Johnny Depp se confiesa y acusa a Hollywood de organizar un boicot en su contra

Hace pocos días cuando se anunció que Johnny Depp sería uno de los invitados de honor tanto del festival de cine de Karlovy Vary en la República Checa como en el de San Sebastián, resultaba inevitable pensar si la gira europea podría rehabilitar la imagen pública de un actor que durante años vivió en el continente, específicamente en Francia, alejado del ojo público que ahora sigue paso a paso cada uno de sus conflictos con Amber Heard, su exesposa que lo acusa de violencia de género y con la que está enredado en más de una batalla legal. Y fue él mismo quien se ocupó de agrandar la distancia actual con Hollywood al mencionar en una entrevista publicada el fin de semana en el diario británico The Times, un supuesto boicot en su contra orquestado por los estudios hollywoodenses.

“Algunos films conmueven a la gente y eso sucede con el público que experimentó cosas similares a las que mostramos en Minamata. ¿Hollywood me está boicoteando? ¿Un hombre, un actor en una situación complicada y desagradable después de tantos años...?”, se pregunta Depp en el reportaje y sin hallar respuesta continúa en referencia a sus disputas legales con Heard: “Estoy en camino de... sacar todo a la luz”.

Según parece el actor y sus abogados están convencidos de que la batalla judicial ganada hace pocas semanas podría ser fundamental para torcer el resto de sus conflictos legales. Es que los representantes de Depp lograron que un juez de Nueva York declarara necesario conocer el detalle de las supuestas donaciones que hizo Heard con el dinero que obtuvo en el juicio de divorcio. El hecho de que ella declarara en los tribunales que no estaba interesada en la compensación económica y lo demostrara donando casi siete millones de dólares a diferentes organizaciones benéficas había convencido a los jueces de que sus aseveraciones sobre los maltratos sufridos de parte del actor eran ciertas. Si ahora, en cambio, se demuestra que no donó ese dinero, se podría determinar que mintió bajo juramento y que por ende sus motivaciones e intenciones se deberían poner nuevamente bajo la lupa. Al menos eso es lo que espera Depp.

Por otro lado, la idea del supuesto boicot de la industria del cine está fundamentada en el limbo en el que quedó el estreno de la película dirigida por Andrew Levitas, que rescata el trabajo que realizó el fotoperiodista W. Eugene Smith al retratar las consecuencias del envenenamiento por mercurio que arrasó con el pueblo de Minamata en el Japón de los años setenta y las acciones de los responsables de la contaminación ambiental provocada por el desarrollo industrial. Según el director del film, los estudios MGM, a cargo de su distribución, decidieron archivar su lanzamiento debido al deterioro público de la imagen de su protagonista. Una sospecha que Depp se ocupó de solventar en la entrevista con The Times.

“Miramos a esta gente a los ojos y les prometimos que no explotaríamos su historia, que el film sería respetuoso y creo que cumplimos con nuestra parte del trato, pero los que se sumaron después al proyecto también deberían respetar el compromiso asumido”, explicó Depp, que además de protagonizar la película figura como uno de sus productores, en referencia a la maniobra del estudio que insiste en que el film sigue formando parte de sus próximos estrenos aunque no tenga fecha de estreno comercial fijada y hasta ahora solo se haya proyectado en festivales de cine.

Es posible imaginar que el actor de 58 años añora aquellos tiempos de relativa paz cuando vivía en la campiña francesa con su entonces pareja, la cantante y actriz Vanessa Paradis-que habló en su favor desde que comenzaron sus problemas con Heard- y los hijos de ambos: Jack y Lily-Rose. Claro que aquel idílico periodo de su vida terminó con el fin de ese matrimonio y su creciente exposición mediática por el éxito de la saga de Piratas del caribe y su romance con Heard, a la que conoció en 2011 cuando filmaron Diario de un seductor, la película basada en una de las novelas de su ídolo: el periodista Hunter S. Thompson, del que ya había llevado a la pantalla Pánico y locura en Las Vegas.