De payaso, ni las pilchas
Se agrandó La casa del rock naciente y los amantes buscadores de joyitas de la música rezuman felicidad. Alfredo Rosso convirtió en programa lo que hasta hace poco fue sólo un micro.
Cuál es?, el programa de Mario Pergolini en la Rock & Pop (FM 95.9) lo sigue cobijando de lunes a viernes, al rededor de las 11 de la mañana, pero ahora El rock naciente tiene casa propia -en la misma emisora- los domingos, de 19 a 22.
"La idea no es hacer una versión agrandada del micro, queríamos que el programa tuviera personalidad propia y creo que lo estamos logrando", dice Rosso.
El plural involucra, además de al propio Rosso, a Héctor Armas (coconducción y producción), Eduardo Quintana (producción), Noemí Hakel (aporte periodístico) y Valeria Schwazta (operación); -no hay que olvidar a los dos protagonistas virtuales: Cabeza Ôe Balde, el locutor cordobés, y Bobby, el perro. Y lo de personalidad propia se ve en las tres horas de trabajo (son muchas más fuera de micrófono) de este grupo que no hace otra cosa que pasarla bien con lo que más le gusta; un sencillo detalle que devuelve el rebote en la pasión de los oyentes.
Para los meticulosos, aquí va toda la información. La casa del rock naciente propone novedades discográficas que todavía no llegaron a estos pagos; la historia de los grupos más importantes en cinco décadas de rock; música étnica y esotérica en El elefante blanco ; los discos que en su momento, por una u otra razón, no salieron y recién ahora ven la luz en Eslabones perdidos ; recitales exclusivos en Fila cero ; las cintas que grabaron músicos nacionales en el exterior en Argentinos por el mundo ; un caprichito musical de la producción o de un oyente en Tema vicio ; versiones de un mismo tema en Dos gotas y el costado desconocido del blues en Blues is back , entre muchas otras propuestas.
Con un profundo conocimiento de la materia, Rosso podría caer con facilidad en el elitismo y llevar adelante un programa para cuatro o cinco entendidos, pero eso no le interesa y abre generosamente el juego. Y también esgrime su generosidad con sus compañeros, que participan (especialmente Armas) dándole saludables color y humor a las tres horas de programa.
Para los conocedores, un lujo; para los neófitos, una agradable invitación a adentrarse en los vastos y desconocidos paisajes que la música suele deparar.