
Reseña: El Libro (no) de los Salmos, de Susana Szwarc
Desconcertante y desacralizante desde el título, El Libro (no) de los Salmos, de Susana Szwarc (Quitilipi, 1952), sorprende por el método con el que una escritura poética original puja por crear o encontrar sentido. “Aclara: se leerá la letra / entrecortada”, se anticipa en los primeros versos del volumen publicado por el prestigioso sello español Hiperión.
Mediante juegos de palabras, que incluyen cortes y yuxtaposiciones; neologismos verbales (“abejaba”, “acosquille”, “criquea”, “gansando”), apuntes didascálicos (Szwarc también es dramaturga, además de narradora y poeta), humoradas, antojos y onomatopeyas líricas (“Que tu tututú de percusión / de sanación / moje el aire”), la autora convierte la lectura en un embriagado ejercicio de reflexión y en una toma de posición sobre el lenguaje. “Que la palabra se asome / asombre / cada vez / que todo eso / que tanto / porque sí / nos habla”, concluye uno de los antisalmos.
El “deleite en letra sobre la lengua” de Szwarc puede posarse en disquisiciones filosóficas sobre la repetición de lo mismo y lo otro, las hormigas (“arquitectas ahora”), el poder de la sombra, los libros (con minúscula), una pintura de Egon Schiele y las conversaciones que mantienen las flores. Con “vibraciones, trepidaciones, música”, en El Libro (no) de los Salmos se sugiere que, incluso en un mundo que peligrosamente rueda “hacia su propia pérdida”, todavía es posible practicar la disidencia, suavizar la tristeza y agitar la penumbra en busca de cobijo.
El libro (no) de los salmos
Por Susana Szwarc
Hiperión
68 páginas, $ 30.950






