Caricias, pedicura y pastillas de menta: cuando la diva tiene cuatro patas
El tráfico se detiene y los pasillos se despejan cuando llega la diva, con sus asistentes escoltándola entre bastidores antes de su interpretación del papel que ha perfeccionado durante...

El tráfico se detiene y los pasillos se despejan cuando llega la diva, con sus asistentes escoltándola entre bastidores antes de su interpretación del papel que ha perfeccionado durante años para deleite del público.
"¡Tú puedes, Wanda!", le dice una directora de ópera al verla ingresar. Antes del espectáculo, recibe un retoque rápido de pedicura: sus pezuñas tienden a recoger heno y residuos.
Wanda es, al fin y al cabo, una burra. Pero una muy especial.
Ha interpretado papeles en producciones clásicas de la Ópera Metropolitana de Nueva York, incluidas "La Bohème" y "El barbero de Sevilla", desde 2022.
En el Acto II de "La Bohème", la representación de Puccini del París del siglo XIX, Wanda se une a cientos de artistas.
De sombrero cónico magenta con gemas multicolores y un cuello con volantes, tira del colorido carro de Parpignol, que vende juguetes a los niños en la espectacular escena del mercado callejero en la que también aparece, literalmente, un carruaje tirado por caballos.
Wanda y su colega Max, el elegante caballo castaño que sale a escena después de la burra, son muy profesionales. Sus entrenadores se ponen capas y están junto a los animales durante la función.
Mientras esperan la señal de entrada, Max suele dormir la siesta, cuenta la cuidadora Angelina Borello a la AFP durante una representación este mes.
Wanda recibe visitas y muestras de afecto, incluidas las del actor Gregory Warren, que interpreta a Parpignol. Con un elaborado maquillaje de payaso, acaricia a su coprotagonista con cariño.
"Es muy tranquila", asegura Warren. "Añade energía, creo que especialmente para los niños, poder ver a un animal en acción" en el escenario.
- "Confianza" -
Wanda debutó en el Met después de que su predecesor Sir Gabriel se retirara a Maryland, donde vive en una granja como compañero de una yegua cuya pareja falleció.
Cuando tiene varios papeles de ópera en un corto período, Wanda vive en establos en el distrito neoyorquino del Bronx para minimizar su tiempo en la carretera. De lo contrario, reside en el norte del estado de Nueva York.
También tiene trabajos habituales en las procesiones del Domingo de Ramos en Manhattan.
"Es fabulosa", afirma Nancy Novograd, propietaria de la agencia All Tame Animals.
Según ella, los animales bien dispuestos para el mundo del espectáculo tienen cualidades similares a las personas con talento innato para actuar.
"Lo que busco es confianza. Busco un animal que pueda entrar en un entorno inusual y mantener la concentración", señala Novograd a la AFP.
Un día cualquiera, la agencia de Novograd puede estar trabajando en un rodaje comercial con caballos en la playa o con gusanos de cera en un programa de televisión.
La regidora Hester Warren-Steijn comparó la logística de trabajar con animales vivos con una danza intrincada, igual que todo lo demás entre bastidores en el Met, que posee un complejo escenario giratorio con elevadores hidráulicos.
Siempre hay un Plan B por si algo sale mal, asegura. A veces aparecen cantantes con alergia al pelo equino y deben guardar distancia para proteger sus voces.
- Mentas después del espectáculo -
Warren-Steijn dice que parte del trabajo de incluir animales en el escenario del Met es asegurarse de que "se los trate bien".
A lo largo de los años, defensores de los derechos de los animales han protestado por el uso de animales en producciones teatrales, especialmente en Europa.
Según Novograd, algunos animales simplemente no son aptos para actuar. Pero para otros, salir al escenario "es estimulante".
Tener animales en producciones como "La Bohème" es parte de la grandeza del show, explica Warren-Steijn.
"Es el Met en su máximo esplendor", asegura.
Cuando Wanda termina de actuar, como muchos artistas de alto nivel pide refrigerios, si es posible muchas pastillas de menta.
Pero recibe sus golosinas solo después de su paseo por el escenario, que dura aproximadamente un minuto. Si no, "estaría pidiéndolas constantemente", apunta Novograd.


