Lecturas: Vida y obra de Philip Roth, en el centro de la polémica
La esperada biografía del novelista estadounidense escrita por Blake Bailey es un exhaustivo estudio marcado por discusiones muy actuales
Al entender la esencia de su obra, una de las más importantes de la literatura estadounidense del siglo XX, Philip Roth (1933-2018) empezó a repetir en distintas entrevistas una frase del poeta polaco Czesław Miłosz que, a fuerza de insistencia, terminaría por apropiarse: “Cuando en una familia nace un escritor, la familia se ha acabado”.
Según el biógrafo Blake Bailey (Oklahoma, 1963), autor de Philip Roth. La biografía, ese punto llegó en 1969 con El mal de Portnoy, la tercera novela de Roth, cuya publicación lo convirtió a los 36 años en un enorme éxito comercial y, al mismo tiempo, en un fenómeno literario en conexión permanente con el más imperecedero y agitado de los asuntos humanos: el sexo. A partir de ese momento y hasta su muerte, Roth, que junto a su colega John Updike llegó a ser uno de los integrantes más jóvenes de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras, hizo de sus libros un instrumento de interrogación permanente acerca de a cuántas “familias” pertenecía (con su hogar paterno “amorosamente opresivo” en primer lugar, pero también con las familias extendidas del judaísmo, la masculinidad y la literatura) y cuántas de ellas había “destruido”. Aunque por “destrucción”, por supuesto, solo deberíamos entender la capacidad de desarmar con más inteligencia que miramientos los tranquilizadores resguardos de cualquier identidad impuesta, por inexpugnable y sensible que parezca.
Piedra basal de novelas como El profesor del deseo (1977), La mancha humana (2000) y El animal moribundo (2001), El mal de Portnoy es un excelente ejemplo de esto, ya que a partir del relato satírico de las vivencias de un joven judío sobreprotegido por su madre que se lanza al descubrimiento del sexo (sin distinciones religiosas entre las damas dispuestas a educarlo), no solo se desatarían malestares personales con sus padres. También Gershom Scholem, por entonces presidente de la Academia de Ciencias y Humanidades de Israel, diría en respuesta a lo que Roth intentaba cuestionar (“las restricciones a las que la sociedad somete el sentimiento”, como él mismo señalaría a propósito de su primera publicación, Goodbye, Columbus, en 1959) que se trataba del libro “por el que han estado rogando todos los antisemitas”.
Por su lado, Bailey encuentra en estos nudos recurrentes entre la obra y la vida un sendero en el que las polémicas trazadas durante sesenta años de carrera renuevan a fuerza de más de un centenar de entrevistas, cartas, textos y testimonios pulcramente indagados y citados el mensaje ya establecido en ¿Por qué escribir? Ensayos, entrevistas y discursos (1960-2013). Corregido por Roth un año antes de morir, en ese libro es él mismo el que aclara que “los intereses de la ficción no son los de un estadístico ni los de una empresa de relaciones públicas”, por lo cual, más allá de lo que en la vida diaria resulta razonable, conveniente e incluso legal, la ficción tiene el deber de “expandir la conciencia moral”, incluso si, al hacerlo, se adentra en zonas incómodas.
Tal vez la paradoja sea que Roth, que a pesar de recibir decenas de galardones deseaba un Premio Nobel que se le escurrió por motivos nunca del todo claros, pero vinculados a su aura equívoca de misógino, encontrara para afianzar esta idea a un biógrafo honesto y exhaustivo, pero también con problemas personales. Publicada tras casi una década de trabajo en 2021, la primera edición de Philip Roth. La biografía fue retirada de las librerías en Estados Unidos luego de que distintas mujeres acusaran a Bailey de manera pública (pero no penalmente, hasta el momento) de abuso sexual.
Si bien es cierto que Roth llegó a pagar en 2010 más de sesenta mil dólares para borrar de un estudio crítico sobre su obra un comentario que lo acusaba de “dar marcha atrás” cada vez que “aumentaba la intimidad con una mujer y lo inquietaba verse atrapado”, en el plano de su vida real las cosas, en cambio, nunca llegaron a tanto. De hecho, el escritor contó con la ayuda de su amiga Claudia Roth Pierpont (con la que no comparte parentesco) para depurar a través de otra lectura biográfica de sus libros la sombra de la misoginia en Roth desencadenado (2013), probablemente su último intento para deshacer el daño a su imagen provocado por Adiós a una casa de muñecas, las memorias escritas por su segunda esposa, la actriz británica Claire Bloom, de quien se había divorciado en 1994.
A propósito de las motivaciones de Bloom, ni Bailey ni los muchos amigos y amigas de Roth en los círculos sociales neoyorquinos, incluyendo a sus dos esposas y decenas de amantes, ignoraron nunca la vida sexual del hombre que, en palabras de uno de sus álter ego literarios, Nathan Zuckerman, sentía una poderosa atracción por mujeres “jóvenes y heridas” a las que quería besar “donde más las habían violentado, como si tal acto pudiera redimirnos a ambos”. Esto no era un secreto, y teñido en clave de ficción aparece también en novelas tan autobiográficas como Los hechos (1988) o Engaño (1990).
Más allá de los significados cambiantes del adulterio, la libertad sexual o la identidad masculina a lo largo de los últimos cincuenta años, asuntos clave en la mejor literatura de Roth, además de su historia con Lisa Halliday, la escritora con quien mantuvo a principios de los 2000 una de sus últimas relaciones estables (a pesar de llevarle más de cuarenta años y vivir minado por los achaques), en su biografía de Roth Bailey encuentra ocasiones para mencionar entre sus parejas circunstanciales a celebridades más contemporáneas, como Mia Farrow y Jackie Kennedy, e incluso a alguna más veterana como Ava Gardner, a la que la propia Bloom le contestó un llamado telefónico preguntando por su marido en 1986.
Chismes aparte, Bailey reconstruye lo que Philip Roth suele representar: la figura de un hombre independiente, a veces narcisista y según las circunstancias calculador, pero siempre comprometido con la literatura. “No quiero que rehabilite usted mi persona. Haga solo que resulte interesante”, pidió Roth. Bailey lo hizo.
Philip Roth. La biografía
Por Blake Bailey
Debate. Trad.: Juan Rabasseda Gascón y Teófilo de Zoloya
1002 páginas, $5999
Roth desencadenado
Por Claudia Roth Pierpoint
Random House. Trad.: Inga Pellisa Díaz
432 páginas, $3249