Carla Peterson y Juan Minujin: la dupla de moda
Las miradas, las risas, las frases, cada palabra denota complicidad entre Juan Minujin (43) y Carla Peterson (44). Se conocen, se divierten y contagian la alegría de haber sido protagonistas del éxito del año. Junto con Nancy Duplaá y Luciano Castro encabezaron el elenco de 100 días para enamorarse, la ficción de Underground que esta semana llegará a su fin por la pantalla de Telefe y que se coronó en el prime time con una propuesta que supo cómo abordar diversas temáticas sociales, como la identidad de género.
–El otro día, en un cena que compartimos los cuatro, hablábamos de lo poco frecuente que es trabajar con un equipo como el que se armó. Esto lo digo más allá del éxito y de la repercusión de 100 días… –reconoce Juan–. Estamos muy orgullosos del programa que hicimos, por el tipo de vínculo que armamos, por la forma de laburo; todo lo que se hizo fue único. Y compartir con Carla, con quien ya había hecho otras cosas, fue un placer. Es muy poco común encontrar una compañera tan completa, tan buena, tan talentosa. Es graciosa, inteligente. Es una gran actriz y yo la aprecio muchísimo.
–No sigas, por favor, que estoy recién maquillada –bromea Peterson–. En estos días no puedo dejar de emocionarme. Creo que lo que nos pasa es que sabemos que es muy difícil que se repita una experiencia de este tipo. Con Juan nos conocemos desde hace mucho, pero lo que hicimos acá, la dinámica fue totalmente distinta. El trabajo de una tira diaria requiere de otros compromisos. Él es un actor que admiro, realmente es genial. Ayer, le volví escribir que lo iba a extrañar mucho, y es verdad. Veo una foto nuestra y ya me da pena.
Laura Contempomi (Peterson) está casada desde hace 18 años con Gastón (Minujin). Ambos son abogados. Tienen dos hijos varones. Trabajan juntos. Supuestamente llevaban una vida ordenada, pero por años ocultaron un malestar que estalló al inicio del programa con un grito de desesperación: "Yo estoy harta de ser la mujer invisible (…) me quiero separar". Es Gastón quien le propone esperar un tiempo, cien días, para ver qué les pasa realmente y analizar si hay posibilidades de salvar la pareja. En el camino, hubo otros amores hasta llegar a los cien días que confirmaron los caminos separados y… "Ya veremos qué pasa", dice Juan para generar suspenso, a lo que Carla insiste: "Por favor, no me hagan emocionar".
La química que transmiten en pantalla es la misma que se apodera de las escenas que forman parte de este especial. Se conocen bien, de varias producciones compartidas. Basta pensar en la pareja swinger a la que pusieron el cuerpo en uno de los grandes éxitos del cine nacional, Dos más dos; en el unitario televisivo Tiempos compulsivos; en la obra Venus en piel, con dirección de Javier Daulte, en el Paseo La Plaza, y en Recreo, la comedia dirigida por Hernán Guerschuny y Jazmín Stuart que estrenaron en cines a comienzos de este año. "Disfruté mucho de Recreo –cuenta Peterson–, me encantan hacer esos personajes que no son nada correctos y que dicen lo que quieren".
Hora de festejar
El espíritu navideño se adueñó de la casa que sirve de escenario para la producción fotográfica. Rojos y verdes prevalecen entre colores pasteles y dorados. Duendes, renos y regordetes con barba blanca se suman a la fiesta anticipada. "No puedo creer, ya estamos en Navidad", suelta Carla con la sorpresa que muchos comparten y con la sensación de que los años pasan demasiado rápido.
El árbol decorado en el living de la casa es la excusa perfecta para hablar de las Navidades pasadas, presentes y, por qué no, futuras. "La familia de mi papá es judía, de Ucrania, y la de mi mamá es drusa, de origen libanés, una minoría religiosa, un desprendimiento de los musulmanes. Creen en Alá, pero no en el Corán –describe Juan–. No tengo una formación religiosa y tampoco tengo nada cercano al catolicismo o al cristianismo. Sin embargo, en casa se festejaba la Navidad y esperábamos ansiosos la llegada de Papá Noel. Siempre había alguien que se disfrazaba y hacía todo el circo –recuerda–. Navidad y Reyes eran momentos muy deseados".
De padre matemático y mamá socióloga, Juan pasó buena parte de su infancia en Ciudad de México. Sus padres, militantes políticos, debieron exiliarse y la tierra del tequila que los cobijó esos años (de 1976 a 1983). Cuando se produjo el golpe de Estado, Juan tenía apenas un año. Pero los recuerdos de esos tiempos, de aquellas navidades, están muy presentes. "México tiene esa mezcla cultural fascinante, con el Día de los Muertos, tan local y pagano, y una Navidad con sus cosas típicas combinadas con la tradición estadounidense. Tengo familia en los Estados Unidos, así que también pasé algunas Fiestas allá".
¿Eras uno de esos chicos que le escribían cartas a Papá Noel y a los Reyes?
No, era demasiado vago [risas]. Ahora, como papá, disfruto mucho más de las Fiestas, me gusta compartir este tiempo con mis hijas [Amanda, de 12, y Carmela, de 8].
A mí me pasa lo mismo con Gaspar [5] –confiesa Carla–. Como madre disfruto mucho más de las Fiestas que antes, como hija. Me gusta incentivar la magia de Papá Noel, mantener esa ilusión. Me divierte un montón.
¿Qué recordás de tus navidades como hija?
Como hija de padres separados, dependía del sorteo para ver con quién me tocaba –recuerda Carla–. Cuando estás en el medio, intentás estar un poco con tu mamá, otro poco con tu papá. De alguna manera, uno buscaba estar con el que más te necesitaba en ese momento, tal vez no era el que uno hubiera elegido, pero si el que más necesitaba a la familia. Siempre fueron momentos únicos, lindos, estresantes [bromea]. Es que tengo una familia enorme y también, como la de Juan, desparramada por varios lugares. Somos miles. La máxima fue un año en el que mi hermana vino de viaje y nos juntamos todos en Salta. Éramos como 80, una locura. Recuerdo que estaba ahí, lavando las verduras para las miles de ensaladas –viste que tenemos una obsesión con las ensaladas–, y me preguntaba qué hago acá [risas]. Pero bueno, siempre son lindos los momentos compartidos y únicos.
Las Fiestas tienen su propio ciclo.
Totalmente –dice Juan–. En la infancia, la disfrutás al máximo, en la adolescencia querés escaparte de las reuniones familiares y solo pensás en la fiesta de fin de año con tus amigos. Hasta que sos padre y volvés a conectar.
Carla: Y sí, era clave pasar Año Nuevo sin los padres. Ahora no me imagino sin Gaspar.
Esta semana se emitirá el último capítulo de 100 días para enamorarse y Carla y Juan ya piensan en descansar, en volver a tener tiempo en familia. "Hay varios proyectos dando vueltas, pero nada concreto para anticipar –comenta el actor–. Ahora, vacaciones, estar con las chicas [su pareja de hace 20 años, Laura, psicóloga, y sus dos hijas]. Con Amanda y Carmela hacemos muchas cosas juntos y cualquier pavada nos sirve para pasar el rato. Lo más importante es qué se genera en ese momento que te permita conversar. Dibujando, puedo preguntarles ¿cómo están? ¿cómo les fue en el colegio? De esa manera, las cosas fluyen, no hay nada forzado.
Carla, por su parte, asegura que aún está buscando de qué manera capturar a Gaspar con alguna actividad artística recreativa. "Cuando hacés una tira, es poco el tiempo que compartís con los tuyos, porque no siempre en ese momento que te cruzás, él tiene ganas de contarte algo, tal vez ni siquiera está comunicativo. Quizá solo quiere comer, ver algo en la tele e irse a dormir. Así que ahora también pienso en las vacaciones".
Momento clave para despejar la cabeza y analizar cómo se sigue...
Y de esa manera tener deseos de hacer cosas nuevas –advierte Juan–. Es importante tomar distancia; si no, quedás muy metido en lo mismo. Es una manera de reciclarse.
Carla: Es bueno tomar distancia para después encarar desafíos, como lo que me pasó con Animal [la película de Armando Bo que protagonizó junto a Guillermo Francella]. Quería hacer algo distinto y se dio justo cuando volví al país [vivió 18 meses en Washington junto con su marido Martín Lousteau, quien fue embajador argentino en los Estados Unidos] cuando me enteré de que estaban buscando a una actriz para esa historia. Fue una sorpresa que me eligieran.
Los éxitos de este año volvieron a colocarlos en un lugar de privilegio. "La televisión te permite un contacto diario con la gente, diferente a lo que sucede en cine o teatro, es otra la exposición –reflexiona Carla, la inolvidable Lalola–. La tira permitió que muchos chicos me conocieran, el público se renueva y para mí ese fue un gran desafío entender otros códigos".
Y otro idioma.
Sí, totalmente, mi personaje es madre de un adolescente y muchas de sus respuestas me desconciertan. No entiendo todo lo que me dice.
Una escena de discusión entre Laura y su hijo, interpretado por Franco Rizzaro, en la que el teenager le responde "no seas jede", fue disparadora de un divertido debate en las redes. Carla fue más allá de la ficción y preocupada por no entender el léxico de los adolescentes abrió el juego en Twitter, para saber el significado de "ahre", otras de las expresiones frecuentes entre los jóvenes: "Una pregunta, ¿por qué dicen ahre? ¿De dónde salió? ¿O por qué está de moda? Quiero ser amiga de los millennials", escribió la actriz, a lo que sumó el hashtag #ForeverYoung. "Intento entender el mundo moderno... Es otro idioma. No me dejes sola en esto", le pide a Juan, quien no duda en socorrerla. "Es otro idioma. Muchos nos dicen que una de las cosas que más les gustan del programa es que hablamos como se habla en la casa, donde se plantean temas y dudas, sin una bajada de línea".
Una pregunta, xq dicen Ahre? de dónde salió? O xq está de moda? quiero ser amiga de los milenials. #ForeverYoung&— carla peterson (@carlapetersonA) 23 de agosto de 2018
Ustedes en las redes tienen una postura bastante definida sobre diversos temas sociales y políticos.
Obviamente cada uno tiene su postura y la dejamos bien en claro –aclara Minujin–. Una de las virtudes del programa es que ciertos temas se plantean mucho más abiertos, como interrogantes, no bajando una línea. Buscamos instalarlos y en ese sentido como elenco fuimos muy activos en la interacción con los autores, con los productores y el director. Nos planteamos situaciones, como si nos pasaran a nosotros: qué diríamos, qué haríamos...
Carla: Poco a poco estamos entendiendo todo. Cuando empezamos a meternos con estos temas, como la decisión de Juani en elegir ser Juan [la transformación que vive el personaje de Maite Lanata], no sabíamos a dónde llevaría y el tema se instaló. Tampoco era frecuente ver que las protagonistas de una tira militaran o se declararan a favor del aborto legal y seguro, y lo hicimos porque estamos convencidas de que es un problema de salud pública, de educación. Y la verdad es que jamás nos imaginamos que en un capítulo se iba a tratar este tema. Son los mismos chicos, adolescentes, jóvenes que nos llevan a preguntarnos un montón de cosas, de revisar muchas otras, que culturalmente dábamos por sentadas.
En junio de 2015, Minujin junto a Érica Rivas y Maitena leyeron por primera vez el pedido de #NiUnaMenos. Este año, en la entrega de los Martín Fierro, Peterson y Nancy Duplaá, de espaldas al Puente de la Mujer, proclamaron: "Nos queremos vivas, libres y sin miedo". De esta manera buscaron concientizar sobre la alarmante cifra de femicidios y casos de violencia de género en la Argentina. "Hay un cambio de cabeza, falta, pero uno lo nota en diversos ámbitos. Nosotros lo vemos en el piso –reflexiona Minujin–. El set era un lugar históricamente machista. Siempre lo fue. Se hacían chistes, los hombres teníamos un permiso tácito para hablar de las mujeres, de las minas. Eso está cambiando. Y lo que está pasando es genial".
- Producción de Lucía Uriburu. Ambientación de Vicky Dorin. Estilismo: Maki Dell. Asistente de fotografÍa: Lucas Pérez Alonso.Pelo y make up: Emmanuel Godoy para Rfstylecoaching. Agradecimientos: Diego Flores por la locación. Decoración navideña de Coto, Mis Íntimos Amigos, Flores para Filomena @floresparafilomena; Casa Ceviche, Karina SdruboliniDivino Budín, Tienda chida @tienda_chida