Reseña: Joya de familia, de Agustina Bessa-Luís
Todas las familias que narra Agustina Bessa-Luís (Vila Meã, 1922-Oporto, 2019) exhiben una felicidad similar, y al mismo tiempo, son profundamente infelices, a su manera irónica y atemporal. El juego se redobla en Joya de familia, una historia que desmenuza la burguesía portuguesa del siglo XX. Con esta novela, la autora más secretamente célebre de Portugal inauguró la trilogía llamada Principio de incertidumbre, una de las cumbres de su narrativa.
La historia empieza como en las telenovelas: Celsa Adelaida cambia a su bebé por el de su patrona en una noche de tormenta. De ese modo, las vidas de las dos familias quedan entrelazadas, pero no como se espera. El relato se desliza enseguida a la juventud del heredero y desmenuza las experiencias que atraviesa en todos los órdenes de su vida.
Aun así, hablar de un argumento lineal sería engañoso. La narración hace del tiempo una espiral que adelanta la trama y retrocede para narrar una misma escena varias veces. Un ejemplo es el parto del bebé cambiado –Antonio Clára–, momento al que se regresa, solo que en cada nueva oportunidad se dice algo distinto. Antonio parece destinado a ocupar siempre el vértice de un triángulo: primero están su mamá biológica Celsa y su madre involuntaria; luego, la calculadora Vanesa, su amante, y Camila, que se convertirá en su esposa. A esta última, una criatura enigmática, Bessa-Luís la crea con los prejuicios de lo femenino, pero alterados a tal punto que sus acciones y las reacciones que despierta son inesperadas. No es casual que sea para todos la “joya de la familia”.
Uno de los ejes que tensan la trama es la relación de poder entre los personajes. La pregunta sobre la verdad detrás de cada ser ronda toda la novela y lleva a pensar en Claus y Lucas, de Agota Kristof, la historia de dos hermanos que atraviesan la Segunda Guerra Mundial. Con una salvedad: todo lo que en la húngara es angustiante, en Bessa-Luís se acerca a la comedia.
Hay que decir que la lectura de La joya de la familia es un desafío. La autora portuguesa escribe de modo extraño, enlaza las frases en una cadencia espiralada; ese ritmo le da cierto aire atemporal y lleno de recovecos que ocultan el verdadero sentido de lo que quiere contarse. Así y todo, la narración tiene frescura; las escenas están escritas con giros irónicos y latigazos de humor, a los que se suman aforismos, frases reveladoras que destellan en el modo de hablar de los personajes, o las intervenciones de una narradora que no juzga, pero le habla directamente al lector.
Joya de familia es un gran laberinto poblado de personajes contradictorios, capaces de exponer los prejuicios, la excentricidad, y sobre todo, la hipocresía de una comunidad que se resquebraja entre el deseo individual y una tradición en decadencia.
Joya de familia
Por Agustina Bessa-Luís
Serie Gong. Trad.: Alicia Mendoza Galindo
410 páginas, $ 4990