Así comenzó Morir de amor, la nueva miniserie de Griselda Siciliani

Hace más de dos décadas, Telefe sacaba repentinamente del aire La Marca del Deseo, un thriller con tintes eróticos que contaba la historia de un hombre que tatuaba a sus amantes ocasionales sin que dieran su consentimiento. El tiempo pasó, y para dejar en claro que con el correr de los años fueron muchas las cosas que cambiaron, desde la misma pantalla se anunció este año el desembarco de Morir de amor, otra miniserie con temática adulta que promete escenas fuertes y que tiene un punto en común con aquella ficción protagonizada por Gerardo Romano: un protagonista masculino que seduce mujeres para terminar teniendo el control de sus vidas. En este caso, ese hombre es quien determina, también, sus muertes.

Durante el primer programa, emitido el miércoles a las 23.30, la historia de ese hombre y las de sus víctimas comenzaron a desandarse. La acción comienza en la Base Antártica San Martín. Allí, un grupo de militares le informan a Juan Molina (Esteban Bigliardi) que Rocío, su mujer, está gravemente enferma. El hombre, en un ataque de furia, intenta escaparse, pero logran inyectarle un tranquilizante y retenerlo aduciendo que él sabía que estaba renunciando a su vida cotidiana cuando aceptó instalarse en ese centro experimental.

Luego, puede verse a Helena Karsten ( Griselda Siciliani ) en medio de un quirófano mientras le realizan una punción. "Ya sé todo lo que viene", explica luego la mujer al médico. Su experiencia como abogada de una empresa de medicina prepaga, le sirve para entender qué es lo que se avecina y lo difícil que le resultará enfrentarlo. Como si se tratara de un mal chiste, es ella -la que tiene la potestad de aceptar o rechazar un tratamiento paliativo- quien se encuentra ahora en la vereda opuesta, la del más débil.

Helena tomó una decisión: no contarle a su entorno que está enferma. Por eso, hace lo posible por seguir con su vida como si nada ocurriera pero, claro, con el correr de las horas se dará cuenta de que algo cambió en ella irremisiblemente. El contacto constante con personas enfermas que intentan encontrar la manera de lidiar con sus males hace que, lentamente, su aparente frialdad comience a mostrar grietas.

Y es allí, en el ambiente laboral de Helena, donde se produce el primer encuentro entre los protagonistas. El tema a tratar es el cobro del seguro de vida de Rocío, la recientemente fallecida mujer de Juan. "Si fue por decisión propia, el seguro no puede hacerse cargo", le explica ella y le muestra un cuaderno que tomó de la habitación en la que la mujer estuvo internada. "Me pareció que lo tenías que tener vos", le dice y lo deja a solas para que lea tranquilo, aunque desde lejos no puede evitar contemplar su reacción.

Juan lee consternado las anotaciones de su mujer, que dan cuenta de su deterioro físico y de cuánto necesitaba que él estuviera allí junto a ella. "Voy a hacer todo lo posible para cerrar el caso", le dice Helena a modo de despedida.

La empresa de seguros se encuentra en una situación financiera complicada. Por eso Jorge, el jefe de Helena, le reclama que deje de dar vueltas con los casos que se encuentra analizando y los rechace de una vez.

En ese momento, aparece Alcira ( Nacha Guevara ), una mujer enferma que intercepta a Helena y le pide que autorice la orden para un medicamento importado que le recetaron. Elena, sin detenerse, le recuerda que esa orden fue denegada y que existen otros medicamentos similares que su plan sí cubre. Algo parece cambiar dentro de Helena cuando Alcira la llama por su nombre, de algún modo, humanizándola.

Minutos después, Alcira se descompone dentro de su auto, que se encuentra en el estacionamiento de la compañía. Su cabeza cae sobre el volante y la bocina comienza a sonar. Quien acude en su ayuda es Juan, que se queda con ella hasta que se siente mejor. Allí, en el auto, él le cuenta que es meteorólogo y ella que trabaja en una inmobiliaria.

Como Juan necesita un lugar en el que vivir, juntos emprenden la búsqueda de su hogar ideal. Después de la conflictiva visita a una hermosa propiedad con jardín, terminan en una casona en estado de abandono. Allí, él saca un fajo de billetes para pagar el boleto, pero ella se niega. "Una casa no se compra así", le dice incrédula. Ese primer encuentro termina con un hecho premonitorio cuando Juan mata a una paloma. "Son ratas que vuelan. Están llenas de gérmenes", se justifica.

Las horas pasan y Juan, recostado en el piso de aquella casa, lee el diario que escribió su esposa antes de morir. A la mañana siguiente, Helena recibe un llamado de César, su hijo. El adolescente le cuenta que no puede despertar a su papá y que por eso no puede salir de su casa. Frente a esta situación, Helena va en su búsqueda y se encuentra con su ex, un artista plástico, totalmente borracho. Como ya es tarde como para que asista a la escuela, Helena lleva a César a su trabajo.

En ese lugar, el muchacho se encuentra con Juan, que fue citado otra vez para destrabar el tema del seguro de vida de Rocío. Mientras espera ser atendido, Juan le cuenta a César sobre su vida en la Antártida.

Luego, sí, Helena les informa a Juan y al hermano de Rocío que el cheque ya está listo a nombre del titular de la póliza y que no puede ser endosado. Les recomienda, entonces, que Juan lo cobre y después le dé el dinero al hombre, si es que ese es el arreglo entre ellos. Esta situación no parece conformar al cuñado de Juan, que lo amenaza con no darle las cenizas de Rocío hasta que el dinero esté en sus manos. Ante esta amenaza, Helena primero lo increpa, pero luego decide mantenerse en silencio.

Al otro día, otra vez en la compañía, Juan firma el acuerdo y aprovecha para revisar unas carpetas que alguien dejó en el escritorio. Cuando Elena llega, con rapidez, el hombre guarda una carpeta en su bolso. "¿Hubiese cambiado algo si yo volvía antes?", le pregunta él, en relación a la muerte de su ex mujer. Helena no lo duda, le responde que no.

Al llegar a su casa, Juan se sorprende con la presencia de Alcira, que quiso darle la bienvenida con una cena. Luego de una charla ocasional, él le pregunta cuánto tiempo de vida le queda. "Los médicos no saben decirme. Lo voy a decidir yo", le responde la mujer.

Este primer capítulo de los 12 que tiene Morir de amor seguramente dejó a muchos televidentes con ganas de más, pero con la convicción de haber visto una ficción distinta. La nueva miniserie de Telefe cuenta con la dirección de Anahí Berneri (Encarnación, Alanis) y la dupla conformada por Erika Halvorsen y Gonzalo Demaría (ADDA Amar Después de Amar) en los guiones. Con el correr de los envíos se sumarán al elenco Sofía Castiglione, Agustín Sullivan, Verónica Llinás, Daniela Cardone y Brenda Gandini, entre otros.

Rating. El programa promedió 10,6 puntos de rating y fue lo más visto de su franja horaria. Su principal competidor, La tribuna de Guido (Eltrece), logró 8,5 puntos. Con estos números, la ficción de Siciliani quedó tercera en el top five de ciclos que más atrajeron a los televidentes anoche, que fue liderado nuevamente por el show de talentos La voz Argentina, que consiguió 17,6 puntos.

LA NACION

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