Sarah Paulson, de villana en Ratched a la mejor amiga de Cate Blanchett en Mrs America
En una de las primeras escenas de Ratched, la nueva serie de Netflix inspirada en la villana de Atrapado sin salida, el perfil de Sarah Paulson apenas se asoma tras un coqueto sombrero y unos enormes anteojos de sol. Estamos en la soleada California una tarde de 1947. Su enorme sonrisa se contrae bajo un gesto adusto, de incómodo desagrado, mientras observa a una pareja besarse frente a los surtidores de una estación de servicio. Cuando el empleado le acerca el mapa que solicitó, una enorme R asoma en su solapa, tan roja como el lápiz labial que encubre su creciente irritación. La noticia de una serie de crímenes brutales es el tema del día y el curioso empleado le pregunta, algo indiscreto, porqué se dirige a Lucía. Lucía es un pueblo costero en esa escarpada ruta californiana, paisaje pintoresco que alberga un imponente hospital psiquiátrico. Allí se dirige Mildred Ratched, mítica creación de la novela de Ken Kesey y la película de Milos Forman, convertida en una de las villanas más temidas de la cultura popular.
La cómplice ideal de Ryan Murphy
Sarah Paulson vuelve a encontrarse con Ryan Murphy. Esa amistad y fructífera asociación creativa se selló en las ocho temporadas de American Horror Story, serie en la que Paulson comenzó como una médium invitada a la maldición de la familia Harmon en la primera temporada, continuó como protagonista estelar de todas las siguientes –salvo la última-, y ahora da un paso más allá en Ratched. De la mano del creador, Paulson dio la vuelta a su personaje de chica simpática y buena amiga, aquel gestado en los tiempos de la serie Jack & Jill junto a su amiga Amanda Peet. Todas sus criaturas del cine indie, la Lucy de Martha Macy May Marlene (2011), aturdida por la entrada de su hermana en el círculo de una secta, o la Amanda de Blue Jay (2016), quien se reencuentra con su novio de adolescencia después de años de silencio y algunos rencores, recrearon ese imaginario cercano y familiar que proyectaban sus ojos grandes y su tono de voz tranquilo. Murphy exploró los pliegues de esa apariencia confiable en todo el ciclo de American Horror Story y sentó las bases para la creación de esta Rached, germen de aquella representante de la ciencia médica que fue Louise Fletcher, ahora mediada por tantos años de terror y culto.
Heredera del universo hitchcockiano, con sus colores estridentes y sus melodías deudoras de Bernard Herrmann, Ratched asume todas las citas posibles: no solo las semillas sembradas por Atrapado sin salida y los tenues indicios del pasado de su temible enfermera, sino por los thrillers de Brian De Palma, con sus pantallas partidas y sus encuadres amenazantes, la estética artificial del giallo italiano, algunos toques del kitsch de Pedro Almodóvar, un juego de guiños y referencias que envuelve al espectador en ese exuberante estilo más allá de las claves del relato. En el centro está Sarah Paulson, que delinea en la epidermis de su personaje las marcas de un interior convulso y ambiguo, gestado a partir de los detalles que Ken Kessey fue deslizando en su novela sobre aquel hospital psiquiátrico de los 60 al que llega el rebelde McMurphy. Interpretado por Jack Nicholson en la película dirigida por Forman, McMurphy encontró en Ratched su archienemiga, la implacable jefa de enfermería que ejerce su autoridad como la representante de un sistema opresivo e inhumano.
El regreso al pasado de Mildred Ratched
La Ratched de Murphy nos lleva a 1947 cuando una joven Mildred llega como enfermera al hospital psiquiátrico de Lucía, en California. Allí ha sido trasladado el asesino de una congregación de sacerdotes y espera ser evaluado por el doctor Hannover (Jon Jon Briones), eminencia médica de la institución. La férrea fachada imaginada por Louis Fletcher , que convertía en enigma su pasado, era el rostro de una institución. Paulson desteje ese imaginario, lo combina con toda la mitología construida alrededor de Ratched como villana temida –es considerada la mejor villana del cine luego de la Bruja del Oeste de El mago de Oz-, y explora en los confines de su infancia para encontrar respuestas a su carácter. "Quería explorar las zonas de Mildred que resultaban porosas", contó Paulson en una reciente entrevista con Variety. "En la película ella está calcificada, es un muro impenetrable. Recuerdo que cuando la vi por primera vez me pareció una malvada, con todo ese velo de horror a su alrededor. Pero ahora volví a verla y se puede vislumbrar que resulta una representante de ese sistema patriarcal que define al hospital. Una víctima que quizás no tuvo elección. Eso es lo que me interesaba transmitir".
Despojado de los límites del realismo, Murphy delinea el artificio alrededor de Ratched como una trampa extravagante que la anuda episodio tras episodio en ese inframundo del que no puede salir. Los largos corredores del hospital, las cámaras de hidroterapia y electroshock, las lobotomías frankenstenianas que practica Hannover, los rostros deformados de pacientes y enfermeros que recuerdan la tragedia de la guerra, son las claves de ese juego de monstruosidades en el que Ratched emerge como víctima y victimaria, fascinada con el poder que puede arrebatar y que también la aprisiona. Murphy trae a Ratched las constantes de sus otras ficciones, esa tensión entre lo visible y lo aparente, la energía de los sueños incumplidos, su fascinación por Hollywood y sus mentados "freak shows", la celebración queer y esa narrativa dispersa y rocambolesca. Aquí Sarah Paulson funciona como el mejor anclaje, el polo magnético que une las líneas narrativas en fuga, que recoge las coordenadas de las enigmáticas mujeres hitchcockianas como la señora Danvers de Rebeca, una mujer inolvidable (1940) o la Marlene Dietrich de Desesperación (1950), audaz y misteriosa en ese mundo de ciencia y castigo que se aloja en el corazón de California.
La mejor amiga de Cate Blanchett
El otro gran encuentro de la carrera de Sarah Paulson ha sido el que la unió a Cate Blanchett. Coincidieron en Carol (2015) de Todd Haynes, luego en Ocean’s 8: Las estafadoras (2018) y ahora en la reciente Mrs. América, miniserie que estrena FOX Premium el lunes próximo, a las 23. Ya en Carol la dinámica entre ambas enriquecía esa ambigua amistad delineada en la novela de Patricia Highsmith y Paulson nuevamente asomaba con fuerza desde un personaje secundario. Mrs. América es una oportunidad para ver como una de las primeras aliadas de la Phyllis Schlafly de Blanchett, vocera republicana contra la enmienda por la igualdad de derechos entre varones y mujeres, se despliega a lo largo de los episodios, saliendo de su cómodo rol de ladera para convertirse en una voz de inesperado cuestionamiento. "Mi agente me llamó y me dijo: ‘Todavía no ha sido anunciado pero Cate [Blanchett] va a encabezar Mrs. América y hay varios papeles que podrías interpretar. Le dije que ya me había convencido al decirme que Cate iba a participar. Es la tercera vez que trabajamos juntas y para mí es una insignia de honor", contaba Paulson hace unos meses en una entrevista con The Cut.
Mrs. América recrea la lucha feminista de fines de los años 70 a través de sus voceras emblemáticas, al mismo tiempo que delinea la contrarrevolución conservadora que tuvo a Schlafly como su estandarte. De todas las mujeres que entrelaza la historia, varias de ellas nombres reales como Gloria Steinem (Rose Byrne), Bella Abzug (Margo Martindale) o Betty Friedan (Tracey Ullman), Paulson interpreta a un personaje ficticio, modelado en varias de las acólitas de Schlafly en la marcha contra la Enmienda por la Igualdad de Derechos. Alice Macray transita a lo largo de la serie su propio despertar, desde el sillón de la peluquería en el que sugiere a su amiga Phyllis defender los valores de la familia americana como estrategia de oposición a las feministas, hasta su viaje interior durante la Convención de Mujeres en Houston que resulta decisivo para comprender al personaje.
Lo interesante de la evolución de Alice, modelada por la creadora Dahvi Waller y la propia Paulson, es su complejo vínculo con la controvertida figura de Schlafly, que fue una de las personalidades más prominentes de aquel movimiento. Ella funciona como un espejo roto frente su mentora, imitando sus poses y encarnando su discurso, pero al mismo tiempo vislumbrando esas imperceptibles fallas que animan los interrogantes de su vida. El mundo de Alice se despliega con sutileza en sus miradas oblicuas a la enérgica Gloria Steinem, en el escrutinio de las propuestas de las feministas que en algunos ángulos se encuentran con las propias, en los contraluces de su amistad con Schlafly, líder omnipresente y también signada por sus propias inquisiciones. "Es la segunda vez que interpreto a la mejor amiga de Cate. La primera vez fue en Carol, cuando ella recién había ganado el Oscar por Blue Jasmine. Yo tenía que llevarla en un Packard, un auto gigante, y estaba tan nerviosa que tenía miedo de chocar y matarla. Es una persona maravillosa y una excelente compañera de trabajo. Lo que la gente no sabe es que además es muy divertida. ¿En cuántas tomas nos reímos? No puedo ni llevar la cuenta".
Es interesante que Paulson, siendo claramente un ícono queer debido a varios de sus populares personajes y también a la relación que comparte desde hace varios años con Holland Taylor, haya conseguido modelar en Alice una voz tan encontrada con su propio ideario. "Lo que me hizo posible interpretar a Alice, pese a portar tantas creencias que no comparto, es su genuino sentido de la compasión. Intenté que su mirada refleje esa creciente conmoción frente a lo que sucede a su alrededor, no como un cambio radical de perspectiva sino como una clara certeza de que ya no puede ser la misma". Paulson ha conseguido, incluso en personajes muy secundarios como la esposa de Tom Hanks en Los archivos del Pentágono –en la que tiene uno de los parlamentos más memorables sobre el coraje de la Kay Graham de Meryl Streep- o la breve aparición como Geraldine Page en Feud, otra de las series de Ryan Murphy, dejar los mejores trazos de su personalidad, divertida e inquieta, siempre alerta para saltar a ese mundo que se avecina.
¿Dónde verla? Ratched estrena en Netflix el viernes 18 de septiembre y
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