De todos los escenarios posibles para la boda del príncipeHarry y Meghan Markle, sin dudas este es el que más recuerdos guarda para los Windsor: fue escenario de infinidad de bautismos, bodas y funerales familiares. La capilla de St. George, de ella se trata, está ubicada en la planta baja del castillo de Windsor (a 50 km de Londres, en el condado de Berkshire) y es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura gótica en Inglaterra. La construcción de la actual capilla comenzó en 1475 bajo el reinado de Eduardo IV, cuenta con un espectacular techo de piedra que fue agregado por Enrique VII y entre los muchos monumentos que alberga se destaca el de mármol que Matthew Wyatt hizo a la princesa Charlotte, la única hija de Jorge IV, que murió en el parto en 1817.
Su capacidad para recibir hasta ochocientas personas le otorga un carácter íntimo, en comparación con las más de dos mil que entran en la abadía de Westminster –donde se casaron la reina Isabel II y el duque de Edimburgo–, o en la catedral de St. Paul, donde el príncipe Carlos y Lady Diana protagonizaron "la boda real del siglo" (1981). El último casamiento celebrado en St. George fue el del primo de Harry, Peter Phillips, hijo de la princesa Ana, quien se casó con la canadiense Autumn Kelly, en 2008. Tres años antes, en 2005, el príncipe de Gales se casó con la duquesa de Cornwall, y, en 1999, los condes de Wessex se dijeron "sí, quiero". Remontándonos en el tiempo, se celebró el enlace de los bisabuelos de la Reina, Eduardo VII y Alejandra de Dinamarca (1863). Y en octubre próximo, hará lo propio la princesa Eugenia de York, con Jack Brooksbank.
El interior de la capilla alberga, además, las tumbas de diez monarcas, entre ellos Enrique VIII, Jorge VI (padre de la Reina), la princesa Margarita (su hermana) y la Reina Madre (su mamá). Por otra parte, es la "casa espiritual" de la Orden de la Jarretera, la liga de caballería más antigua e importante del Reino Unido, fundada en 1348 por Eduardo III.
Se sabe que el castillo de Windsor, la fortaleza habitada más grande y antigua del mundo y residencia oficial de la monarquía británica durante nueve siglos, es el preferido de la Reina. Pero también es muy especial para Harry: su historia con Windsor se remonta a cuando tenía tres meses, ya que fue bautizado ante el mismo altar donde el sábado inicia una etapa nueva de su vida. Siguió con sus años en el prestigioso Eton College, su época de entrenamiento militar y su amor por los caballos y el polo. El año pasado, junto a su novia, hicieron las fotos de compromiso en los terrenos de Frogmore House. Según los informes, el joven de 33 años llevó a Meghan a un picnic romántico, y les encantó tanto la ubicación que albergará la recepción nupcial de la noche, ofrecida por el príncipe Carlos y a la que asistirán doscientos invitados.
Texto: Lucila Olivera