De Rafaela a Buenos Aires
El grupo santafecino de teatro Punto T estrenará hoy "La Brusaròla"
Para los grupos del interior del país hacer una temporada en Buenos Aires sin ningún tipo de ayuda del Estado es casi imposible. Pero todo parece indicar que cuando los rafaelinos del grupo Punto T se proponen algo lo hacen, y hasta con éxito. Tanto que, por ejemplo, "La Brusaròla", el espectáculo que estrenan hoy en Espacio Ecléctico, fue visto en Rafaela (provincia de Santa Fe) por 1200 espectadores sobre una población total de 80 mil habitantes. O sea, una cifra que cualquier productor comercial miraría con ojos bien abiertos (y por qué no, hambrientos...).
Marcelo Allasino fue quien, hace doce años, fundó el grupo en esa ciudad, ubicada a 100 kilómetros de la capital santafecina. Tierras fértiles si las hay, ésa misma tierra se convirtió en una figura recurrente en la producción de los autores y dramaturgos de la zona. Y ese imaginario compuesto por trigales dorados en medio de un atardecer de postal fue el punto de partida de este espectáculo que hará ocho funciones en estas tierras de pasto sintético. "Pero aclaremos que intentamos mostrar otra cara de esa historia. Es más: diría que es una obra simple en la que narrativamente volvemos a algo más clásico. De este modo dejamos de lado los mundos oscuros que estaban presentes en los trabajos anteriores", apunta Allasino, rafaelino de "pura cepa", de 33 años.
Algunos de esos mundos oscuros ya pasaron por Buenos Aires, como ocurrió en el primer festival internacional, durante el cual el grupo presentó "Algo de rojo en el gris", riguroso trabajo en el que se notaba la influencia del maestro de Allasino, el director Alberto Félix Alberto.
"Junto a él indagué la potencia de la imagen. Pero después de haber negado la palabra durante largo tiempo ahora me reencuentro con el texto. Y en esta oportunidad con un texto que se fue nutriendo con los aportes de los cinco actores", apunta quien en 1994 fue becado como alumno full-time en el Lee Strasberg Theatre, de Nueva York.
Así, entre las voces prestadas y propias, aparecen elementos de la cultura piamontesa que define a Rafaela. Una impronta inmigratoria presente en el mismo nombre del espectáculo. "El término brusaròla refiere a la sexualidad femenina, con una doble connotación: tanto para hablar de una enfermedad genital como del deseo erótico. De este modo, el término está en el cruce de la enfermedad con lo sexual, configurando un sentido un tanto ambiguo. Y como la obra apunta a cierto espacio de indefinición era estimulante usar esa palabra, que para nosotros tiene tantas connotaciones. Claro, habrá que ver qué pasa con los porteños...", sostiene en medio de un ensayo junto a los actores Marcela Bailetti, Marcelo Gieco, María Eugenia Meyer, Gustavo Mondino y Silvit Simondi.
El trabajo grupal
Punto T nació como una buena idea hace doce años y todo viene a indicar que, como el imaginario del campo trigal, dio sus buenos frutos. Por lo pronto, actualmente poseen una sala propia -"sociedad civil sin fines de lucro", acota poniendo los puntos sobre las íes- que se transformó en el búnker de la renovación escénica rafaelina. "En algún momento tuve la posibilidad de vivir aquí, pero hice una elección y opté por Rafaela. Lo hice porque quise alimentarme de lo más propio y ver qué se puede hacer", reconoce el director, que, con sus puestas, ya paseó por diversos festivales internacionales.
"La Brusaròla" parece ser una buena síntesis de aquella elección, de esa necesidad de hacer algo que remitiera a la tierra natal. Y más allá del localismo piamontés rafaelino, "el espectáculo plantea, también con crueldad, los costados más desesperantes del ser humano", como dice el prestigioso crítico Roberto Schneider, del santafecino diario El Litoral.
Por lo pronto, para los curiosos (sean piamonteses, santafecinos o porteños) la cita es en el Espacio Ecléctico, de Humberto I 730. Allí harán funciones los sábados, a las 21.30, y los domingos, a las 19, hasta el 12 de mayo inclusive.
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