5 cosas que me hubiese gustado saber antes de estar embarazada
En la era de la sobreinformación es difícil distinguir lo importante, lo útil, lo esencial, de lo que no lo es. Como en muchos otros acontecimientos de la vida, hay un mercado bien estudiado para el momento en que una familia espera la llegada del bebé y para el día después. Por eso, es clave priorizar tus propias necesidades y deseos.
Algunas cosas que yo fui descubriendo en este maravilloso proceso son:
El embarazo puede ser un estado placentero, pleno y feliz
Y también transformador. En los culebrones mexicanos, pero también en las mejores películas, se naturaliza el hecho de que si una mujer está embarazada tiene vómitos, se desmaya, se siente mal. Puede que sí, a muchas mujeres le sucede, pero también puede que no, no es una condición sine qua non. Pero más allá de la vivencia física del embarazo, hay una experiencia emocional-psicológica muy rica para aprovechar. Una de mis referentes antes, durante y después del embarazo, Viviana Tobi – psicóloga, sexóloga, terapeuta corporal y creadora del espacio Tobi Natal – siempre dice que el embarazo debería ser transformador, un momento de revisión profunda y de cambios visibles, pero también imperceptibles, que nos hacen crecer, sanar, y prepararnos para nuestro nuevo rol. Son tiempos que se viven con intensidad y en los que todo se pone en movimiento. "En esta etapa se inicia el proceso de devenir madre, por eso es importante generar un espacio de trabajo personal, en el cual incorporar recursos, iniciarse en nuevas experiencias y aprendizajes, revisar creencias e incorporar hábitos", cuenta Tobi.
Cada una lo vive de un modo distinto, pero quien se atreva a realizar ese viaje hacia adentro y de conexión con el nuevo cuerpo, tendrá descubrimientos valiosos. Como explica Tobi: "La experiencia se produce simultáneamente en todos los niveles y hay quienes se sienten 'con-movidas' por el significado emocional que tiene el acceso a la maternidad. Para otras, la corporalidad se impone con sus cambios, desafiándolas a asumir posturas, movimientos y gestos respiratorios nuevos. También muchas mujeres ven el embarazo como una oportunidad para explorar vínculos y afectos significativos".
En mi caso, fue fundamental el acompañamiento profesional, las actividades y las charlas en Tobi Natal durante todo el embarazo. Es un espacio con actividades corporales (yoga, movimiento expresivo, esferodinamía, etc.), pero también –y para mí más importante- con una preparación para el parto y la maternidad que no encontré en ningún otro espacio. Se da información clave, que es la que te permite tomar decisiones sobre tu parto, por ejemplo, contención inigualable, y ¡hasta un grupo de amigas!
La partera es todo
Viviana Tobi me había aconsejado que eligiera la partera, antes que al obstetra, y no se equivocó. El vínculo que generé con mi partera, desde el comienzo del embarazo, es más parecido al que muchas generan con su doula, que con una partera tradicional.
El proceso debería ser al revés del que se suele dar en muchos casos. Primero hay que elegir una partera con la que la familia se sienta cómoda y confíe y luego la partera recomendar con qué obstetra.
No solo porque están más vinculadas al aspecto emocional de la mujer, sino también porque son las que en el parto harán que tus deseos y necesidades –siempre y cuando sea posible- sean respetados. Con ella entendí que toda mujer tiene derecho a tener un parto "respetado" o "humanizado" (según sus palabras: es el respeto que tienen los profesionales hacia las decisiones que toma la familia, respecto al modo en que quieren recibir a su bebé), pero también está vinculado a no permitir intervenciones innecesarias, como cuando no se requieren monitoreos permanentes durante el trabajo de parto, obligar a la mujer a dar a luz acostada, a no permitir a la mamá estar junto a su bebé inmediatamente luego del parto y esperar el tiempo necesario para que estos hagan contacto piel a piel, antes de hacer los controles médicos de rutina, cuando no hay ningún riesgo para ninguno de los dos, entre otras prácticas.
"El parto respetado es aquel donde la mujer y su hijo son el centro de la atención, donde se respeta los tiempos fisiológicos de un trabajo de parto, sin intervenciones innecesarias y sin programar los partos", según el médico obstetra, Dr. Héctor Guillermo Lodeiro Martínez.
Por eso, está bueno saber que existe la posibilidad de presentar un plan de parto, con los requerimientos de la familia, que es evaluada por el equipo médico de cada institución. "Como sucede en muchos hospitales públicos, los embarazos y trabajos de parto de bajo riesgo, son controlados por parteras. Esto reduce la cantidad de cesáreas innecesarias", dice Cabral.
Hay ejercicios específicos para hacer antes y después del parto, que todas deberíamos conocer
El masaje perineal (hay muchísimos videos en YouTube que explican el método) es clave para minimizar desgarros y preparar la zona, si el deseo es tener un parto vaginal. Por otro lado, los abdominales hipopresivos no solo son eficientes, sino que, además, son necesarios en la recuperación post-parto. Tanto, que en Europa, es parte del protocolo en el alta del obstetra la indicación de hacer los hipopresivos. En Argentina, no está tan instalado el tema aún, pero hay profesionales que lo realizan y es importante hacerlos hábito. No solo porque son muchísimo más eficientes que los abdominales tradicionales (que dicho sea de paso, están prohibidos en el post-parto inmediato) y tonifican y reducen la cintura en poco tiempo, sino también por los beneficios en la salud. "Ayudan a reducir la diástasis, que es la separación de los rectos abdominales que se da durante el embarazo, previniendo hernias, incontinencia urinaria y prolapsos, todas disfunciones frecuentes después del parto", explica la instructora oficial internacional del método hipopresivo, Berta Olemberg. Son ejercicios posturales y respiratorios con una rítmica determinada, utilizando apneas. La rutina, luego de aprender la técnica con un profesional, es de 20 minutos diarios, dos a tres veces por semana. Una vez que le agarrás la mano, salen solos y te cambia el cuerpo.
Es fundamental hacerlos con la guía de un profesional, porque tienen cierta complejidad, sobre todo con las respiraciones.
Solo un profesional certificado puede evaluar si la persona está apta para realizar estos ejercicios y dar las indicaciones para que los realice correctamente y logre los resultados esperados.
Tener una tribu, incluso desde el embarazo, hace la diferencia
No creía que fuera para mí. No me imaginaba compartiendo un montón de cosas que me pasan con un grupo de mujeres que apenas conocía. Pero el acercamiento a estas futuras mamás, que estaban atravesando el mismo proceso que yo, se dio naturalmente. Durante el embarazo coincidíamos en las clases de Tobi Natal. Luego del parto, en el mismo espacio, se armó tribu con el acompañamiento de Laura Minniti, doula y puericultora. "Hoy por hoy muchas mujeres se encuentran maternando solas aunque pertenezcan a familias numerosas o tengan una vida social muy activa. Los tiempos, las distancias o las distintas miradas respecto a cómo llevar adelante el embarazo, el parto y la crianza incita a que busquen grupos como los que proponemos en nuestro centro, donde pueden encontrar acompañamiento y sobre todo un espacio para plantear inquietudes que muchas veces en otros espacios no son contempladas", dice Minniti.
En este grupo también descubrí muchas herramientas, ideas, pensamientos y debates en cuanto a la crianza que me imaginé, la que estoy llevando a cabo, la que deseo.
"Estamos frente a un nuevo paradigma de crianza que viene a remover viejas estructuras y a poner en duda modelos en los que el bebé es un sujeto pasivo, al que los adultos le colocan sus saberes, sin tener en cuenta las necesidades e individualidades de cada niño y de cada integrante de la familia. Considero que la base de una crianza respetuosa es lograr el equilibrio entre las necesidades, deseos y posibilidades de cada uno dentro del grupo", explica Minniti.
Este nuevo paradigma me llevó a descubrir autores como Carlos González o Laura Gutman que proponen una crianza más respetuosa, menos intervenida y con ideas claras de lo que un bebe y niño necesita de su familia y el entorno en general. Son tantísimas las cosas que como adultos naturalizamos y hacemos, sin saber que estamos vulnerando la salud emocional de nuestros hijos, que cuando alguien lo pone sobre la mesa, da escalofríos. Explicarle a tu bebé, aunque tenga 1 mes, lo que está por suceder, confiar en su autoregulación (de todo: de lo que necesita comer, dormir, de la temperatura), respetar sus tiempos, no intervenir en su desarrollo, son algunas de las premisas de esta nueva forma de pensar la crianza de nuestros pequeños.
Hay formas naturales de inducir un parto, llegado a término
"Es fija, las primerizas se pasan de la semana 40", me dijeron varias veces durante el embarazo. No creo que haya fórmulas ni generalizaciones pero, en mi caso, así fue. Al no haber riesgos, mi partera y mi médico decidieron esperar hasta la semana 41, aunque hay equipos médicos que esperan, incluso, hasta la semana 42.
Pero si llega el momento y aún no hay signos de trabajo de parto, hay varias maneras de inducirlo naturalmente, antes de llegar al goteo por oxitocina, una de las opciones más utilizadas. "Las formas de inducir el parto, desde la más natural, hasta la medicamentosa son: té de hojas de frambuesa, medicación homeopática, acupuntura, despegamiento de las membranas de la bolsa (maniobra de Hamilton), prostaglandinas y como último recurso el goteo por oxitocina", explica el Dr. Lodeiro Martínez.
Creo que lo importante, como en todo, es conocer las opciones para poder elegir.