Adaptarse. Claves para enfrentar la incertidumbre
Cecilia Fanti sueña con el momento en el que pueda levantar la persiana metálica que separa a Céspedes Libros de la ahora apenas transitada calle Céspedes al 3000 en Colegiales. Su librería permanece cerrada desde el jueves 19 de marzo, día previo a la cuarentena, y ante la aún incierta fecha de apertura, Cecilia comenzó a ofrecer a sus clientes la posibilidad de comprar libros a futuro. "La respuesta fue buenísima; pero esto es solo una forma de poder pagar gastos fijos, como el alquiler, mientras permanecemos cerrados" dice. Si los pioneros en esta medida fueron los bares y restaurantes, hoy se suman también rubros como gimnasios o peluquerías. "Abrir las puertas, que la gente vuelva a entrar al local (con todas las medidas de seguridad que sean necesarias), va a ser muy emocionante. Es algo que deseo mucho, y deseo que sea en un día de sol", ansía Cecilia.
Su sueño es el de muchos: el de retornar a la vida normal, a sus rutinas laborales, sociales, familiares. Una encuesta de Adecco señala que lo primero que hará el 62% de los argentinos cuando termine la cuarentena será visitar a familiares y amigos; otro 18% planea hacer cosas tan cotidianas como volver al gimnasio, salir a correr o a caminar. Claro que, aunque vaya en contra de nuestras aspiraciones, la vuelta a la normalidad va a ser gradual.Muy gradual. Y no solo eso. En función de las últimas noticias, muchos ya intentan adaptarse a un presente inquietante donde el uso de barbijo es regla, la forma de hacer redituable un emprendimiento se vuelve imperativa y el home office deja de ser un "beneficio" que otorga la empresa.
Alegría, miedo, ansiedad: todos esos sentimientos se alternaban y mezclaban en la cabeza de Valeria Durso, mientras esperaba la combi que la llevaría en su vuelta al trabajo, en su primer día tras el paréntesis de semanas en casa impuesto por la cuarentena. "Fue una mezcla de sentimientos... realmente mucha ansiedad por empezar a trabajar, volver a mi rutina laboral y de vida. También tenía miedo, no lo voy a negar, miedo de salir nuevamente a la ‘vida’ después de tantos días cuidándonos en casa entre todos", admite.
Valeria, de 36 años, es encargada del sector de coordinación de entregas e instalaciones de obras particulares y grandes obras de Patagonia Flooring, una de las empresas que volvió a funcionar esta semana en virtud de que se encuentra encuadrada dentro de aquellas actividades que han sido recientemente incorporadas a la lista de "esenciales". Su vuelta al trabajo se acompaña no solo de un intenso mix de sentimientos, sino también de toda una serie de medidas y cuidados adicionales implementados para que reducir al mínimo el riesgo de contagio.
"Cuando se conoció el decreto en que se nos permitía volver a trabajar comenzamos a organizar un esquema para que el personal no trabaje todo junto ni acuda al trabajo a la misma hora, e implementamos un protocolo de limpieza e higiene especial", comenta Daniel Saramaga, CEO de Patagonia Flooring. "Constantemente se higienizan todos los espacios que utilizamos; en cada escritorio disponemos de alcohol en gel, así como también de barbijos y guantes; nos dividimos los turnos del almuerzo para no ser más de dos personas en el comedor de la empresa; la combi pasa a buscar a todo el personal para que no utilicemos medios de transporte público", enumera Valeria las medidas que dan forma a su nuevo día a día en la oficina.
Adaptarse a los cambios es fundamental en esta cuarentena de final incierto. Pero para Valeria, vale la pena: "Tenía muchas ganas de volver a trabajar. Amo lo que hago, me levanto con ganas a las 5:30 para empezar el día y hacer mis tareas en la empresa. Cuando uno trabaja en lo que le gusta, es un placer", dice, al tiempo que reconoce la importancia de respetar las medidas que permiten reducir al mínimo el riesgo.
Nuevas formas de vida
"Como viene anunciando el gobierno, la salida de la cuarentena será gradual y progresiva, y supongo se irá corrigiendo en un sentido o en el otro, en función de la evolución de las curvas de infección. Por lo tanto, la vida cotidiana no retomará sus características habituales antes de la pandemia sino dentro de un tiempo imposible de determinar, pero es factible que tarde. Esto supone una adaptación a nuevas formas de vida, más restringidas", comenta Juan Eduardo Tessone, médico psiquiatra de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
"Las reacciones son siempre individuales en función de los mecanismos de defensas de cada uno –agrega–. Por eso es importante insistir que las precauciones deberán seguir existiendo y que si bien es importante no entrar en pánico, es eficaz tener un temor prudente al riesgo real de infección. El pánico paraliza y es estéril, el temor ante una realidad inquietante nos hace prudentes y eficaces".
De lo que se trata, es de aceptar los nuevos límites que suponen las medidas de aislamiento y de higiene como el jugador que recorre una nueva cancha para reconocer el espacio en el que habrá de medirse. De la flexibilidad y resiliencia para adaptarse a los "nuevos normales" es que pueden surgir distintas estrategias que permitan superar las innegables dificultades que supone este escenario.
Un caso ilustrador de cómo el aceptar las nuevas reglas de juego es el elemento clave para afrontar los actuales desafios y proyectarse incluso más allá de la actual situación de cuarentena es el de Mercado de Liniers, el flamante restaurante del chef Dante Liporace. "Cuando abrimos estábamos llenos de reservas para todo un mes, pero a los dos días empezó el tema del virus y decidimos cerrar preventivamente, porque recibíamos muchos turistas y mi gente estaba con miedo", relata Dante.
A los pocos días de establecida la cuarentena y habilitada en la ciudad de Buenos Aires el delivery de alimentos, Dante fue receptivo a su equipo de cocina que propuso funcionar en esa modalidad. "Empezamos a hacer un delivery de comida envasada al vacío, donde el que la recibe la regenera con agua caliente y listo. Lo movimos en redes antes de salir y empezamos a recibir pedidos y pedidos. ¡No lo podíamos creer! Incluso nos sucedió que algunos de nuestros clientes eran empresarios que me empezaron a llamar para decirme que cuando se levante la cuarentena les enviemos las viandas a sus empresas para mejorar la comida diaria. Y así se nos abrió un negocio nuevo que es cocinar para esas empresas", relata el cocinero.
"Claro que para que todo esto pase tuvimos que tener un cambio de cabeza –reconoce–. Los chicos en la cocina están vestidos como si fueran astronautas; llegan y les tomo la fiebre; cada dos horas y media limpiamos y damos vuelta la cocina. Le damos mucha bola a eso para cuidarnos y cuidar a la gente".
Como todos, Dante tampoco sabe cuando reabrirá su restaurante, pero sí es consciente de que en algún momento del lento y gradual proceso de flexibilización del aislamiento social la gente retornará al salón y será necesario implementar aprendizajes de estos días de cuarentena: "Cuando podamos abrir como restaurante, la idea es adoptar muchas medidas de cuidado extra: tener menos cubiertos en el salón y, entre turno y turno, cerrar media hora para desinfectar salón y cocina, y cambiarnos el uniforme, como hacemos ahora".
Abrazos a la distancia
Si de algo no hay dudas es que las actuales medidas de higiene no tienen fecha de caducidad. "El lavado de manos, el toser en el pliegue del codo, mantener bien ventilados los ambientes y limpias las superficies llegaron para quedarse, porque el coronavirus llegó para quedarse –afirma Pedro Cahn, médico infectólogo que integra el comité de expertos que asesoran al Ministerio de Salud ante esta pandemia–. El coronavirus va a seguir circulando del mismo modo que el virus de la gripe H1N1, que de hecho actualmente está incorporado en la vacuna."
Incluso ante una eventual flexibilización de la cuarentena, agrega Cahn, "cuando empecemos a tener otro tipos de actividades y más gente salga a la calle, es importante mantener la distancia óptima de metro y medio entre persona y persona. No hay razón para pensar que eso vaya a cambiar" ¿Y los abrazos? " El hecho de que hoy no podamos darnos un abrazo se va a superar, pero tenemos que ser conscientes de que no va a ser ni en abril ni en mayo. No es tiempo de relajar esas medidas".
Son muchos los que ya piensan como implementarán estas medidas en su práctica cotidiana. Damián Siano es médico traumatólogo, con foco en la medicina regenerativa, y desde que comenzó la cuarentena no acude al consultorio. En este paréntesis de su rutina laboral piensa cómo será el regreso, cuáles son las medidas de higiene extra que incorporará. "La vuelta al trabajo va a ser una vuelta gradual y progresiva, cambiando muchas pautas con respecto al cuidado de nosotros, los médicos, y de los pacientes –dice Damián–. Los argentinos somos del abrazo, del beso, y uno tenía ese contacto con los pacientes, pero vamos a tener que cambiar esas costumbres".
La vuelta al trabajo va a ser con muchos más cuidados, agrega y enumera: "Sí al uso del barbijo, sí a tomar medidas para que no se acumule gente en la sala de espera, como que los pacientes no vengan acompañados a la consulta, sí a que no vengan si tienen algún síntoma gripal. La cuarentena nos trajo como enseñanza la necesidad de ser solidarios en el cuidado del otro y responsables, así como también nos trajo herramientas de trabajo como las que permiten la consulta online". Por estos días, con las puertas del consultorio cerrado, las urgencias las tramita por WhatsApp o redes sociales.
Preguntas pendientes
El trabajo a distancia es, sin lugar a dudas, uno de los aspectos en los que la actual cuarentena está sentando un antes y un después. El 56% de los que actualmente realizan home office jamás lo habían hecho, muestra una reciente encuesta de Adecco. "Este 56% se enfrentó a algo completamente nuevo, sin planificación previa y obligado por la situación, y aun así las empresas pudieron implementarlo en esta crisis –comenta Pablo Liotti, gerente de Marketing y Comunicación del Grupo Adecco–. Es algo que van a valorar, y que de alguna forma contradice los temores de muchas empresas acerca de si con el teletrabajo los empleados cumplen con sus horarios de trabajo y, más importante, con sus metas".
La citada encuesta reveló que el 40% había trabajado la misma cantidad de horas que cuando concurre a su oficina y que el 42% incluso refirió una jornada aún más larga en estos días de home office forzado.
Para Valeria Bohorquez, de la firma de consultoría en recursos humanos Mercer, "con la cuarentena se han desterrado algunos mitos, como que el trabajar desde casa iba a afectar en gran medida la productividad. Lo que no ocurrió. Más si se toma en cuenta que la cuarentena ha planteado desafíos adicionales al home office, que tiene que ver con manejar varias cosas a la vez: toda la familia en un mismo ámbito, con el colegio y la universidad también virtuales en la familias que tiene chicos".
Es que si hay algo que he hecho esta cuarentena es hacernos pensar sobre cómo hacemos las cosas que hacemos, afirma: "Una idea que se está instalando es la pregunta de qué tan necesario es que millones de personas nos transportemos al centro de la ciudad todos los días". Claudia Borensztejn, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina, coincide: "Esta cuarentena nos obliga a reflexionar sobre el acelere de esta generación en todos los ámbitos y medios sociales, la exigencia de traslado que colapsaba los centros de las grandes ciudades, el planear la reunión física para resolver cuestiones que podrían resolverse de otro modo. Este parate del mundo es una alerta global que nos coloca ante el interrogante de si sabremos decodificar el mensaje, redireccionando nuestras vidas y nuestras sociedades".
"Creo que cuando ocurra la vuelta a la normalidad no va a ser igual a la normalidad precuarentena –concluye Bohorquez–. Será una nueva realidad".
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