Un saxo estilo Piazzolla

Qué es tango y qué no todavía es materia de discusión para los más tradicionalistas del género. Pero también es cierto que los años posmodernos de la década del noventa y las generaciones más jóvenes de oyentes le dieron un espacio a expresiones como la de Jorge Retamoza.

Este intérprete y compositor hace tango con saxofón y logra que su instrumento no desentone con esta música que describe en sonidos a Buenos Aires. Apenas comienza el espectáculo el músico trae su "Policial argentino", el tema que da título a su último CD, y que parece el sound track de un policial cargado de misterio y colores porteños. Algo similar ocurre con "De algún modo", que toca hacia el final del show. Aunque en este caso aparecen rasgos jazzeros. El saxofonista y su grupo siempre se ajustan a los modismos del tango. Sin embargo, las formas del jazz se aplican, por ejemplo, en climas establecidos desde un "tango walking-bass" y las figuras de la batería, que propician solos de piano, saxo y bandoneón escritos en las partituras.

Sólidas referencias

Retamoza llega a muchos momentos de su espectáculo provisto de las evidentes influencias de Piazzolla y de Eduardo Rovira. Por eso no es casual que en su lista aparezcan temas como "Violentango" y "Sónico" (aquí también podrían figurar piezas del estilo de "Que lo paren", de Rovira). Esta misma inspiración hace que el tango "Orgullo criollo" parezca una inclusión forzada dentro del repertorio. No sucede lo mismo con "Los mareados", porque si bien se aparta de la estética propuesta, el saxofonista resuelve con buen gusto una versión intimista que se acerca a la balada.

Otro elemento de su trabajo es la intención casi rockera que tiene la banda integrada por instrumentos acústicos. La batería no es un mero conjunto de tambores y platillos que sirve de marco decorativo. Su presencia es constante, y sobre el escenario empuja y levanta el volumen del resto, mucho más que en el disco. Esto algunas veces juega en contra; al momento de recrear la "Reunión cumbre" de Piazzolla y el saxofonista Gerry Mulligan, la potencia inicial le quita a la versión de Retamoza opciones para buscar matices originales.

Pero, excepto por algunas piezas, el músico logra conjugar, con buenas dosis de atrevimiento, el lenguaje tanguero que lo alimenta, estructuras poco habituales en este género, misterio, melancolía y la sensación de vértigo que manifiesta su quinteto sobre el escenario.

Retamoza no encara una vanguardia tanguera si se tienen en cuenta las referencias antes mencionadas. Lo valioso de la propuesta es que se ubica en un terrero amplio que el músico pretende edificar con estilo propio.