La 1-5/18: luego de dos muertes violentas e inesperadas, la novela concluyó con un final feliz

Estrenada el 20 de septiembre de 2021 por la pantalla de eltrece, La 1-5/18 se posicionó como la primera ficción argentina en emitirse tras los coletazos que ocasionó la pandemia de coronavirus. La producción de Polka, que venía duramente golpeada, apostó por el retrato de la cotidianidad en un barrio popular, con Agustina Cherri, Gonzalo Heredia, Ángela Leiva, Luciano Cáceres, Esteban Lamothe y Lali González como protagonistas.

Con 132 episodios, la ficción siempre se mantuvo firme en el prime time y, si bien tuvo como contrincante a un reality afianzado como MasterChef Celebrity Argentina, cosechó muy buenos números, y en sus instancias finales, apuntalada por el estreno de El Hotel de los Famosos, superó ampliamente los dos dígitos.

Si bien este viernes se emitió su último episodio, en cierta forma ya hubo un “primer final” con la muerte de Bruno, el personaje interpretado por Gonzalo Heredia, quien ingresó a la historia escapando de un pasado oscuro y encontró el amor primero en Lola (Cherri), para luego enamorarse de Gina (Leiva, toda una revelación), la hija adoptiva de su padre. Tras enterarse del embarazo de su pareja, Bruno muere en su ley: defendiendo al barrio del narcotráfico y en particular a su gran amigo, el cura Lorenzo (Lamothe), luego de que Lautaro (el brillante Nico García Hume) intentara matarlo.

La muerte de Bruno -que generó repercusión en las redes- conmoció al barrio rebautizado “La Peñaloza”, pero al mismo tiempo despertó a su hermano Tulio (Gregorio Barrios), quien dejó de traficar para cuidar a su hermana Gina y a su sobrino, en uno de los arcos narrativos más interesantes de la serie. Tulio, padrino del niño, se quedó trabajando en el bar familiar, aunque su hermana cumplió la promesa de irse a criar al pequeño a otro lugar.

En este contexto, y con otra sorpresiva muerte como fue la del villano Lautauro, orquestada por Miranda (Romina Gaetani), y la partida hacia África de Lorenzo para alejarse de Lola y no sucumbir nuevamente a sus sentimientos hacia ella, el viernes comenzó el episodio final de la ficción. La primera secuencia del último episodio tuvo como protagonistas excluyentes a Lola y Rita (González), quienes forjaron la amistad más genuina de la novela. Ambas reflexionaron sobre sus vidas, como previa a la partida de Rita del barrio para irse a vivir con Sebastián (Cáceres), ya más tranquilos luego de que la operación de médula de su hijo Matías (Balthazar Murillo) saliera sin complicaciones.

Uno de los cabos sueltos de la ficción que finalmente se resolvió fue el destino del vínculo entre Viviana (Leticia Brédice) y Miranda. Luego de que ambas tuvieran una breve relación, “Vivi” habló telefónicamente con su ex, aún sabiendo que ella fue la responsable de ingresar la droga al barrio y asesinar a Lautaro, pero lo hizo con el fin de realizar una emboscada para atraparla. El plan fracasó porque, como en toda la historia, Miranda siempre estuvo un paso por delante de todos, y se terminó escapando en una lancha con rumbo incierto, y la policía pisándole los talones.

Renata, Matías, Rita y Sebastián, familia unida

Tras meses de bronca y recelo, Renata (Bárbara Lombardo) logró aceptar que la madre biológica de su hijo Matías y actual esposa de su exmarido, Rita, sea incluida en la familia por el bien del joven. “Yo podré tener dos mamás, pero vos siempre vas a ser la número uno”, le expresó Mati a Renata, quien pudo dejar atrás el dolor enorme que le causó el sentir que estaba perdiendo a toda su familia, e interpretar que no solo no la perdió sino que sufrió una transformación.

“Nos gusta verte alegre y luminosa”, le dijo Sebastián a Renata en otro de los puntos fuertes del final. “Gracias por haber insistido con la separación, ahora estoy haciendo muchas cosas que no hubiese hecho, te quiero”, le expresó el personaje de Lombardo, una de las actrices que más se destacó en la novela.

Un año después...

Lo primero que vemos luego del salto temporal es a Rogelio (Yayo Guridi) abandonando su rol de puntero del barrio para dedicarse a criar a sus múltiples hijos. Su reemplazo fue nada menos que su exmujer, Vivi, muy querida por todos, y quien encontró un propósito luego de haber pasado gran parte del relato sufriendo por las infidelidades de Rogelio y los hijos extramatrimoniales de los que ella también cuidó. Por otro lado, Cristian (Eliam Pico), hijo de Lola, y su novia Malena (Ornella D’Elia), cumplieron sus respectivos sueños con el fútbol y la música, y se fueron a vivir a Córdoba. Vivi y Chacho (Maxi Ghione), por su parte, terminaron juntos y muy enamorados.

El epicentro de la acción del último episodio fue el bautismo de Luisito, el hijo de Gina y Bruno, quien lleva el nombre de su abuelo, el personaje que interpretó Patricio Contreras en el primer tramo de la ficción. La sorpresa llegó cuando en la capilla del barrio apareció Lorenzo, quien les compartió a los habitantes del barrio que dejó los hábitos. “No soy más sacerdote”, le contó a Gina, para luego posar sus ojos en Lola, tras un año de incomunicación.

Final feliz para Lola y Lorenzo

La relación más compleja de la novela, la del cura y la maestra y referente del barrio, tuvo muchos vaivenes. La distancia, sin embargo, logró reconectarlos. Luego de que Lorenzo se disculpara por sus dudas constantes, le confesó a Lola que nunca dejó de amarla. De esta forma, sellaron su amor con un beso.

La novela concluyó con la voz en off de Lola contando qué fue de la vida de sus amigos de La 1-5/18, como Rita, quien empezó a trabajar con Mati como chefs de Renata; Gina, quien comenzó a trabajar por fuera del bar; y Tulio, Roxy (Julieta Bartolomé) y Alan (Agustín Sosa), quienes se encargaron de prohibir la entrada de drogas al barrio. De esta forma, con las palabras de Lola, un brindis, y el recuerdo de Bruno, finalizó la novela dejando atrás las tragedias.

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