En un mundo caliente, que Taiwán no sea la gota que rebalse el vaso
Las elecciones de la isla, la semana próxima, podrían reavivar el sueño independentista y la inmediata reacción de China
El próximo sábado habrá elecciones generales en la Isla de Taiwán. Se enfrentarán, centralmente, el Partido Progresista Democrático (PPD), que sostiene la independencia de la isla, y el Kuomintang (KMT ), el viejo partido nacionalista chino.
Por el PPD, se presenta Lai Ching-te; por el KMT, Hou Yu-ih; pero hay un tercer candidato, Ko Wen-je, por el Partido Popular. Desde 2016, gobierna la isla Tsai Ing-wen (PPD), que está terminando su segundo mandato.
Los últimos ocho años fueron especialmente tensos. Si bien el PPD nunca amagó con una declaración formal de independencia, este es su objetivo expreso.
Hasta hace seis meses, las encuestas favorecían al KMT, que gobernó Taiwán desde 1949 hasta 2016. En 1949, el generalísimo Chang Kai-shek fue derrotado por el Ejército Rojo del Partido Comunista Chino –conducido por Mao Tse-tung– después de una sangrienta y larga guerra civil. La interrumpieron entre 1937 y 1945 por la invasión japonesa, por la cual el Kuomintang y el Partido Comunista (PCCH) se unieron en el “Frente Patriótico” para expulsar a los japoneses. Vienen disputando el destino de Taiwán durante los últimos 70 años, primero como enemigos y por los últimos 10 años como “socios”, en la idea de “una sola china, con respeto a sus diferencias ideológicas”.
Pero la reciente aparición de un tercer partido dividió a la oposición y el favorito en la actualidad es el PPD. De vencer en las urnas, la tensión ya existente se multiplicará peligrosamente.
Si bien es remota la posibilidad de una declaración unilateral de Independencia, la República Popular China, gobernada por el PCCH, viene advirtiendo que, de producirse tal evento, invadirá inmediatamente la isla, a la que considera parte inescindible del Territorio Continental Chino.
Por otro lado, la República China –Taiwán– tiene el fuerte apoyo de los Estados Unidos y un acuerdo de defensa por el cual cualquier agresión contra la isla es equivalente a un ataque al territorio norteamericano.
Durante 2023, hubo varios momentos de extrema conflictividad, con operaciones militares de China Comunista alrededor de la isla y una fuerte militarización del Estrecho de Taiwán, que separa por solo 200 km al continente del territorio insular.
La Isla de Taiwán fue bautizada “Formosa” en 1624, cuando llegaron los portugueses. Los primeros habitantes llegaron hace 15 siglos, y eran parte de la etnia Han, la hegemónica en China Continental. En 1684 fue incorporada como parte de la Provincia de Fujian al Imperio Chino y siguió en sus manos hasta 1895, cuando los japoneses derrotaron a los chinos en la Guerra Chino-Japonesa y retuvieron el control de la isla hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
"Hoy Taiwán tiene un ingreso per cápita de u$s 32.000 (el doble que China) y se ha constituído en una sociedad moderna, democrática y altamente desarrollada."
Para esa fecha, Chang Kai-shek, con apoyo norteamericano, ocupó la isla, fundó la República China y se quedó con la representacion de China en el Consejo de Seguridad de las ONU hasta 1972, cuando fue reemplazada por la República Popular China.
China siempre reivindicó su soberanía sobre la isla. En 1984, Deng Xiaoping reconoció a Taiwán su autonomía administrativa, siempre y cuando no declare su Independencia.
Hoy Taiwán tiene un ingreso per cápita de u$s 32.000 (el doble que China) y se ha constituído en una sociedad moderna, democrática y altamente desarrollada. Su debilidad central es que solo 14 países reconocen su independencia, siendo los mas importantes Paraguay y El Vaticano.
En las próximas elecciones, la perspectiva “estabilizadora” era que ganara el KMT, partidario de la autonomía, pero contrario a la declaración de independencia. Sin embargo, la división de la oposición parece anticipar un triunfo del PPD, y en ese caso la tensión crecerá exponencialmente entre China y Estados Unidos, quizá como nunca antes.
La Argentina, desde el inicio de las relaciones diplomáticas con la República Popular China en 1972, siempre ha sostenido el principio de la unidad de China (Taiwán como parte de China), y no mantiene relaciones diplomáticas con la isla (aunque, como la mayoría de los países del mundo, tenga una oficina de negocios allí).
La inestable paz mundial actual requiere que se resuelvan los conflictos más graves (Ucrania y Medio Oriente) y no que sigan multiplicándose. En ambos escenarios confluyen las dos superpotencias: Estados Unidos respalda a Ucrania e Israel, en tanto China es aliada de Rusia y tiene fuertes vínculos con Irán y el mundo árabe. Solo un hipotético (hoy poco probable) acuerdo entre ambas podría forzar una negociación de paz en las dos guerras. Esperemos que Taiwán no sea la gota que rebalse el vaso.
Ex embajador argentino en USA, la UE, Brasil y China