
Reseña: Misterios S.A., de Joyce Carol Oates
Los títulos más clásicos de la estadounidense Joyce Carol Oates (Lockport, 1938), varias veces candidata al Premio Nobel de Literatura, eran muy diferentes entre sí. Tres ejemplos posibles: Agua negra (1992), Sobre el boxeo (1987) y Blonde (1999). En cambio, en el siglo XXI, sus novelas tienen muchos rasgos en común, incluyendo una longitud considerable. Misterios, S. A. parece una vuelta a sus orígenes: un relato de menos de cien páginas y una incursión sorprendente en el género “policial” al que se homenajea con enumeraciones de apellidos famosos como Conan Doyle, Agatha Christie, Ellery Queen.
Es una lástima que la contratapa adelante el argumento porque uno de los puntos fuertes del libro es la excelencia en la dosificación y organización de la información, clave en este tipo de libros. El narrador en primera persona describe cuidadosamente el mundo de los libreros mientras se desnuda poco a poco frente a los lectores. Su personalidad es parte del enigma: se va develando con pistas sutiles al comienzo, cada vez más obvias después.
Charles Brockden –nombre falso y literario con el que se presenta– es un coleccionista apasionado de los “policiales”, dueño de un “imperio” de librerías especializadas. Está decidido a adquirir “Misterios S. A.”, el local en el que se desarrolla todo el relato. La historia podría leerse como una obra de teatro breve que sucede en pocas horas, en un único escenario y con solo dos personajes.
Brockden representa con claridad un tipo específico de estadounidense: blanco, rico, seguro, competitivo, muy convencido de que tiene derecho a todo lo que desea y decidido a conseguirlo, pero esconde esas características detrás de una máscara de simpatía, grandes conocimientos, muchas lecturas y un lenguaje rico y expresivo. Tiene una gran capacidad de organización: su plan está “memorizado hasta el más mínimo detalle”. Se piensa como “depredador” y quiere poseer no solo libros raros y librerías sino también seres humanos, sobre todo mujeres. Oates siempre se interesó por las ideas feministas; aunque los dos personajes principales sean hombres, aquí esas ideas también están en el centro.
El libro es corto, pero profundísimo. Lo que sigue es un ejemplo entre muchos. En la larga charla que ocupa gran parte de la acción, aparecen fantasmas, crímenes dentro de crímenes y esta teoría sobre la idea de matar, fácilmente trasladable a un debate sobre la literatura misma: “El acto de matar es completo en sí mismo, no requiere ningún motivo, como cualquier obra de arte”, dice el segundo personaje. El narrador no está de acuerdo, pero la frase pide a los lectores que comparen el “arte del asesinato” con el de la literatura. La charla abunda en esos momentos clave.
Misterios S.A.
Por Joyce Carol Oates
RBA. Trad.:Ana Isabel Sánchez
96 páginas, $ 18.000