Presa salta a la comedia musical para adultos
El autor teatral, reconocido por sus obras para el público infantil, estrena mañana Oxímoron en el teatro Larreta
Héctor Presa, el director del grupo de teatro La Galera Encantada, incursiona de modo creciente en la comedia musical para adultos. "Hay temas en los que el género infantil no permite que me desarrolle", dice, a punto de estrenar hoy Oxímoron, después de la importante repercusión que obtuviera en la temporada pasada con Amor sin barreras, la conocí en el Roca. A la vez prepara un unipersonal con Laura Manzini, por estrenar en marzo, y una obra que irá en abril al Teatro Molière. Y planea un musical sobre uno de los hitos del rock argentino.
"Dentro de la comedia musical para adultos, hay muy buenos intérpretes, sobre todo, por sus condiciones vocales y coreográficas, y muy pocas obras interesantes. Sí, viene material de afuera, pero acá estamos hablando de la comedia musical independiente." Y ahí, afirma, hay un enorme talento, sobre todo de los jóvenes, pero escasas obras que le resulten atractivas. Así es que apela a su veta de autor.
Maestro en el arte de adaptar temas del imaginario colectivo infantil para darles una nueva vuelta de tuerca, con más de 130 obras escritas, Presa prefiere concentrarse en su nueva propuesta para adultos en una indagatoria propia sobre las relaciones familiares disfuncionales. En Oxímoron son parejas de una misma familia las que, ante un corte de luz en el departamento en que se reúnen y sin posibilidades de salir de éste, comienzan a decir lo que nunca se dijeron.
Menos luz, más valentía
"Me interesó la idea de que la oscuridad potencie a los personajes para soltarse a decir cosas. Cuando era chico, nos juntábamos con los primos en una casa de veraneo y cuando nos apagaban la luz en el comedor en que dormíamos todos, uno se animaba a decir cosas que en otro momento no hubiera dicho." Es cercana también la referencia al juego infantil del cuarto oscuro. "El contacto corporal del cuarto oscuro se traspola aquí a un plano verbal, los personajes toman contacto en lugares que no se animaban a tocar."
En la obra, el corte de luz sumerge al escenario en una convención de penumbra que no quita visibilidad al espectador. Pero los personajes actúan a ciegas. El entrenamiento de los actores pasó por etapas de ensayo con los ojos vendados, para internalizar los movimientos a oscuras, las reacciones del cuerpo a los incidentes a ciegas.
En la oscuridad, las cosas se ven claras, reza el subtítulo. "La oscuridad nos permite soltarnos, decir cosas que, seguramente, en una reunión cara a cara no se dirían, constituye un permiso. Y lo que ni así se puede decir, los sentimientos más profundos, afloran en las canciones." En esos momentos culminantes del desarrollo de cada uno de los personajes, "en los que se refleja al menos alguno de los nudos que tiene", al decir de Presa, se prenden las luces, se ilumina el color, como un contrapunto que, sin embargo, no se desgaja de la trama. "Una de las cosas que más me preocupan siempre en las comedias musicales es que la canción no aparezca como que ahora va la música, sino que sea una continuidad del texto y que si el actor lo hablase, también tendría su significado. Y, por eso mismo, es fundamental que se entienda el texto de las canciones."
Lo que permanece común con la producción infantil de Presa es el sesgo del humor. "No puedo ni quiero evitar el humor. Yo miro y me digo a quién se parecen éstos en mi familia. Por ahí se mezclan, hay combos, se suman personajes y arman uno. En mi familia nos reíamos hasta de los muertos. Uno inevitablemente impone su sello a sus productos, aun cuando no sean autobiográficos. Reírse es el primer paso para reconocer como la punta del ovillo, ahí hay de donde agarrarse. Si no nos riéramos, estaríamos todos en el horno, mal."
Oxímoron
De Héctor Presa
Teatro Larreta, Cuba 2150
Hoy y mañana, a las 21. Más funciones: sábado y domingo
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