y ya prepara su sucesor. Pero también se anima a otros sabores: compuso la música de UPA!, Una película argentina y, como bandoneonista, integró la Fernández Fierro y participó de Tango, vals y tango , de Ana María Stekelman.
"Uno naturalmente tiende a acercarse a su tribu", dispara Alvy Singer, nombre artístico de Jano Seitun. En el pasado, fue contrabajista de la Orquesta Académica del Teatro Colón, violonchelista de la Orquesta Escuela de Tango y bajista de Cuatro Vientos y el grupo de ska Satélite Kingston. ¿Qué hace ahora? Canta, toca la guitarra y el banjo al frente de su Big Band (un disco en su haber) y toca el chelo en dos orquestas, una típica y otra sinfónica. "Y de todos los trabajos que uno encara por ahí siempre algo que se cuela en su música -agrega Singer-. Yo laburaba con un grupo que tocaba canzonetas irlandesas y me divertía hacerlo, pero no pensaba en absorber eso. Ahora, a distancia, escucho el disco que hice en 2005 y encuentro bastante de ese trabajo en el álbum."
Para Pablo Grinjot, los cuatro cantautores aún están en la fase de la identificación, en la búsqueda de aliados. "A todos nos pasó de querer compartir fechas con otras bandas para abrir el público y compartir infraestructura, pero no era sencillo encontrar pares", aduce Grinjot, líder de la Ludwig Van, autor de Canciones para criolla y ensamble , licenciado en Dirección Orquestal y violinista del Ensamble Süden. Los que vayan al IFT -hoy, Dacal y Singer; el martes 18, Grinjot y Lebrero- podrán tomar contacto con el primer ejemplar de Inalámbrica , una revista que tiene a los cuatro solistas en la tapa y a un amplio abanico de músicos en el interior. Palabras, letras e información acerca de Nacho Rodríguez, Gabo Ferro, Julieta Rimoldi, Volco, Coiffeur, Georgina Hassan, Amadeo Pasa y Flopa, entre otros ejemplos de búsquedas individuales con muchos puntos de contacto entre sí: lo acústico y una instrumentación que excede al común denominador del rock, la música que los vio nacer a todos. "Lo de la revista tiene algo de generoso y egoísta a la vez -sentencia Grinjot-, en el sentido que nosotros pensamos que nos convenía enmarcar un contexto para que se supiera desde dónde estábamos funcionando. Es como darle un impulso a una escena que, si crece, nosotros necesariamente vamos a crecer con ella."
Para Pablo Dacal -líder de la Orquesta de Salón, autor del disco 13 grandes éxitos y del aún inédito La era del sonido - la inclusión en la revista de una veintena de músicos guarda un trasfondo generacional. "Es sentirse parte y, a la vez, es tratar de convencer a los demás de determinadas cosas: por qué no tocar con otras instrumentaciones, por qué no juntarse más entre dos o tres y armar algo que dure sólo un show, por qué no entregarse a la aventura, un poco más. Plantear una idea, como la que tenemos ahora, laburando con las orquestas, metiéndonos con música argentina, pero, a la vez, sin abordar los llamados géneros puros. Es decir, una música que sea un poco el futuro, pero que también incluya mucho al pasado."
La síntesis es un fogón
Sin pretensiones ni obsesiones folkies , las canciones que entonan Singer, Dacal, Grinjot y Lebrero pueden prescindir de sus orquestas. "Si nos juntamos todos en un living con una guitarra de por medio todas nuestras canciones van a sonar a un mismo género, a una misma época -afirma Grinjot-, lo que sucede es que después cada uno elige lo que quiere: vientos, orquesta, banda de rock, sexteto de tango El estilo no se homogeneiza y tiene que ver con elegir una instrumentación, un contexto, un sonido determinado."
El oficio de músico, ése es otro interés común a los cuatro y lo que los lleva a multiplicar los proyectos propios y a participar de otros ajenos. "Yo tengo el modelo de Bach o de Mozart que tocaban 70 instrumentos, dirigían el coro de acá, la orquesta de allá, componían una ópera, distintas sinfonías y daban clases." Dame una razón y te daré un nombre, podría decirse con tono de profeta y eso es, precisamente, de lo que aún carecen los cantautores con orquesta. "De pronto, uno empieza a componer algo -describe Grinjot-, se siente solo hasta que se encuentra con otro que hace lo mismo. Abrís los ojos, ves a más gente y con el tiempo aparecen brotes por toda la ciudad. Así es como empezamos a conectarnos con mucha gente y la manera en la que percibimos el movimiento. El festival y la revista son maneras de comunicarlo e inmediatamente muchos sienten la necesidad de querer ponerles un nombre. Algún día un filósofo lo hará y nos venderán en Japón."



