Un siglo con el sello del perrito
La filial local de RCA Victor celebra su centenario con una colección excepcional
Sacar un CD, poner play y sentarse en el sillón a escuchar nuestra música preferida nos parece hoy algo habitual, parte de nuestra vida y nuestra rutina. Sin embargo, la aparición del disco fue un cambio rotundo, y marcó un antes y un después en la manera de conectarse con la música.
La reflexión viene a cuento porque este año se cumple un siglo de la fundación de RCA, un sello por el que pasaron muchos de los grandes iconos que marcaron el siglo que acaba de expirar.
Entonces se comenzaba a cumplir el sueño de poder registrar el sonido, de encerrarlo en unos discos mágicos. Los músicos y el disfrute de la música sufrieron una mutación. Había una nueva opción, la de escuchar las canciones preferidas en casa una y otra vez sin variaciones, sin ir a la plaza o al teatro del pueblo a escuchar a los músicos o esperar que la joven de la casa se siente al piano para tocar las partituras con mejor o peor suerte.
También cambiaron las cosas para los músicos. Sobre todo para los populares, esa suerte de artistas andantes que ganaban sus monedas de pueblo en pueblo, llevando canciones y noticias. Con el disco, abandonaron un poco los caminos para convertir al estudio de grabación en su reino (y, a veces, también en su condena y prisión).
Sueños de la humanidad
El sueño era antiguo. Antes del tocadiscos y los combinados, e incluso del fonógrafo, hubo otros intentos. Ya en 1806 el físico y naturalista inglés Thomas Young pudo registrar un minuto de las vibraciones de una horquilla en un tambor cubierto de cera. Cincuenta años después, en 1857, el francés Leon Scott inventó el fonoautógrafo, que también retenía las fluctuaciones del aire. Las retenían, pero el problema era que no las reproducían.
También hizo su aporte otro francés, Charles Cros, que introdujo la idea de trazar en metal las huellas de lo registrado. Pero fue Edison, en 1877, quien descubrió un método para grabar y volver a traer el sonido, con cilindros de planchas de aluminio. El fonógrafo había nacido.
Diez años después, Emile Berliner (quien ya había grabado, en los cilindros de Edison "The Lord Prayer" que aún se conserva en los archivos de la BBC de Londres) inventó el gramófono, el disco plano grabable de ambos lados y un método para la producción masiva de los discos originalmente grabados. En 1901, Elridge Johnson diseñó el primer gramófono a cuerda, y fundó la Victor Talking Machine Company, embrión que devendría en RCA Victor cuando, en 1928, la Radio Corporation of America compró la compañía.
Berliner fue también quien proveyó el logo que se convertiría en omnipresente: el del perrito fox-terrier junto a la máquina fonográfica, una pintura de Francis Barraud titulada "His Master´s voice". La Gramophone Company (empresa inglesa que compró los derechos a Berliner) fue la que adquirió la pintura y sus derechos por 100 libras esterlinas, que pronto fue utilizada también en los Estados Unidos, y de allí al mundo.
Vendrían luego victrolas y tocadiscos, combinados y stereos y, más cerca ya en el tiempo, la grabación digital, los CD y el DVD. Pero más allá de compañías y competencias entre formatos y marcas las grabaciones artísticas comenzaron entonces a ser posibles. En 1902, Enrico Caruso realizó la primera de muchas grabaciones. El 11 de abril, en el teatro La Scala de Milan, canta y se registran once temas. De allí salió el primer disco, "Vesti la giubba", de I Pagliacci, grabado por el tenor y lanzado en 1904.
Con los años pasaron por el sello Glenn Miller, Benny Goodman, Tommy Dorsey, Fats Waller, Chet Atkins, Perry Como y Elvis Presley (la compañía ofreció, en 1955, 25 mil dólares por el cantante, que grababa todavía en Sun Records, una cifra que fue récord para esos tiempos). Más tarde se sumarían David Bowie, The Eurythmics, Christina Aguilera y la Dave Matthews Band.
Festejo local
Aquí, en la Argentina, RCA Victor se instaló en 1929, y para festejar los cien años del sello ha lanzado una colección de discos que se convierten en parte de la historia de nuestra música.
Bajo el denominador común de "RCA Victor 100 años" y con las ilustraciones de Hermenegildo Sábat se están editando álbumes dedicados a varios músicos fundamentales del país.
El tango tiene aquí lugar de honor con varios de sus más importantes representantes. Están Carlos Gardel (22 temas que incluyen "Volver", "Volvió una noche", "Por una cabeza" y palabras del cantor y de Alfredo Le Pera, grabadas en la Casa Victor), Aníbal Troilo, Roberto Goyeneche, Astor Piazzolla, Carlos Di Sarli, Libertad Lamarque, Julio De Caro, el Sexteto Tango, Juan D´Arienzo y la Orquesta Típica Victor (que trabajó durante dos décadas para la Casa Victor, aunque nunca realizó actuaciones en público; aquí se incluyen grabaciones realizadas entre 1927 y 1938).
También la música nativa tiene lo suyo con los Hermanos Abalos, José Larralde, Los De Salta, Los Chalchaleros y Dino Saluzzi.
Hay un registro de lo que fueron los primeros pasos del rock nacional con un compilado de Almendra (y temas de sus dos discos para la compañía) y de Los Gatos. Y hasta uno dedicado a Los Iracundos.
El descubrimiento de la música pensada para adolescentes, a principios de los 60, quedó registrado con un disco de Los Iracundos y otro de El Club del Clan, uno de los primeros fenómenos televisivos, con temas de Violeta Rivas, Lalo Fransen, Johny Tedesco, Jolly Land, Chico Novarro, Nicky Jones, Raúl Lavié, Palito Ortega y Rita Pavone (estos últimos tienen un CD para cada uno).
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