Su apodo es "Jujuy" desde hace nueve años. Y se debe a que, siendo una de las "azafatas" del programa Sábado bus, logró encandilar a los televidentes con su belleza y su simpatía, y provocó que Nicolás Repetto, conductor del show, la apodara como la provincia de donde es oriunda. Parecía un sueño hecho realidad para Sofía Jiménez (27), que desde muy chica anhelaba con llegar a la televisión: "Papá es ingeniero agrónomo; mamá, abogada. Son dos laburantes que siempre nos impulsaron, a mí y a mis hermanas –Inés (29) y Pilar (26)– a que viniéramos a Buenos Aires a estudiar. Mi excusa para estar en la gran ciudad era la facultad (es licenciada en Comunicación Social), pero yo quería trabajar en los medios, era mi único propósito".
A partir de entonces, el deseo se le cumplió y trabajó como modelo, tuvo presencia en televisión y fue notera en radio. Pero 2018 le trajo nuevas oportunidades y haciendo un balance, reconoce que "fue un período de mucha adrenalina, de subidas y bajadas, pero muy gratificante porque empecé una búsqueda interna".
–¿Esa búsqueda llegó a raíz de tu separación de Guillermo "Pelado" López [su pareja durante cinco años], a principios de año?
–Sí, quería volver a encontrarme conmigo. Fueron muchos años con Guille y uno se termina mimetizando con el otro. Yo me imaginaba casada, con hijos, ¡todo! Pero nos encontramos en distinta frecuencia. Al tiempo de separarme, viajé sola: estuve en Hawái, San Francisco y de ahí alquilé un auto y manejé hasta Los Ángeles. Recorrí la costa oeste. En ese momento, pasaba de la risa al llanto. Fue una experiencia transformadora y pude volver a encontrarme. Y aunque sigo en esa búsqueda, estoy muy metida en mi mundo espiritual. Medito, hablo conmigo misma, hago yoga. En 2016, empecé a descubrir a una nueva Sofía cuando leí el libro Sincrodestino, de Deepak Chopra, que generó un despertar espiritual en mí. Este año siento que se empezó a notar lo que yo venía trabajando: soy yo al ciento por ciento. Así puedo aprovechar cada situación y las cosas que me va regalando la vida.
–Entonces, llegó la propuesta para que participes en "Bailando por un sueño". Algo distinto a lo que venías haciendo.
–La primera vez que estuve en un programa de televisión, en 2010, fue como promotora de una bebida en Showmatch. Entonces, pensé: "Algún día voy a estar en esa pista". Por eso me emocioné tanto la primera vez que bailé. Sabía que "Bailando…" era una buena manera de explotarme, que el público me pudiera conocer. Ya en 2017 me habían invitado pero yo estaba en Telenoche, haciendo una sección que se llamaba "Grosos". Ese fue otro gran regalo: recorríamos el país contando historias de personas que dan todo por los demás. Además, los conductores eran María Laura Santillán y Santo Biasatti, nada menos.
Soy muy enamoradiza y reconozco que eso no está bueno. Mis amigas me dicen que no tengo que engancharme al toque...
–¿Te gustaría volver a enamorarte?
–[Risas]. Soy muy enamoradiza y reconozco que eso no está nada bueno. Me enamoro muy rápido, soy de las que flashea amor fuerte. Mis amigas me dicen: "No puede ser que te enganches al toque, podés divertirte también". Me engancho fácil porque me gusta que me digan cosas lindas, decírselas al otro. Me declaro cursi, me encanta serlo y no me da vergüenza.
–¿Qué cursilerías hiciste por amor?
–Muchas. La más cursi fue para mi novio de la secundaria, cuando tenía 16 años. Nos decíamos "pollito" mutuamente y para sorprenderlo en su cumpleaños, en complicidad con sus amigos, me metí en una caja de cartón gigante disfrazada de pollo. El disfraz era tan bizarro que metía miedo más que ternura. Cuando salí de la caja, él casi se muere de miedo. Otra vez, puse velas en el piso armando la frase "feliz cumple", pero como era parquet, casi prendo fuego la casa. [Se ríe]. Soy bastante noviera: con el primero estuve cuatro años, después con Guille, cinco. Recién ahora estoy aprendiendo a estar sola. Al principio, no quería que nadie se me acercara.
–Hace poco se te vinculó con Juan Martín del Potro.
–Sí, qué gracioso. Quiero conocer gente buena onda, que tenga ganas de pasarla bien. La verdad es que fue tan simple como que me sacó a bailar, no nos conocíamos, nos pusimos a charlar y después me llevó a casa. Soy una persona libre con ganas de divertirse. Y él también. No hay mucho más para contar.
–¿Te molestaría tener una relación con tanta exposición?
–En general, me gustan mucho las personas comunes y corrientes, del interior. Pero por mi trabajo es posible que termine relacionándome con gente del medio. Este año salí con gente que no era de mi círculo, pero no sabía identificar si realmente quería conocerme o estaba ahí porque yo era la chica que estaba en la tele. Fue horrible, porque me "choluleaban". Algunas citas no estuvieron buenas.
–Con Juan Martín del Potro, ¿se siguen hablando?
–[Risas]. No importa.
–¿Tuvieron una cita solos?
–No salimos solos, lo conocí con los amigos y después él estuvo de viaje. Pero no me cierro para nada al amor, estoy en modo de dar oportunidades. Durante un tiempo estuve bloqueada, no tuve my buenas experiencias en las citas, pero ya estoy dejándome fluir. No voy a decir que no estaría con él. No sé qué puede pasar...
Producción: Caro Rossello. Maquillaje: Irene Arcieri. Peinado: Cris Canigna para Cerini. Agradecimientos: Fondado, Justa Osadía, The Bike Box, Adidas y Möoi Restaurant
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