Reseña: Museo del beso, de Matías Moscardi y Andrés Gallina
Hay besos pintados, escritos, filmados, tímidos, eróticos, y otros consumados tras una tela, como el del cuadro de René Magritte. Son apenas algunas de las categorías que recorre Museo del beso, una serie de ensayos de escritor Matías Moscardi (Mar del Plata, 1983) y el dramaturgo Andrés Gallina (Miramar, 1983). Allí, con una mirada lúcida y pícara, exploran la historia, crean vínculos y develan sentidos de besos representados por el arte que, de alguna manera, dan forma a la educación sentimental de nuestro tiempo.
Desde el “El beso” de Gustav Klimt hasta los del Marqués de Sade, los textos arman una cartografía llena de chispazos. Por momentos hacen reír y en otros proponen una reflexión sobre las maneras en las que el arte crea imágenes significativas para entender qué hacemos cuando besamos.
El beso se vuelve así un querer llegar por la boca al corazón del amado; el signo ortográfico que pone el punto a una relación; el momento esperado antes de dormir que habilita el sueño, como le ocurre a un Marcel Proust niño en En busca del tiempo perdido; o bien un secreto que no llega a ser dicho pero roza el misterio, como en esa frase que Bill Murray le dice al oído a Scarlett Johanssen en el final de la película Lost in traslation, de Sofía Coppola.
A medida que se recorren los ensayos del libro, los besos y sus distintas interpretaciones se convierten en un espejo de experiencias guardadas en la memoria. Y en el fondo, se proyectan en una sala imaginaria para revelar los sentidos escondidos en el misterio de ese acto tan íntimo como fugaz.

Museo del beso
Matías Moscardi y Andrés Gallina
(Reservoir Books)
185 páginas
$ 19.999