Hace meses que se habla de que la pandemia, o más precisamente que su marido haya sufrido en carne propia el coronavirus, despertaron en ella bríos renovados. La versión 2020 de Charlene es la de una mujer que sonríe naturalmente, está más relajada y segura de sí misma y hasta se anima a declararle su amor públicamente a su hombre, tal como hizo meses atrás con motivo del Día del Padre y lo llamó "el príncipe de mi corazón".
En este proceso tan personal, hay algo genuino en ella que mantiene intacto desde chica y no cambiará: su pasión por el agua, donde siente que fluye y es reina indiscutida. Nadadora olímpica –a los 11 años nadaba 10 kilómetros diarios–, fue miembro del equipo de relevos de Sudáfrica en los Juegos Olímpicos de Sídney del año 2000, donde quedó quinta (allí conoció a Alberto, aunque no empezaron a salir hasta cinco años más tarde). Y terminó sexta en el Campeonato Mundial de Natación en Pileta Corta en 2002 en la categoría de 200 metros espalda. Aquellos eran tiempos de ocho horas diarias de entrenamiento que le marcaron a fuego un espíritu de disciplina.
Pero lo suyo no es sólo la natación. A través de los años, la princesa fue experimentando diferentes disciplinas acuáticas, como el surf, paddleboard, o el esquí acuático,y aprovechó su status royal para convertirlo en una forma de ayudar y entregarse a los demás. Por estos días, está muy enfocada en el ciclismo de agua, que consiste, literalmente, en rodar por el mar en una bicicleta basada en una suerte de catamarán. "La princesa Charlene entrenando en una bici de agua. Hay un proyecto emocionante en el horizonte. Todo será desvelado a finales de mes, en la página web de la Fundación", se lee bajo la imagen publicada en la página de la entidad que lleva su nombre y que apoya y promueve el deporte, especialmente natación y rugby. Al parecer, está organizando una nueva edición de la Riviera Water Bike Challenge, una carrera que desde 2017 recauda fondos para diferentes causas solidarias que abraza la Fundación Princesa Charlene.
En la primera edición de esta carrera de relevos celebrada en la Costa Azul, la princesa se quedó sin participar a causa de una lesión. Y en 2018 su equipo ganó la carrera que se disputa en aguas del Mediterráneo.
Actualmente de vacaciones en Córcega, no hay un solo día que no se zambulla al mar para entrenarse, disfrutar y, además, alentar a sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella (5), a practicar deportes. Se dijo: el agua es su universo.
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