Compraron una casa antigua por 300.000 dólares en Estados Unidos, la remodelaron y quedó irreconocible

Una pareja de Carolina del Norte decidió darle un estilo completamente único y grandmillennial a una propiedad de 107 años de antigüedad, por la que pagaron 320.000 dólares en 2020. Llegaron a ella por casualidad, cuando se mudaban de vuelta a Asheville. En ese momento, era el comienzo de la pandemia de Covid-19 y estaban desesperados, dado que no lograban quedarse con ninguna casa ante la cantidad de competidores. Después de analizar su situación, vieron potencial en una, casi en ruinas. Tras un año y medio de restauraciones, compartieron el increíble resultado y una enseñanza: “Vale la pena salvar casas viejas”.

Paige Baratta y Tripp Simmons decidieron tomar la iniciativa y arriesgarse. Mientras buscaban su nuevo hogar, se encontraron con una propiedad de dos plantas de estilo American Foursquare que les encantó, pero que estaba en mal estado y necesitaba demasiadas reformas. Según contaron para Insider, no tenían mucho dinero. Aun así, después de meses sin éxito en su búsqueda por otras opciones, pagaron US$320.000 por esta.

Entre sus destacadas características les gustaba que tenía el doble de tamaño de otras del mismo precio. “Llegamos a la conclusión de que, si hacíamos la mayor parte del trabajo nosotros mismos y podíamos aplazar algunos de los proyectos, todo funcionaría”, añadió Paige Baratta para el medio citado.

Lo que encontraron después fue muchísima historia. La propiedad se había construido en 1915 y su anterior dueño había vivido allí desde los años 60, casi sin darle mantenimiento. Por eso había una plaga de termitas y mucho polvo.

Ese encanto antiguo también los convenció de hacer los cambios, que comenzaron el mismo día que recibieron las llaves. Tenían experiencia, dado que ya habían reformado su anterior propiedad en Raleigh, Carolina del Norte. Esta vez, Baratta y Simmons tenían un presupuesto ajustado, así que se mudaron al mes de comprarla y con detalles por terminar porque no podían pagar ambas propiedades. Así, se vieron obligados a priorizar: empezaron por el baño y un dormitorio.

Mientras hacían todas las reformas, los vecinos los ayudaron y les contaron un poco de la historia de su hogar. Así descubrieron que, originalmente, se había construido para la clase trabajadora. “Y casi 110 años después, sigue ocupada por gente así, lo cual es increíble”, añadió Baratta.

Luego de un año y medio, y de hacer la mayoría de los cambios por sí mismos, decidieron nombrarla: “Mansión caoba”, un guiño para la madera de la que estaba construida.

Cuánto costó la reforma

Al final, Baratta calculó que habían gastado aproximadamente US$80.000 en la renovación, lo cual también estaba dentro de su presupuesto inicial de US$100.000. Durante ese período, incluso conocieron a la nieta de uno de los propietarios antiguos, una mujer de 80 años.

Mientras tanto, la dueña comenzó a compartir las fotografías de todo el proceso de remodelación en su cuenta de Instagram para que lo siguieran sus padres y amigos. A medida que avanzó, terminó conectándose con otras personas que también hacían remodelaciones de casas antiguas. Incluso, se ganó un premio local por sus esfuerzos de conservación.

“Pensaba que elegirían a gente que hubiera gastado mucho dinero, contratado a especialistas y hecho todo tipo de cosas grandes y lujosas”, explicó. “Creo que probablemente fuimos de los primeros en ganar el premio haciendo gran parte del trabajo nosotros mismos, como propietarios”.

El reconocimiento contempló específicamente un punto: que a pesar de la modernidad de las refacciones, al final decidieron conservar el estilo original. De acuerdo con la propietaria, la decoración al interior es Grandmillennial, caracterizada por colores atrevidos, estampados y muebles de segunda mano.

“Es como la casa de nuestros abuelos, pero también quería hacer un guiño a la decoración original de la casa, para que resultara moderna, fresca y divertida”, detalló a Insider. La mayoría de los muebles son de tiendas de antigüedades y segunda mano.

La mujer cofnesó que se siente feliz y agradecida de haber compartido este proyecto con su esposo. “Nos unió más porque tuvimos que trabajar en equipo. A su vez, pudimos preservar este pedazo de historia mientras nos convertíamos en parte de la suya”, cerró.

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