Cuando se declaró la pandemia, en marzo pasado, Gloria Carrá estaba haciendo Sex, viví tu experiencia, dirigida por José María Muscari que supo reinventarse casi de inmediato con Sex virtual. "Me siento muy privilegiada porque tuve trabajo durante esta cuarentena casi desde el primer momento. Al principio no la pasé bien y me angustiaba, pero uno se va adaptando... No quiero decir acostumbrando, pero te caen las fichas y entendés que esta es la que nos tocó y cada uno la lleva como puede", cuenta la actriz que está entusiasmada porque el 21 de noviembre, y durante cuatro sábados, vuelve a pisar un escenario después de 9 meses. "Vamos a hacer Auto Sex en el autocine Mandarine Park, en Costanera Norte, junto a Diego Ramos, Noelia Marzol, Adabel Guerrero, Felipe Colombo y el Tucu López, así que no puedo más que agradecer, aunque la pandemia cortó muchos proyectos que quedaron stand by. Hasta marzo estábamos haciendo dos funciones diarias de Sex, en el Gorritti Art Center. Además se postergó el estreno de Marea alta, que filmé bajo la dirección de Verónica Chen y tengo pendiente una obra de Javier Daulte".
En diálogo con LA NACION, Gloria Carrá reflexiona sobre el recorrido de su carrera y el crecimiento que tuvo desde que estrenó Sex: "Empecé más tapada y terminé con muy poca ropa", se sincera divertida. Además habla de sus hijas, Ángela Torres y Amelia Cáceres, y revela que está en pareja.
-¿Aprendiste algo nuevo durante la cuarentena?
-Soy de cocinar más salado y en la cuarentena me entusiasmé con lo dulce porque como no podíamos salir, si nos daban ganas de comer algo rico, hacia unos muffins, por ejemplo. O tenía unas manzanas que se estaban poniendo feas y hacía dulce. Obvio que me bajoneé también y me parece que en esta cuarentena nos salvamos entre amigas, porque estábamos muy conectadas y nos servíamos de sostén, a veces con risas y otras con angustias y llantos. Al principio fue bastante dura, aunque también fue creativa: en estos días voy a estrenar un tema que hice como solista y se llama "Lágrimas ranas". A veces tenía ganas de hacer yoga y otros días, nada, pero se me pasó rápido. De verdad, parece increíble porque uno espera que esto se termine pronto y, sin embargo, el año voló. Creo que tuvo mucho que ver el hecho de tener trabajo, con Sex virtual y ahora Auto Sex, que es un show erótico en el que vamos a estar en el escenario y también entre los autos. De alguna manera volvemos a tener proximidad con la gente. Es una novedad, estoy ansiosa, con ganas porque va a ser algo espectacular. Va a estar como invitada Miss Bolivia, con bailarines, puede llegar a potenciarse un montón. ¡Me imagino las cosas que vamos a ver en esos autos! (Risas).
-Cuando Muscari te propuso sumarte a esta experiencia, ¿qué pensaste? Es un show en el que se juega mucho con la sensualidad y la sexualidad.
-Fue lo que me sedujo, realmente. Ya cuando Muscari me dijo que iba a hacer una obra que se llamaba Sex, piqué y quise saber másy cuando me contó cómo era el formato en Gorritti Art Center, me gustó. No es una obra de teatro sino un show erótico, con una troupe y donde no hay que preparar un personaje: soy Gloria, pero también es un rol porque ténes que sacar tu parte más sexual todo el tiempo. Todo eso me hizo sentir que me iba a sumar como actriz y como persona también.
-¿Te sumó en lo personal entonces?
- Sí, no me equivoqué porque Sex es una gran experiencia que se modifica todo el tiempo y me trajo cosas nuevas a mi vida también, como explorar un poco más mi sensualidad y mi sexualidad. No soy una actriz que iba por ahí... y de pronto lo tuve que sacar a full. Todavía me sorprenden las devoluciones que recibo. Todos podemos ser sensuales y eróticos aunque a veces lo tenemos medio tapado. Me sirvió y creo que sigo liberándome de un montón de tabúes y prejuicios. Siento que a la gente le hace bien porque también se liberan: disfrutar del sexo es lo mejor que te puede pasar. Estoy muy contenta de estar haciendo Sex.
-¿Qué prejuicios tuviste que superar?
-No soy muy pudorosa, la verdad. Me parecía que iba a poder con esto y en el camino me fui dando cuenta del crecimiento. Si miro hacia atrás y veo cómo empecé en Sex puedo darme cuenta fácilmente. Fue enorme en cuanto a lo sexual y a lo que decidí mostrar. Al principio tal vez lo hacía desde otro lugar, un poco más tapada. De hecho empecé la obra más tapada y terminé con muy poca ropa. (Risas). Pasás por tantos lugares... Y muchas veces les consulté a mis amigas si subía o no una foto a mis redes sociales porque quizá estaba muy zarpada. De alguna manera, perdés un poco la noción y no me refiero a si está bien o mal porque nada está bien o mal si no perjudicás a nadie, pero pensás en la mirada del otro.
-¿Y qué te dicen tus amigas? ¿Te zarpás o no?
-La gente me dice que Sex los ayuda a desinhibirse y a mis amigas y colegas les gusta, se divierten y lo gozan, pero todas me dijeron que no lo harían ni locas. (Risas).
-Debutaste en televisión a los 8 años y llevás 40 trabajando, ¿qué pensás de ese camino recorrido?
-No soy muy consciente, la verdad. Lo único que puedo pensar es que me gusta el camino que hice y dónde estoy hoy. Y, por otro lado, soy muy feliz porque también armé una banda de música, Coronados de Gloria, y queremos volver a tocar porque nos da mucha ilusión. Exploré todo lo que tuve que explorar y todavía me queda y eso me da más ganas todavía.
-Ángela también es actriz, ¿cómo ves su crecimiento?
-Ángela tiene 22 años y vive sola desde los 18. Empezó a trabajar a los 12 y es toda una mujercita. Me pide consejos y hablamos mucho, como cualquier madre e hija. Estoy muy orgullosa de la hija que crié. Tiene mucha conciencia social, los pies sobre la tierra, y la veo muy talentosa, muy buena gente. Qué más puedo esperar.
-¿Amelia también quiere ser actriz?
-También y ya me pregunta cuándo puede empezar. Trato de frenarla y hago lo que puedo. Ángela me lo pedía desde los 5. Amelia tiene 11 años y es muy creativa, le gusta dibujar, canta y toca el ukelele, estudia teatro, hace personajes.
-Debe ser muy divertido un día en tu casa...
-Si nos juntamos las tres nos divertimos mucho. La verdad es que la pasamos lindo. En mi casa circula mucha música porque además es el punto de encuentro para ensayar y Amelia escucha cómo hacemos música desde muy chiquita. Al principio se copó con el bajo y quiso estudiar, pero el instrumento era más grande que ella y se decidió por el ukelele. Cuando yo era chica, en mi casa no tenía nada artístico, salvo que mi mamá escuchaba mucha música y yo bailaba y cantaba todo el día, y mi abuela le dijo que me llevara a un casting. Así arrancó todo. Es otra vida y me gusta poder brindarles eso a mis hijas, poder nutrirlas.
-¿Imaginás cómo habría sido tu vida si eso no hubiese sucedido?
-No, además no hice el secundario porque estaba trabajando mucho. En un momento me dio vueltas en la cabeza, pero me di cuenta que no tenía sentido porque no quería seguir ninguna carrera y preferí estudiar actuación y otras cosas que me llevaron a otro lugar. En un momento lo sufrí un poco porque mis amigas iban y yo me iba a trabajar, pero ahora pienso que la actuación me salvó.
-¿De qué te salvó?
-De nada especial. Me refiero a que tengo una vida que me gusta y me siento muy rica en muchos aspectos que tienen que ver con lo cultural.
-¿Estás en pareja?
-La pase muy bien sola, fueron unos años en los que aprendí mucho y ahora sí estoy en pareja, pero no voy a decir quién es. Prefiero guardarlo para mi intimidad.
-¿Hay convivencia?
-Hay amor y con eso basta. Todo tiene su tiempo y quiero que el tiempo vaya hablando.
-¿Cómo está la relación con los padres de tus hijas?
-Con el papá de Ángela (Marcelo Torres) ya no tengo casi relación porque ella es grande y con Luciano nos ponemos muy de acuerdo en cuanto a la crianza de Amelia y es re buen papá.
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