Una muestra de destreza
Ciclo de música contemporánea / Programa: Obras de Pierre Boulez y Peter Eötvös 7 Intérpretes: Helena Bugallo, Silvia Dabul y Lucas Urdampilleta (pianos), Lucrecia Jancsa, Ticiana Todoroff y Alina Traine (arpas), Florencia Barrientos, Marcos Cabezaz, Jorge Camiruaga y Maximiliano Natal ( percusión)/ Dirección : Michael Wendeberg / En el Teatro San Martín.
Nuestra opinión: muy bueno
En el Ciclo de música del San Martín que dirige y programa Martín Bauer, se escuchó por segunda vez en la Argentina Sur Incises, la obra de Pierre Boulez. Las circunstancias no permiten comparaciones muy pormenorizadas, porque se realizaron en ámbitos distintos, a cargo de otros intérpretes y frente a otro público.
Pero, aunque el cotejo entre dos versiones logradas bajo miradas y situaciones distintas no se hubiera visto muy favorecido (como sucede siempre con la interpretación musical) fue posible obtener resultados que recordaron muy satisfactoriamente aquella lograda en el Teatro Colón, en julio pasado, cuando Daniel Barenboim estrenó la obra con miembros de la West-Eastern Divan Orchestra.
Para la audición de esta nueva versión, ayuda mucho el hecho de que se trata de una composición bien objetiva, sin espacio apto para conjeturas expresivas. Por supuesto, como sucede inevitablemente frente al planteo abstracto de la música, al escucharla, habrá quienes se figuren cualquier clase de significados. Pero sin duda, existirá general anuencia en que la obra no fomenta ningún tipo de representaciones.
Versiones enfrentadas
Sin necesidad de repetir opiniones contenidas en la nota sobre la versión Barenboim (que casualmente también fue escrita por este comentarista) hay que insistir en que Boulez es uno de los contemporáneos que ha conseguido llevar el timbre a las más profundas consecuencias para la música actual, porque pareciera que el color y su textura siempre mandan en sus obras. El otro factor que las motoriza, es la fuerza rítmica y la penetrante capacidad de su marcación que le permite ejercer un efecto profundo sobre el oyente.
En Sur Incises, Boulez produjo estas afirmativas acciones a través de una instrumentación muy peculiar: tres pianos, tres arpas y tres equipos de percusión. Tal como sucedió en julio pasado en el Colón, en el San Martín, los integrantes del noneto hicieron una muy alta demostración de pericia y entrega instrumental, mientras su director, el alemán Michael Wendeberg, mostraba hasta qué punto estaba autorizadamente comprometido con la substancia y sus señales.
Esta sesión empezó con Sonata per se, una obra en dos partes separadas (una de piano sólo a cargo de Lucas Urdampilleta y otra de dos percusionistas del grupo) escrita por el húngaro Peter Eötvös.
La parte pianística es una expansión, ramificación e incremento excepcional de la escritura para teclado y tuvo a su servicio un ejecutante de fenomenal mecanismo. La segunda parte fue dedicada a una pura creación de atmósfera, desarrollada en permanente pianísimo, aunque no siempre capaz de mantener despierta la atención.
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