Construir la fiesta
Las circunstancias –no siempre las modas– también imponen cambios. La mesa de Navidad, acorde con tiempos austeros, ha vuelto a su dimensión real y el todo hecho en casa es parte de una tarea que incluye recetas, adornos, regalos y otros rubros del almanaque de diciembre.
Volver a las tradiciones familiares, a los afectos cercanos, a rescatar la alegría perdida y encontrarla en las cosas simples que tanto enseñan, enmarcan las esperanzas de una sociedad en busca de su perdida identidad. Lo casero, artesanal y de poco monto fue –casi– una determinación colectiva, un desafío creativo que reemplazó el lamento por la acción. Las coincidencias acercaron dos historias con intenciones semejantes.
Historia 1:
A poco de finalizar noviembre, entrecruzando comentarios y preparativos sobre el fin de un año tan próximo y diferente, mi amiga Roly me envió por e–mail su Reglamento a cumplir bajo palabra en Nochebuena, para que hijos, nietos y familiares no olvidaran, hoy más que nunca, el espíritu de estas fiestas.
“Como me considero la Pachamama de la familia, me arrogo el derecho de impartirles ciertas condiciones para celebrar con alegría el Nacimiento del Niño Jesús.
“Entiendo que nos guste desatar paquetes y encontrarnos con la sorpresa de lo impensado, pero nos sentiremos más felices aún si nos comprometemos a moderar el precio de nuestros recuerdos de Navidad.
“Propongo que la cifra sea entre 10 centavos y 2 pesos, o elegir la alternativa de poner en práctica nuestra imaginación y hacerlos en casa. Cuando la necesidad aprieta, la creatividad aflora con más espontaneidad.
“Gracias a Dios, en nuestra familia, la palabra es sagrada. Dormiré tranquila sabiendo que nadie fallará ante el compromiso tácito que asumiremos.
“Por último ¿han pensado qué mejor regalo podemos tener que el estar todos unidos, queriéndonos, sanos y con trabajo? “Imitémoslo con gran humildad, como El lo hizo, naciendo en un pesebre.
“Un beso para todos. Los quiero mucho” Mamá– Abu – Roly
Historia 2:
En la familia de Virginia Del Giúdice –la fotógrafa de esta página–, hacer todo en casa y a mano es parte de una cultura heredada. Las galletitas, el pan dulce y los adornos disponen a su madre y a su hermana, cada año, con las manos en la masa. Mientras sus otros dos hermanos usan las propias, como habilidosos carpinteros.
–Repetimos una tarea que vimos hacer en el hogar de nuestros abuelos y tíos –señala Verónica,la hermana de Virginia y eximia acuarelista, quien también observó en su taller de pintura cómo se despertó un especial interés por regresar a lo manual–. “Ese fue el espíritu de nuestra crianza, seguimos en él y no solemos comprar por no trabajar. Yo hago los bizcochos y adornos y mi madre, su infalible pan dulce en maceta”.
Mamá Nelly, famosa por su prolijidad y porque cada año sorprende a su familia con algo nuevo hecho por ella, dice lo suyo: –En éste, les voy a hacer un mantel de Navidad. Sólo compraré algo a mis nietos y de poco costo.
A la hora de las tomas fotográficas, los botones de masa, las macetas con pan dulce y el resto de los adornos comestibles, invaden de aromas y colores el estudio de Virginia.
Todo es frágil, menos el amor puesto en una tarea que se repite cada año con el mismo asombro y la misma fe, como la primera vez.
Masitas "Verónica"
- 200 g de manteca
- 250 g de azúcar
- 1 huevo
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 350 g de harina
- 1/2 cucharadita de polvo para hornear
- 1 cucharada de cacao amargo en polvo
- Batir la manteca con el azúcar hasta que quede como pomada, agregar el huevo y la esencia de vainilla.
- Tamizar los ingredientes secos y agregarlos sin amasar. Dividir la masa en dos partes. Agregar a una el cacao amargo e integrarlo bien.
- Envolver por separado la masa de vainilla y la de chocolate en film adherente. Poner en la heladera durante 1/2 hora para que tomen firmeza.
- Retirar, estirar de 1/2 cm de espesor, aproximadamente, cortar con las formas que se deseen –botones, corazones, siluetas–, marcar sobre cada figura las hendiduras necesarias y hornear cuidando que la masa blanca quede cocida sin que tome demasiado color.
Masitas de jengibre (gingerbread)
- 225 g de manteca
- 1 taza de azúcar negra
- 4 cucharaditas de jengibre en polvo
- 4 cucharaditas de canela en polvo
- 1 1/2 cucharadita de clavo de olor en polvo
- 1 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de pimienta molidas
- 2 huevos
- 1 taza de melaza
- 2 tazas de harina tamizada
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1/2 cucharadita de polvo para hornear,
- Batir la manteca con el azúcar negra, especias, sal, pimienta, huevos y melaza.
- Incorporar la harina, bicarbonato y polvo de hornear previamente tamizados, formar una masa y dejar 1/2 hora en la heladera para que se compacte. Este paso es importante porque la masa tiende a ablandarse fuera del frío.
- Dibujar siluetas navideñas en cartón, apoyar sobre la masa y cortar siguiendo el perfil. Distribuir sobre placas levemente enmantecadas y llevar a la heladera para que tomen firmeza. Hornear hasta que estén cocidas y enfriar muy bien (varias horas) antes de decorarlas.
- Cubrirlas con glasé de colores y dibujar líneas, orlas y puntos en glasé de colores que contrasten
Cómo hacer la corona
- Estirar la masa de jengibre de 1/2 cm de espesor y cortar con forma de hojas varias. Marcar las nervaduras, acomodar las hojas sobre papel de aluminio y llevar a la heladera.
- Dibujar un círculo de 20 cm de diámetro en papel manteca. Distribuir las hojitas encimadas y con movimiento para que tengan relieve, adhiriéndolas con un toque muy leve de agua, cerrando el círculo para obtener la corona.
- Hornear hasta que la masa esté firme, retirar, dejar enfriar muy bien unas horas, para que la masa tome cuerpo y la corona quede firme. Levantar la corona y colgarla de las superficie elegida (puerta, ventana). Echar azúcar impalpable desde arriba, para que caiga sobre el relieve de las hojitas, a modo de nieve. Terminar el adorno con un moño rojo.
Pan dulce
- 1 taza de leche
- 2 cucharadas de levadura seca
- 1 kg de harina
- 1 cucharadita de sal
- 3 huevos
- 150 g de manteca
- 150 g de azúcar
- 1 cucharadita de vainilla
- 1 cucharada de coñac
- 1 cucharada de agua de azahar
- 2 cascaras abrillantadas
- 1/2 kg de fruta seca (pasas de uva de diferentes calidades, nueces, avellanas)
- 1 taza de leche
- Mezclar 1/2 taza de leche tibia con la levadura, 1 cucharada de azúcar y dejar reposar 15 minutos. Batir bien y agregar un poco de harina (de el kilo), hasta obtener una masa tierna. Amasar y dejar que aumente al doble de volumen.
- Poner la harina restante sobre la mesa, ahuecar y agregar la sal, huevos, la manteca blanda, azúcar, la esencia, el coñac, agua de azahar, el bollo fermentado y trabajar los ingredientes del centro junto con la harina de los bordes mas el resto de leche tibia.
- Amasar bien todos los ingredientes juntos y volver a dejar reposar, tapada, hasta que duplique su volumen. Echar la masa sobre la mesa enharinada e incorporar las cascaras abrillantadas picadas y la fruta seca.
- Tomar macetas de diferentes tamaños y forrarlas con papel manteca. Distribuir la masa en estos moldes y dejar levar nuevamente. Hacer un corte en cruz, pintar con huevo, rociar con un poco de manteca derretida y cocinar en horno moderado.
Masitas suizas (de la cocina de las Hermanas de la Santa Cruz)
Estrellas de navidad
- 350 g de harina
- 1 pizca de sal
- 180 g de manteca
- 1/2 cucharadita de canela
- 125 g de azúcar
- gotas de esencia de almendras
- 3 cucharadas de almendras ralladas
- 2 huevos
- Mezclar la harina con la sal, poner sobre la mesa y ahuecar. Echar la manteca, la canela, el azúcar, las gotas de esencia de almendras, las almendras ralladas y mezclar muy bien.
- Incorporar los huevos, tomar los ingredientes del centro con la harina y si fuere necesario, agregar 1 o 2 cucharadas de agua para lograr una masa compacta. Dejar 20 minutos en la heladera, estirar y cortar estrellas en números pares.
- 3. Quitar a una mitad el centro y hornear todo a fuego moderado. Decorar la mitad con glasé de colores, cubrir la mitad de las estrellas enteras con un poco de dulce de frutas rojas, aplicar la decorada y distribuir sobre una fuente larga y angosta a modo de “guía navideña”, intercalando pequeñas ramitas de plantas naturales.
Nusskonfekt
- 2 claras
- 4 cucharadas colmadas de azúcar
- 50 g de nueces molidas
- 50 g de arroz inflado crocante
- 1 cascara de naranja confitada, picada
- 1/2 cucharadita de harina
- 1/2 cucharadita de canela
- Batir las claras a nieve bien consistente, con el azúcar. Agregar todos los ingredientes nombrados. Mezclar con cuidado.
- Distribuir pequeñas porciones sobre una placa enmantecada y hornear 20 minutos.
Stollen de ricotta
- (1 stollen grande)
- 3 yemas
- 150 g de manteca blanda
- 225 g de azúcar
- ralladura de 1 limón y naranja
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de aroma a pan dulce
- 1 cucharadita de agua de azahar
- 500 g de ricotta
- 500 g de harina
- 3 cucharaditas de polvo para hornear
- 1/2 taza de pasas de uva
- 1/2 taza de cascarita de naranja confitadas, picadas
- 1/2 taza de almendras fileteadas tostadas
Relleno:
- 100 g de mazapán
- 50 g de manteca
- 40 g de harina
- 40 g de azúcar
- 70 g de manteca derretida
- 6 cucharadas de azúcar impalpable
- Batir las yemas con la manteca, el azúcar y las ralladuras de naranja y limón. Agregar las esencias y la ricotta.
- Tamizar la harina con el polvo para hornear e incorporarlos a la mezcla cremosa junto con las frutas, preferentemente maceradas unas horas en coñac. Unir sin amasar.
- Mezclar los ingredientes del relleno. Extender la masa del stollen en forma rectangular, distribuir la pasta de almendras a modo de cordón grueso sobre el 1/3 más largo de la masa. Arrollar y dar forma de stollen.
- Acomodar en una placa enmantecada y enharinada y hornear a fuego mediano durante 50 minutos, aproximadamente. Retirar, pintar generosamente, en caliente con la manteca derretida y espolvorear, también en caliente, con una capa gruesa de azúcar impalpable.
Agradecimiento: Fábrica de Macetas BLUM ( http://www.blumsa.com )
Costumbres y tradiciones
- Desde antes de la Era Cristiana, los árboles, expresión de la fuerza vital de la Madre Tierra, fueron un objeto de culto. Y entre ellos, el sólido roble. Con la llegada del cristianismo, pasadas las primeras centurias, el pino y el abeto desplazaron al roble y ocuparon su lugar.
- El muérdago simboliza la suerte y su presencia ayuda a conservar la felicidad.
- Los colores tienen significados con supuestas virtudes mágicas recogidas en historias de todas las culturas. El verde representa la naturaleza y la vida, y es un símbolo de esperanza. El amarillo es el color del sol, del oro y de las espigas maduras. El rojo, es la sangre, ligada a la imagen de lo que es vida.
- La llama de las velas encendidas será señal de purificación y de esperanza.
- Intercambiar regalos es una vieja costumbre de los tiempos del imperio grecorromano y su práctica sigue constituyendo un acto que sella el afecto y la unión entre familiares y amigos. Representa un gesto que emana de los sentimientos, más allá de su valor económico.
(Del libro Mitos y ritos de la Navidad, Ediciones B Grupo Z)